EL MISTERIO DE LOS SIETE RAYOS. CAP. XVI


Capítulo. XVI.


EL MISTERIO DE LOS SIETE RAYOS


-Una Visión General-


La moderna ciencia exotérica ha comprobado el antiguo y fundamen­tal axioma esotérico:Nada hay en la totalidad del universo manifiesto sino energías, en alguna relación, cada una vibrando en una frecuencia particular”. La ciencia esotérica postula siete de dichas corrientes de energías o rayos, cuya interacción, a cada frecuencia concebible crea los sistemas solares, galaxias y universos. El movimiento de estos siete rayos de energía, en ciclos espirales, atrae a todo Ser dentro y fuera de la manifestación y lo colorea y satura con sus propias cualidades y atributos individuales. Esto es tan cierto para un grano de arena como para un hombre o un sistema solar. Cada uno es la expresión de una Vida.

            En lo que a nuestro propio sistema solar concierne, estas siete energías son la expresión de siete grandes Vidas personificadas por siete estrellas en la constelación de la Osa Mayor. Uno de estos rayos el , está enfocado en nuestro sistema. Los otros seis rayos son por lo tanto sub-rayos de este rayo básico. La manipulación de estas subdi­visiones por nuestro Logos Solar crea cada variación de vida dentro de Su sistema.  Tan complejo es el tema de los rayos, tan penetrante y de tanto alcance es su influencia, que sólo será posible en este artículo tocar ligeramente la superficie de su acción y mostrar algo de su relevancia con nuestras vidas y relaciones. El objetivo será poner de manifiesto el valor de conocer las cualidades de los rayos que nos gobiernan a nosotros y a nuestras naciones y de esta manera estimular al lector a entrar en un estudio más profundo de estas fuerzas que, en cada plano, condicionan nuestra naturaleza y nos hacen lo que somos.

Lo esencial es saber que hay una séptuple división en todas las cosas del universo manifestado tanto de vida como de materia. Toda vida existente en nuestra cadena planetaria pertenece y pasa por uno u otro de los siete Rayos, cada uno de los cuales tienen siete subdivisiones. En el universo hay cuarenta y nueve Rayos que en gru­pos de siete constituyen los Siete Grandes Rayos Cós­micos procedentes de los Siete Grandes Logos. Sin em­bargo, en nuestra cadena planetaria y acaso en todo nuestro sistema solar sólo actúa uno de los siete Gran­des Rayos Cósmicos, cuyas subdivisiones son nuestros Siete Rayos. No se ha de suponer que nuestro sistema solar sea la única manifestación de dicho Logos, pues cada uno de los Siete Grandes Logos puede presidir millones de sistemas. La simbología cristiana alude a estos Siete Grandes Seres en el Apocalipsis de San Juan, que dice: “Y siete lámparas de fuego estaban ante el trono, las cuales son los siete Espíritus de Dios”. Son los Místicos Siete, los grandes Logos planetarios, centros de vida en el Logos. Son los verdaderos Jefes de los Rayos en todo el sistema solar y no únicamente en nuestro planeta. De uno u otro de estos Siete Logos pla­netarios o Jefes de los Rayos han emanado todos los seres humanos. Todo cuanto existe resulta de la acción de fuerzas naturales ajustadas a las leyes cósmicas; pero no olvi­demos que tras cada fuerza está siempre su administra­dor, la inteligente Entidad que la rige y dirige.
Así, pues, cuando la materia primordial o Espíritu que en tiempos futuros había de constituir al hombre emergió de la infinita indiferenciación, fluyó por siete canales dis­tintos, como podría el agua de un depósito fluir por siete distintos tubos, cada uno con diferente materia colorante que tiñese el agua que por él pasara y la distinguiera para siempre del agua fluyente por los demás tubos. Vamos a iniciar el estudio del interesante y profundo tema de "LOS SIETE RAYOS", intentando descubrir conjun­tamente su procedencia, su significado y su augusta finalidad en relación con el proceso de evolución de nuestro Universo. Aceptada como lógica la idea de una Jerarquía espiritual planetaria que dirige la evolución de la humanidad, la representa­ción del Quinto Reino de la Naturaleza, el de las Almas libera­das, tomaba cuerpo y consistencia objetiva en nuestra mente y nos invitaba a penetrar en el estudio de los misterios espiritua­les que constituyen aquel Centro infinito de redención del gé­nero humano. No vamos a repetir aquí cuanto dijimos en una anterior conversación acerca de la instauración, funciones y finalidad del Quinto Reino, o de la Gran Fraternidad Blanca, tal como esotéricamente se lo denomina, aunque sí nos será de utilidad insistir sobre el hecho de que el Centro total de la evolución en nuestro planeta es aquel SER, conocido oculta­mente bajo el nombre místico de SANAT KUMARA, quien rige los destinos del mundo y de todo cuanto en el mismo "vive, se mueve y tiene el ser", secundado estrechamente por otras seis grandes Entidades espirituales de elevadísima trascendencia a quienes la tradición esotérica denomina Budas esotéricos o Budas exotéricos, según sea el carácter interno o externo de su TRABAJO en relación con la evolución plane­taria. La idea de este grupo central constituido por SANAT KUMARA, el Señor del Mundo y los seis Budas antes descrip­tos nos introducirá en el estudio de los SIETE RAYOS que ini­ciamos ahora, ya que cada uno de estos excelsos Seres encarna alguna de las Siete Cualidades distintivas del Logos de nuestro Sistema Solar, cuyas corrientes de energía constituyen precisa­mente los SIETE RAYOS que son en su totalidad la Vida de nuestro Universo.
Hecha esta pequeña introducción vamos a intentar aclarar ahora el sentido de los Rayos cósmicos que condicionan la vida solar. Para ello será necesario que nos remontemos a las causas motivadoras de nuestro Universo, ya que sin una concepción más o menos objetiva o intelectual de las raíces cósmicas del mismo, nos resultaría poco menos que imposible comprender el origen de los Siete Rayos, tal como se manifiestan en nuestro Sistema Solar y muy concretamente en nuestro planeta.

 

SIETE son las cualidades distintivas de la Divinidad, psicológicamente descritas como: Voluntad dinámica. Amor atrayente, Inteligencia creadora, Armonía y Belleza, Investigación Científica, Devoción a un Ideal (el pro­pio Universo) y Magia de Orden y Cumplimiento. SIETE son, por tanto, las Entidades psicológicas o Señores de Rayo, lla­mados también LOGOS PLANETARIOS o, utilizando la cono­cida frase bíblica, LOS SIETE ESPÍRITUS ANTE EL TRONO DE DIOS, siendo lógicamente SIETE los Cuerpos de expresión física o "planetas sagrados" que utilizan dichos LOGOS. Tales planetas son: Vulcano, Júpiter, Saturno, Mercurio, Venus, Ura­no y Neptuno.

La estructura espiritual y física de nuestro Universo se fundamenta en las dos grandes corrientes de vida septenaria que fluyen por medio de las Constelaciones de la OSA MAYOR y de las PLEYADES. La organización de tales corrientes de vida y energía y su distribución en orden a densidades -si podemos utilizar esta expresión- determina la creación de los Siete Pla­nos del Sistema Solar, de los cuales emanan las energías que determinan los Siete Esquemas terrestres, las Siete Cadenas planetarias, las Siete Rondas de cada Cadena, los Siete planetas de cada Ronda, los Siete Reinos de la Naturaleza, las Siete Razas humanas, cada cual con sus siete correspondientes subra­zas, las Siete modificaciones del Éter, las Siete cualidades de la Luz, o siete colores del espectro solar, las Siete Notas fun­damentales del Sonido y, en lo que a la humanidad respecta, los Siete tipos psicológicos, los Siete grandes centros etéricos de distribución de la energía, denominados técnicamente CHAKRAS, cada cual con su correspondiente glándula endo­crina, etc. Como ustedes verán, y tal como la analogía nos lo demuestra, el Macrocosmos y el Microcosmos se com­plementan en este denominador común que en los estudios esotéricos es denominado LOS SIETE RAYOS. A partir de este momento sólo deberemos ir concretando detalles dentro de la impresionante majestad del conjunto que iremos estu­diando y tratar de darle validez científica al hecho psicoló­gico del hombre como un Septenario que refleja en su vida todo cuanto ocurre en los vastos océanos de lo Cósmico, ya que, según dicen todas las grandes religiones del mundo “el hombre es hecho a imagen y semejanza de la Divinidad”.
           
ESQUEMÁTICAMENTE PODEMOS DECIR:

1)        Dios, el Espíritu Supremo es UNO.
2)      Pero dentro de esa esencial UNIDAD existen o se manifiestan TRES matices o tipos de energía.
3)      Las TRES energías o divisiones dentro del UNO se ramifica a su vez en SIETE GRUPOS de energías peculiares.
4)      Los SIETE GRUPOS a su vez producen los 49 tipos de FUERZAS que se manifiestan a través de todas las formas, en los tres mundos y en los cuatro Reinos De La Naturaleza.
5)      Por lo tanto tenemos; El UNO Que Se Manifiesta En Tres. El Tres Que Se Divide En Siete Cabezas De Grupo, Haciendo Un Total De 49 Ramificaciones De Energías.

Enumeración de Los Siete Rayos


Hay tres rayos primarios, o rayos de aspecto y cuatro rayos secundarios o de atributo. Tienen muchos nombres que describen sus muchas cualidades y acciones, pero son, por lo general, enumerados como sigue:

Rayos de Aspecto:

1º rayo de Poder, Voluntad o Propósito
2º rayo de Amor-Sabiduría
3º rayo de Inteligencia Activa y Creativa.
Rayos de Atributo:

4º rayo de Armonía a través del Conflicto, o Belleza, o  Arte.
5º rayo de Ciencia Concreta o Conocimiento.
6º rayo de Idealismo Abstracto o Devoción.
            7º rayo de Orden Ceremonial, Magia, Ritual, Organización.

1.         El Señor de Poder o Voluntad. Esta Vida resuelve amar, y utiliza el poder como expresión de la divina benevolencia. Para su cuerpo de manifestación utiliza ese planeta del cual el Sol es el sustituto esotérico.
2.         El Señor de Amor-Sabiduría personifica el amor puro; los esotéricos consideran que está tan cerca del corazón del Lo­gos solar, como lo estaba el amado discípulo cerca del Corazón del Cristo de Galilea. Esta Vida infunde en todas las formas la cualidad del amor, conjuntamente con la manifes­tación más materialista del deseo; constituye el principio atractivo de la naturaleza y el custodio de la Ley de Atrac­ción, que es la demostración de la vida del Ser puro. Este Señor de Amor es el más poderoso de los siete rayos, por­que pertenece al mismo rayo cósmico de la Deidad solar. Se expresa a Sí mismo principalmente a través del planeta Jú­piter, el cual constituye Su cuerpo de manifestación.
3.         El Señor de Inteligencia Activa. Su trabajo está íntimamente ligado con la materia y actúa en colaboración con el Señor del segundo rayo. Es el impulso motivador en el tra­bajo inicial de la creación. El planeta Saturno constituye Su cuerpo de expresión en el sistema solar, y por intermedio de la materia (que en forma benéfica obstruye y obstaculiza) proporciona a la humanidad un amplio campo de experimen­to y experiencia.
4.         El Señor de Armonía, Belleza, y Arte. La principal función de este Ser consiste en crear Belleza (como expresión de la verdad) mediante la libre interacción de la vida y la for­ma, basando el canon de la belleza en el plan inicial tal Co­mo existe en la mente del Logos solar. No se ha revelado cuál es el cuerpo de manifestación de esta Vida, pero la ac­tividad que de él emana produce una combinación de soni­dos y colores y un lenguaje musical que expresan -en for­ma de ideal- lo que es la idea originadora. Este cuarto Señor de expresión creadora reasumirá Su actividad en la Tierra (de aquí a seiscientos años), aunque ya se sienten las prime­ras débiles expresiones de Su influencia, y en el próximo siglo se verá el renacimiento del arte creador en todas sus ramificaciones.
5.         El Señor de Conocimiento Concreto y Ciencia. Esta gran Vida está en íntimo contacto con la mente de la Deidad crea­dora, así como el Señor de segundo rayo lo está con el co­razón de esa misma Deidad. Su influencia, es grande ac­tualmente, aunque no tan poderosa como lo será más ade­lante. La ciencia es el desenvolvimiento psicológico en el hombre, debido a la influencia que ejerce este rayo, y recién ahora comienza a realizar su verdadero trabajo. Su in­fluencia aumenta en poder, de la misma manera que dis­minuye la influencia del sexto Señor.
6.         El Señor de Devoción e Idealismo. Esta Deidad Solar cons­tituye la expresión peculiar y característica de la cualidad del Logos solar. No olviden que en el gran esquema del "universo universal" (no sólo nuestro universo), la cuali­dad de nuestro Logos solar es tan diferente y distinta co­mo la de cualesquiera de los hijos de los hombres. Esta fuerza de rayo, junto con el segundo rayo, constituye una verdadera y vital expresión de la naturaleza divina. Las cualidades de dicho Señor son: la centrada militancia sobre un ideal, la centrada devoción al impulso de la vida y la sinceridad divina, las cuales plasman sus impresiones sobre todo lo que existe dentro de Su cuerpo de manifestación. Los esotéricos avanzados discuten sobre si Marte es o no, el planeta a través del cual él se manifiesta. Debe recor­darse que sólo unos pocos planetas constituyen los cuerpos de expresión de los Señores de los rayos. Hay diez "plane­tas de expresión" (usando el término empleado por los an­tiguos Rishis), y sólo siete Vidas de rayo se consideran que son los Constructores del sistema. El gran misterio que fi­nalmente será revelado en las iniciaciones superiores, es la relación que existe entre un rayo y un planeta. Por lo tan­to, no esperen una información más completa por ahora. La influencia de este sexto Señor ya está pasando.
7.         El Señor de Orden Ceremonial o Magia. Está ahora entran­do en el poder, y en forma lenta y segura hace sentir Su presencia. Su influencia es muy poderosa en el plano físi­co, porque existe una íntima interrelación numérica entre el Señor del séptimo rayo, por ejemplo, y el séptimo plano, el físico, así como la séptima raza raíz estará en completo acuer­do y expresará perfectamente la ley y el orden. Este rayo de orden y su advenimiento es parcialmente responsable de la actual tendencia en los asuntos mundiales de implan­tar gobiernos dictatoriales e imponer el control de un gru­po central de gobierno.
Será de valor el siguiente enunciado sobre la actividad o inactividad de los rayos, y quisiera que tengan en cuenta que se refiere únicamente a nuestra Tierra y sus evoluciones.

Primer Rayo.......
No está en manifestación.

Segundo Rayo....
En manifestación desde 1575 d.C.

Tercer Rayo.......
En manifestación desde 1425 d.C.

Cuarto Rayo...... 
Vendrá lentamente a la manifestación después del año 2025 d.C.

Quinto Rayo......
En manifestación desde 1775 d.C.

Sexto Rayo........  
Está saliendo rápidamente de la manifestación desde el año 1625 d.C.

Séptimo Rayo....
En manifestación desde 1675 d. C.

Vemos que hay cuatro rayos en manifestación actualmente: segundo, tercero, quinto y séptimo. Surge aquí la pregunta: ¿Cómo puede ser que existan personas que pertenezcan a todos los rayos al mismo tiempo? La razón radica, como fácilmente puede verse, en que el cuarto rayo Co­mienza a acercarse y el sexto se retira, lo cual permite que seis de esos rayos lleven a la manifestación a sus egos. Sin embar­go, ahora hay muy pocos egos del cuarto rayo en la Tierra, y un sin número de egos del sexto rayo, y pasarán más o menos dos­cientos años antes de que todos los egos del sexto rayo desencarnen.
Respecto a Almas de primer rayo, no existen tipos puros en el planeta. A quienes se los denomina de primer rayo perte­necen al primer subrayo del segundo rayo que se halla en en­carnación. Un ego puro de primer rayo en encarnación actual­mente sería un desastre. No hay suficiente inteligencia ni amor en el mundo como para equilibrar la voluntad dinámica de un ego que pertenezca al rayo del destructor. - La voluntad de la Deidad coloreó la corriente de unidades de energías que llamamos Rayo de Voluntad o Poder, el primer rayo, y el impacto de esa corriente sobre la materia del espacio aseguró que el oculto propósito de la Deidad sería, oportuna e inevitablemente revelado. Éste es un rayo de intensidad tan dinámica que se lo denomina Rayo del Destructor. Aún no está en plena actividad, y lo estará sólo cuando pueda revelarse sin peligro el propósito. Son muy pocas las unidades de energía de este rayo que existen en el reino humano. Como dije anteriormente, todavía no ha encarnado un verdadero tipo de primer rayo. Su principal potencia se encuentra en el reino mineral y la clave del misterio del primer rayo se halla en el radio.
El segundo rayo se encuentra peculiarmente activo en el reino vegetal; produce entre otras cosas la atracción magnética de las flores. El misterio del segundo rayo está oculto en el significado del perfume de las flores. Perfume y radio se rela­cionan, y son expresiones que emanan de los efectos producidos por los rayos al actuar sobre las diversas agrupaciones de sus­tancias materiales.
El tercer rayo se relaciona especialmente a su vez con el reino animal, y produce la tendencia a la actividad inteligente que se observa en los animales domésticos más evo­lucionados. A la analogía que existe entre la radioactividad y el perfume que emana de los reinos mineral y vegetal, la denomi­namos devoción, característica de la interacción atractiva entre los animales domésticos y el hombre. Quienes sienten devoción por las personalidades podrían trasmutar más rápidamente esa devoción en su analogía más elevada –amor a los principios- si se dieran cuenta que sólo exhalan emanaciones animales.
Los tres rayos de Voluntad, de Amor y de Inteligencia producen apariencia, aportan cualidad y, mediante el principio vida, el aspecto subyacente en la unidad, aseguran la continui­dad del progreso hasta el momento en que la voluntad de Dios se evidencia como poder, atrayendo hacia sí lo deseado, aplicando con sabiduría la experiencia de una gradual y creciente satis­facción, y utilizando inteligentemente lo adquirido en la expe­riencia para producir formas más sensibles y hermosas que ex­presen más plenamente la cualidad de la vida.  
Estos tres rayos son la suma total de todas las formas o apariencias, los  dadores de todas las cualidades y es aspecto Vida que emerge detrás de la manifestación tangible. Corresponden, en la familia humana a los tres aspectos: Personalidad, Alma y Mónada. La Mónada es voluntad dinámica o propósito, pero no es revelada hasta la Tercera Iniciación. El Alma es el Señor de Amor y sabiduría, mientras que la Personalidad es el Señor del Conocimiento y de la Actividad Inteligente. - Uno de los septenarios fundamentales de los rayos personifica en sí el principio de armonía; este CUARTO RAYO de armonía da a todas las formas lo que produce belleza y actúa para lograr armonización en todos los efectos que emanan del mundo de las causas, el mundo de los tres rayos mayores. Este cuarto rayo de belleza, arte y armonía produce la cualidad de la ORGANIZACIÓN DE LA FORMA. Puede pues decirse que es el rayo de la exac­titud matemática y no del artista, como muchos creen.
El cuarto rayo es esencialmente el refinador, el que produ­ce la perfección en la forma y el principal manipulador de las energías de Dios; lo hace de tal modo que el Templo del Señor es verdaderamente conocido en su exacta naturaleza como aque­llo que alberga la Luz. Así el Shekinah brillará dentro del lugar secreto del Templo en su plena gloria. Es el trabajo de los siete Constructores. Este rayo se expresa primordialmente en el primero de los planos amorfos contando desde abajo ha­cia arriba, y su verdadero propósito no puede emerger hasta que el alma haya despertado y la conciencia registrado adecuadamen­te lo conocido. Los planos o las esferas de expresión son influen­ciados en la manifestación por orden numérico.
El quinto rayo actúa activamente en el plano de mayor im­portancia para la humanidad, siendo para el hombre el plano del alma y de la mente superior e inferior. Personifica el prin­cipio del conocimiento, y debido a su actividad y a su íntima relación con el tercer Rayo de Inteligencia Activa, podría con­siderárselo especialmente en estos momentos como el rayo que tiene mayor relación vital con el hombre. Es el rayo que pro­duce la individualización -como cuando estaba activo en la épo­ca lemuriana- lo cual significa textualmente el cambio de la vida evolucionante de Dios en una nueva esfera de percepción. Al principio, esta particular trasferencia a formas más elevadas de percepción, tiende a la separatividad. El quinto rayo ha producido lo que llamamos ciencia. En la ciencia encontramos una condición extremadamente rara. La ciencia es separatista en su modo de encarar los diferentes as­pectos de la divina manifestación que denominamos el mundo de fenómenos naturales, pero de hecho no es separatista porque existe poco antagonismo entre las ciencias y poca competencia entre los científicos. Los trabajadores del campo científico se diferencian profundamente en esto de los del campo religioso. La razón reside en el hecho de que el verdadero científico, por ser una personalidad coordinada que trabaja en niveles mentales, actúa muy cerca del alma. Una personalidad desarrollada esclarece las diferenciaciones de la mente inferior predominante, pero la proximidad del alma (si se puede emplear una expresión tan simbólica) niega una actitud separatista. El hombre reli­gioso es prominentemente astral o emocional, y actúa en forma muy separatista, especialmente en la era pisciana, que va desapareciendo. Al decir hombre religioso me refiero al místico y a aquel que presiente la visión beatífica, y no a los discípulos ni a los llamados iniciados, porque éstos agregan a la visión mís­tica una captación mental entrenada.
            El sexto rayo de devoción personifica el principio de reco­nocimiento. Con esto quiero significar la capacidad de ver la ideal realidad que reside detrás de la forma; implica que se debe aplicar en forma concentrada el deseo y la inteligencia, a fin de expresar la idea presentida. Es responsable de la mayor parte de las formulaciones de Ideas que han hecho avanzar al hombre y de gran parte del énfasis puesto sobre la apariencia que ha velado y ocultado esos ideales. En este rayo -a medida que entra y sale cíclicamente de la manifestación- se lleva a ca­bo principalmente la tarea de diferenciar la apariencia y la cua­lidad, lo cual tiene su campo de actividad en el plano astral. Por lo tanto es evidente la complejidad de este tema y la agudeza del sentimiento implicado.
El séptimo Rayo de Orden Ceremonial o Magia, personifica una curiosa cualidad, característica sobresaliente de la Vida es­pecial que anima este rayo. La cualidad o principio, constituye el factor coordinador que unifica la cualidad interna con la for­ma, o la apariencia tangible externa. Este trabajo se desarro­lla principalmente en los niveles etéricos e incluye energía físi­ca. Tal es verdadero trabajo mágico. Quisiera indicar que cuan­do el cuarto y el séptimo rayos vengan juntos a la encarnación, tendremos un periodo muy peculiar de revelación y portador de luz. Se ha dicho que en ese periodo "el Templo del Señor adqui­rirá más gloria y los Constructores se regocijarán". Espiritualmente comprendido, éste será el momento culminante del trabajo masónico. La Palabra Perdida será recuperada y expresada pa­ra que todos la escuchen, y el Maestro se levantará y caminará entre Sus constructores en la plena luz de la gloria que brilla desde Oriente. La espiritualización de las formas puede considerarse como el trabajo principal del séptimo rayo, y este principio de fusión, coordinación y unión, está activo en los niveles etéricos cada vez que un alma encarna y nace un niño en la Tierra

“Los siete rayos son la suma total de la divina Conciencia, la Mente Universal; podrían ser considerados como las siete Enti­dades inteligentes a través de las cuales el plan se desarrolla. Personifican el divino propósito; expresan las cualidades reque­ridas para la materialización de ese propósito; crean las formas, y son las formas mediante las cuales la idea divina puede ser llevada a su consumación. Simbólicamente pueden considerarse como que constituyen el cerebro del divino Hombre Celestial. Corresponden a los ventrículos del cerebro, a los siete centros del cerebro, a los siete centros de fuerza y a las siete glándulas prin­cipales que determinan la calidad del cuerpo físico. Son los cons­cientes ejecutores del propósito divino y los siete Alientos que animan todas las formas que han sido creadas por Ellos para llevar a cabo el plan”.

            Las energías de estas siete Vidas, sin embargo, no están confinadas a su expresión planetaria, sino que se extienden alrededor de los confines del sistema solar, así como los impulsos de la vida de un ser humano -sus fuerzas vitales, el impulso de sus deseos y sus energías mentales- recorren su cuerpo activando los diver­sos órganos, permitiéndole llevar a cabo su intención, vivir su vida y cumplir el objetivo para el cual creó su cuerpo de mani­festación. Cada uno de los siete reinos de la naturaleza reacciona a la energía de alguna Vida particular de rayo. Cada uno de los siete planos reacciona en forma similar. Cada septenario de la naturaleza, vibra con uno de los septenarios iniciales, porque los siete rayos establecen ese proceso que asigna los límites influencia para todas las formas. Son aquello que determina todas las cosas, y al emplear estas palabras quiero indicar la necesidad de que prevalezca la Ley. La Ley es la voluntad de las siete Deidades, que se plasman en la sustancia a fin de producir una intención específica, mediante el método del proceso evolutivo.

DIEZ PROPOSICIONES FUNDAMENTALES

Uno:    Existe una Vida que se expresa a Sí Misma, primero, mediante siete cualidades o aspectos básicos y, segundo, por medio de una infinita diversidad de formas.

Dos:    Estas siete cualidades radiantes son los siete Rayos, las siete Vidas, que dan Su vida a las formas, y al mundo de las formas le dan su significado, sus leyes y su anhelo de evolucionar.

Tres:    Vida. cualidad y apariencia, o espíritu, alma y cuerpo, constituyen todo lo que existe. Son la existencia misma, con su capacidad de crecer, actuar y manifestar la belleza y estar en completo acuerdo con el Plan, el cual está arraigado en la conciencia de las siete Vidas de rayo.

Cuatro: Estas siete Vidas, cuya naturaleza es conciencia y cuya expresión es sensibilidad y cualidad específica, producen cíclicamente el mundo manifestado; trabajan juntos en la más estrecha unión y armonía; son los custodios del Plan y colaboran inteligentemente con él. Son los siete constructores, Quienes e­rigen el radiante Templo del Señor, guiados por la mente del Gran Arquitecto del Universo.

Cinco:  Cada vida de rayo se expresa predominantemente a Sí misma por medio de los siete planetas sagrados, pero la vida de los siete rayos fluye a través de cada planeta, incluso la Tierra, réplica del esquema general, y cada uno está de acuerdo con la intención y propósito del todo.

Seis:    La humanidad, de la cual se ocupa este tratado, es una expresión de la vida de Dios, y todo ser humano proviene de una de las siete fuerzas de rayo. La naturaleza del alma es cualificada o está determinada por la Vida de rayo que la exhaló, y la natu­raleza de la forma es coloreada por la Vida de rayo que -según su apariencia cíclica, en el plano físico, en un momento determi­nado- establece la cualidad de la vida racial y de la forma en los reinos de la naturaleza. La naturaleza del alma o su cualidad, es la misma durante un período mundial; la naturaleza y la vida de su forma cambian de una vida a otra, según su necesidad cíclica y las condiciones grupales del medio ambiente. Esto último lo determina el rayo o rayos, que prevalecen en ese momento.

SieteLa Mónada es la Vida vivida al unísono con las siete Vidas de rayo. Una Mónada, siete rayos e infinidad de formas, estructuran los mundos manifestados.

Ocho:  Las Leyes que rigen el surgimiento de la cualidad o el alma, por intermedio de las formas, son sencillamente el pro­pósito mental y la orientación de vida de los Señores de rayo; Su propósito es inmutable, Su visión es perfecta y Su justicia es suprema.

Nueve:   El modo o método para el desarrollo de la humanidad es la propia expresión o auto comprensión. Cuando esto se logra, el yo que se expresa es el verdadero Yo o Vida de rayo, y la comprensión obtenida revela a Dios como la cualidad del mundo manifestado y la Vida que anima la apariencia y la cualidad. Las siete Vidas de rayo, o los siete tipos de almas, se observan como expresión de la Vida una, y la diversidad se pierde en la visión del Uno y en la identificación con el Uno.

Diez:   El método empleado para obtener esta comprensión es la experiencia, comenzando con la individualización y terminando con la iniciación, produciendo así la perfecta fusión y expresión de vida, cualidad y apariencia.

LOS RAYOS Y EL HOMBRE

            Conocerse a sí mismo es indispensable. Son muchas las formas de hacerlo. Pero la CIENCIA que mayor éxito tendrá, será cuando se empiece a estudiar la verdadera CIENCIA DE LA PSICOLOGÍA ESOTÉRICA, y eso implicará directamente a la CIENCIA DE LOS RAYOS, que será como la culminación del estudio del hombre en sus aspectos más profundos. Los RAYOS que influyen directamente en la ESTRUCTURA y COMPOSICIÓN y lo hacen ser lo que es, y lo sitúan realmente donde está.:

El Rayo De La Mónada o Espíritu.
El Rayo Del Ego o Alma.
El Rayo Y El Subrayo De La Personalidad.
El Rayo Y El Subrayo Del Cuerpo Mental.
El Rayo Y El Subrayo Del Cuerpo Astral.
El Rayo Y El Subrayo Del Cuerpo Físico-Etérico.

            El Rayo del ESPÍRITU o Mónada solo puede ser uno de los tres principales o de ASPECTO, es decir, uno de los tres primeros. Mientras que el ALMA,  así como la personalidad y los diferentes cuerpos pueden ser de cualquiera de los SIETE RAYOS, ya sean de ASPECTO o de ATRIBUTO. - Por lo general el Discípulo puede ser informado sobre sus RAYOS en su totalidad, a excepción del RAYO de la MÓNADA, ya que el conocimiento de éste, aparte de no ser importante en cuanto a los primeros pasos en el Sendero, es un SECRETO que se revelará al INICIADO en las iniciaciones Superiores.

Cíclicamente, según el Plan del Logos, los rayos entran en manifestación produciendo mediante su influencia la sucesión de civilizaciones y culturas que marcan y miden la evolución de las razas. Los tres centros planetarios principales, Shamballa, la Jerarquía y la Humanidad, son, respectivamente, los exponentes de los tres rayos mayores de aspecto: Voluntad, Amor-Sabiduría e Inteligencia Activa.
Cada ser humano se encuentra en una u otra de estas siete energías y todos somos gobernados básicamente por fuerzas de cinco rayos:

-                      El rayo del alma, que permanece el mismo por innumerables eones;

-          El rayo de la personalidad, que varía de vida en vida hasta que todas las  cualidades son desarrolladas;

-                      El rayo que gobierna el cuerpo mental;

-                      Aquel rayo que gobierna el equipo emocional-astral;

-                      Y el rayo del cuerpo Físico, incluyendo el cerebro.

Todos estos rayos varían cíclicamente. Cada uno de los rayos trabaja fundamentalmente a través de un centro (o chakra) y juntos determinan la estructura y el aspecto físico, la naturaleza astral-emocional, la cualidad de la unidad mental. Nos predisponen a ciertas aptitudes de la mente y a determinadas fortalezas y debilidades (las virtudes y vicios de los rayos). Ellos nos dan nuestro particular color y tono general de la personalidad en el plano físico. Durante la mayor parte de nuestra experiencia evolutiva en esta tierra los rayos de la personalidad gobiernan nuestra expresión, pero cuando ya hemos cubierto dos tercios del sendero, el rayo del alma comienza a dominar y a expresarse. "Hombre, conócete a ti mismo", decían los antiguos Griegos. "Hombre, conoce tus rayos", dice el esotérico. Un conocimiento de los rayos propios provee a uno de una visión interna de las fortalezas y limitaciones propias, de la línea de mínima resistencia en esta vida y también de una comprensión de los puentes y las barreras entre uno y los demás, levantadas por la estructura de nuestro rayo particular.
Aquellos de rayos similares tienden a ver las cosas desde el mismo punto de vista, a tener el mismo enfoque de la vida, mientras que aquellos de rayos desiguales encuentran dificultad para llegar a una comprensión de las actitudes de los demás y lo que significan. Será evidente como este factor condiciona la calidad de la vida matrimo­nial. Afecta, también, al buen resultado o fracaso de las reuniones de los líderes de las naciones, especialmente cuando se comprende que cada nación está gobernada por dos rayos: el rayo superior del alma que expresa los más altos ideales de la nación (por lo general hasta ahora no manifestados); y el rayo inferior de la personalidad, que rige los deseos egoístas nacionales de la gente.
Un conocimiento de la estructura del rayo de algunos de los grandes individuos que han creado nuestra cultura y civilización nos permite ver cómo sus rayos les hicieron ser lo que fueron, condicio­naron sus acciones y cualidades y labraron sus destinos. - La ciencia de la psicología está en su infancia; trata de comprender los funcionamientos de la psique humana y en psicoterapia trabaja para mitigar los síntomas del estrés y trastorno. Sin embargo, hasta que no se alcance una comprensión del hombre como un alma en encarnación, gobernado por las influencias de determinado rayo, mucho permanecerá oscuro. Es el alma la que determina los rayos (y por lo tanto las influencias y Factores limitadores) de la personalidad y sus vehículos. La nueva psicología actualmente esotérica, partirá de esa premisa.

ANÁLISIS DE LOS RAYOS Y SU EXPRESIÓN

Primer Rayo De Voluntad O Poder.

A este rayo se lo denomina correctamente el del Poder, pero si fuera sólo poder sin sabiduría ni amor, sería una fuerza destructiva y desíntegradora. Sin embargo, cuando las tres caracte­rísticas están unidas se convierte en un rayo creador y regidor. Quienes pertenecen a este rayo poseen mucha fuerza de voluntad, sea para el bien o para el mal, para el bien cuando la voluntad es dirigida con sabiduría y el amor la ha convertido en altruismo. El hombre que pertenece al primer rayo siempre "estará al fren­te" en su campo de actividad. Puede ser el ladrón o el juez que lo condena, pero en cualquier caso se hallará a la cabeza de su profesión. Es el dirigente nato en cualquier carrera pública, alguien en quien se puede confiar y depender, defiende al débil y reprime la opresión, no teme a las consecuencias y es totalmente indiferente a los comentarios. Por otra parte un primer rayo que no ha sido modificado puede producir un hombre de naturaleza cruel, implacable e inflexible.
El hombre que pertenece al primer rayo es con frecuencia muy sentimental y afectuoso, pero no lo expresa fácilmente; le agradan los fuertes contrastes y las grandes masas de color, pe­ro raras veces será un artista; le deleitan los grandes efectos or­questales y los coros estrepitosos; si contrariamente su rayo está modificado por el cuarto, sexto o séptimo, será un gran compo­sitor. Algunos individuos que pertenecen a este rayo son sordos a las tonalidades y otros padecen de daltonismo, y no distinguen los colores diáfanos. Un hombre de este rayo distinguirá los colores rojo y amarillo, y confundirá irremediablemente el azul, el verde y el violeta.
El trabajo literario del hombre de primer rayo será enérgico y mordaz, no le preocupará su estilo ni la prolijidad. Ejemplos de este tipo podrían ser Lutero, Carlyle y Walt Whitman. Se dice que el mejor método que puede emplear el hombre de primer rayo para curar enfermedades, será extraer salud y fuerza de la gran fuente de vida universal por la fuerza de su voluntad, y la derra­maría sobre el enfermo. Por supuesto esto presupone un previo conocimiento de los métodos ocultos.  El método característico de este rayo para emprender la gran Búsqueda se hará mediante la fuerza de la voluntad. Un hombre de esta naturaleza podría, por así decirse, arrebatar el reino de los cielos "por la violencia". Hemos observado que el dirigente nato pertenece a este tipo de rayo, total o parcialmente. Produce el jefe supremo, como Napoleón o Kitchener. Napoleón pertenecía al primero y cuarto rayos y Kitchener al primero y séptimo rayos, otorgándole el séptimo su notable poder de organización.

El Segundo Rayo De Amor-Sabiduría


A este rayo se lo denomina el de la sabiduría, debido a su característico deseo de adquirir conocimiento puro y alcanzar la verdad absoluta -es frío y egoísta si no ama, y es inactivo si no posee poder. Si posee amor y poder, entonces tenemos el rayo de los Buddhas y de los grandes instructores de la humanidad- aquellos que habiendo alcanzado la sabiduría, para emplearla en bien de los demás, se entregan por entero a difundirla. El estu­diante que pertenece a este rayo está siempre insatisfecho de sus realizaciones más elevadas; no importa cuán amplio sea su conocimiento, su mente permanece siempre fija en lo desconocido, en el más allá y en las cumbres aún no escaladas.
            El hombre de segundo rayo tendrá tacto y previsión; será un excelente embajador, un destacado maestro o director de es­cuela; como hombre mundano tendrá una inteligencia clara y sabia para tratar los asuntos que se le presentan y tendrá capacidad para inculcar a otros el verdadero punto de vista de las cosas y hacer­las ver como él las ve; será un buen hombre de negocios si su rayo está modificado por el cuarto, quinto y séptimo rayos. El militar que pertenece a este rayo proyectará campañas inteligentes y preverá las posibilidades; será intuitivo respecto al mejor camino a seguir y nunca pondrá imprudentemente en peligro la vida de sus hombres. No será rápido en la acción ni muy enérgico. El artista que pertenece a este rayo tratará siempre de enseñar por medio de su arte, y sus cuadros tendrán un significado. Su trabajo lite­rario será siempre instructivo. El método para curar enfermeda­des del hombre de segundo rayo, será conocer a fondo el tempe­ramento del paciente y también la naturaleza de la enfermedad, a fin de aplicar su fuerza de voluntad en forma eficaz.
El método característico para acercarse al Sendero consis­tirá en un concienzudo estudio de las enseñanzas, hasta que sean parte de la conciencia del hombre, y no un mero conocimiento intelectual, sino una regla espiritual de la vida, atrayendo así la intui­ción y la verdadera sabiduría. - Un tipo indeseable de segundo rayo que se aboca a adquirir únicamente conocimiento para sí mismo, es totalmente indiferente a las necesidades humanas. La previsión de un hombre así dege­nerará en suspicacia, su calma en frialdad e inflexibilidad.

El Tercer Rayo De La Mente Superior


            Éste es el rayo del pensador abstracto, del filósofo y del me­tafísico, del hombre que se deleita en las matemáticas superiores pero, si no está modificado por un rayo práctico, no se preocupará por tener al día su contabilidad. Tendrá una imaginación muy desarrollada; por el poder de su imaginación captará la esencia de una verdad; su idealismo será con frecuencia muy marcado, es soñador y teórico; debido a sus amplios puntos de vista y gran cautela ve con la misma claridad todas las facetas de un asunto, lo cual a veces detiene su acción. Será un buen hombre de negocios; como militar resolverá teóricamente los problemas de táctica en su despacho, pero rara vez se destacará en el campo de batalla. Como artista, su técnica no será refinada, pero sus temas serán fe­cundos en ideas y despertarán interés. Amará la música, pero si no está influido por el cuarto rayo no será compositor. Poseerá ideas fecundas en todos los sectores de la vida, pero es demasiado impráctico para llevarlas a cabo.
El individuo que pertenece a este rayo es excesivamente des­preocupado, desaseado, ocioso e impuntual; no le importan las apariencias pero si tiene el quinto como rayo secundario, el suje­to cambiará totalmente. Los rayos tercero y quinto producen el historiador perfecto y equilibrado, que capta ampliamente su tema y verifica con paciente exactitud todos los detalles. Además, los rayos tercero y quinto unidos, producen los grandes matemáticos que se remontan a los niveles del pensamiento y a los cálculos abstractos y pueden llevar los resultados obtenidos a la aplicación científica. El estilo literario del hombre de tercer rayo es con de­masiada frecuencia complicado e indefinido, pero esto cambia si está influenciado por el primero, cuarto, quinto o séptimo rayos. Bajo el quinto rayo será un maestro de la pluma.
El método para curar enfermedades del hombre de tercer rayo consiste en emplear las drogas extraídas de minerales o de yerbas que pertenecen al mismo rayo del paciente a quien desea aliviar. - El método de emprender la gran Búsqueda que corresponde a este tipo de rayo es reflexionando profundamente sobre líneas filosóficas o metafísicas, hasta llegar a comprender el grandioso más Allá y la gran importancia que tiene hollar el Sendero que lo conduce allí.

El Cuarto Rayo De Armonía A Través Del  Conflicto

A este rayo se lo denomina "el rayo de la lucha" porque en él las cualidades rajas (actividad) y tamas (inercia) están en forma extraña, tan equilibradas, que la lucha entre ambas que­branta la naturaleza del hombre de cuarto rayo; cuando el resul­tado es satisfactorio se lo denomina el "Nacimiento de Horus" o del Cristo, originado por la agonía del dolor y el constante sufri­miento. Tamas o inercia, produce apego a las comodidades y a los pla­ceres, detesta causar dolor y llega hasta la cobardía moral, la in­dolencia, y a dejar las cosas como están, a descansar y a no pensar en el mañana. Rajas o actividad, es fogosa, impaciente e impulsa siempre a la acción. Estas fuerzas opuestas de la naturaleza con­vierten la vida del hombre de cuarto rayo en una perpetua lucha y desasosiego; las fricciones y las experiencias así adquiridas traen una rápida evolución, pero el hombre puede fácilmente convertirse en un héroe o en una nulidad. Es el rayo del valiente capitán de caballería, indiferente a sus propios riesgos y a los de sus seguidores., El hombre que per­tenece a este rayo hará qué renazca la esperanza perdida, porque en los momentos de gran excitación es dominado totalmente por rajas o actividad; es el rayo del arriesgado especulador y del tahúr, lleno de entusiasmo y proyectos, fácilmente agobiado por el fracaso o el dolor, pero recuperándose rápidamente de sus reveses e infor­tunios.
            Es prominentemente el rayo del color, del artista, cuyo Co­lorido es siempre admirable, aunque sus dibujos muchas veces son defectuosos (Watts pertenecía al Cuarto y segundo rayos). El hombre de cuarto rayo ama el color, y generalmente puede crearlo. Si no ha tenido entretenimiento como artista, con toda segu­ridad el sentido del color se expresará en otra forma, como selec­ción en el vestir y en la decoración. Las composiciones musicales de cuarto rayo están plenas de melodía, porque el hombre que pertenece a este rayo ama la melodía. Como escritor o poeta, su trabajo será con frecuencia brillante y abundarán las pintorescas descripciones pictóricas, pero serán ine­xactas, exageradas y frecuentemente pesimistas. Por lo general se expresa bien y tiene sentido del humor, pero, según su disposición de ánimo, pasará de una conversación brillante a un silencio melan­cólico. Es una persona deliciosa y difícil de convivir con ella.
El mejor método para curar, del hombre que pertenece al cuarto rayo, es el masaje y el magnetismo, utilizados con conoci­miento. El método de acercamiento al Sendero será por autocontrol, adquiriendo así el equilibrio entre las fuerzas antagónicas de la naturaleza. El camino inferior y extremadamente peligroso, es el del Hatha Yoga.

El Quinto Rayo De La Mente Inferior


Es el rayo de la ciencia y de la investigación; El hombre que pertenece a este rayo poseerá un intelecto agudo, gran exactitud en los detalles y hará incansables esfuerzos para llegar al origen de los detalles más pequeños y comprobar todas las teorías. Por lo ge­neral será excesivamente veraz, explicará en forma lúcida los he­chos, aunque a veces sea pedante y cansador debido a su obstina­ción en repetir menudencias triviales e innecesarias. Será orde­nado, puntual y eficiente; no le agradará recibir favores ni halagos. Es el rayo del químico eminente, del electricista práctico, del ingeniero sobresaliente, del gran cirujano. El estadista que perte­nece al quinto rayo tendrá puntos de vista estrechos, pero será excelente director de algún departamento técnico especial, aunque persona desagradable para sus subordinados. El militar se adap­tará más fácilmente a la artillería y a la ingeniería. Es raro en­contrar al artista en este rayo, a no ser que lo influyan, como ra­yos secundarios, el cuarto y el séptimo. Aún así, el colorido será apagado y las esculturas carecerán de vida; la música, si es com­positor, no será atractiva, aunque técnicamente correcta en su for­ma. El estilo en el escritor y orador será la claridad misma, pero carecerá de vehemencia y esencia; frecuentemente se extenderá demasiado debido al deseo de decir todo lo que puede sobre el tema que trata. Como cirujano será perfecto y sus mejores curaciones serán hechas por medio de la cirugía y la electricidad.
El método de acercamiento al Sendero para los que pertene­cen al quinto rayo es mediante la investigación científica llevada al máximo, y la aceptación de las deducciones extraídas.

El Sexto Rayo De Devoción


A este rayo se lo denomina el rayo de la devoción. El hombre que pertenece a este rayo tiene instintos e impulsos religiosos y un intenso sentimiento personal y no considera nada equitativa­mente. Todo a sus ojos es perfecto o intolerable; sus amigos son ángeles, sus enemigos el reverso. Sus puntos de vista, en ambos casos, no se basan en los méritos intrínsecos de cada uno, sino en el modo con que la persona lo atrae, o por la simpatía o antipatía que demuestra hacia sus ídolos favoritos, sean estos concretos o abstractos, porque es muy devoto a una persona o a una causa. - Siempre debe tener un "Dios personal", una encarnación de la Deidad para adorar. El mejor individuo de este tipo de rayos es el santo, el peor el intolerante y el fanático, el mártir y el in­quisidor típico. Todas las guerras religiosas o cruzadas, han sido originadas debido al fanatismo de sexto rayo.
El hombre es frecuentemente de naturaleza  benévola, pero puede enfurecerse y ser irascible. Ofrendará su vida por el objeto de su devoción o veneración, pero no levantará un dedo para ayu­dar a aquellos por quienes no siente simpatía. Como soldado odia la guerra, pero muchas veces en el fragor de la batalla luchará como un poseído. Nunca será un gran estadista ni hombre de ne­gocios, pero puede ser un gran predicador u orador. Será el poeta de las emociones (tal como Tennyson) y el autor de libros reli­giosos, en poesía o en prosa. Siente devoción por la belleza, el color y todas las cosas agradables, pero no tendrá gran capacidad pro­ductiva, a no ser que se halle influido por uno de los rayos de las artes prácticas, el cuarto o el séptimo. Su música será melodiosa y frecuentemente compondrá oratorias o música sacra.
El método de curación para el hombre de este rayo  será por  la fe y la oración. El acercamiento al Sendero será a través de las plegarias y la meditación a fin de lograr la unión con Dios.

El Séptimo Rayo De Orden Ceremonial O Magia
Este rayo del ceremonial, por el cual el hombre se deleita de "todas las cosas realizadas en forma decente y ordenada" y de acuerdo a reglas y precedentes. Del gran sacerdote y el chambe­lán de la corte, del militar que es genio nato para la organización; del administrador general, que vestirá y alimentará a sus tropas de la mejor manera posible; de la perfecta enfermera que cuida los menores detalles, aunque a veces se inclina demasiado a no considerar la idiosincrasia de los pacientes, y trata de obligarlos a que se ajusten a una rutina. Es el rayo de la forma, del perfecto escultor que ve y produce la belleza ideal, del diseñador de hermosas formas y de los mol­des de cualquier tipo; pero un hombre así no tendría éxito como pintor, a no ser que ejerza influencia el cuarto rayo. La combina­ción del cuarto con el séptimo rayo podría dar el tipo más elevado de artista, la forma y el color serían sublime. El trabajo literario del hombre que pertenece al séptimo rayo será notable por su estilo súper refinado, y como escritor se preocupará más por la forma que por el tema de su trabajo, pero poseerá fluidez para escribir y hablar. El hombre de séptimo rayo será frecuentemente sectario; se deleitará con los ceremoniales y las fiestas de guardar, las grandes procesiones y espectáculos, los desfiles navales y militares, el estudio del árbol genealógico y las reglas de precedencia.
El individuo indeseable que pertenece al séptimo rayo es supersticioso; un hombre de esta naturaleza se preocupará por las pre­moniciones, los sueños, las prácticas ocultistas y los fenómenos espiritistas. El individuo deseable de este rayo tiene la absoluta intención de hacer lo correcto, pronunciar la palabra correcta en el momento oportuno, de allí su gran éxito social.
Los métodos de curación para el hombre de séptimo rayo serán aplicar con extrema exactitud el tratamiento ortodoxo para curar la enfermedad. La práctica de la Yoga no le ocasiona males físicos. - Se acercará al Sendero cumpliendo las reglas de la práctica y el ritual, y puede fácilmente evocar y controlar las fuerzas ele­mentales.
De lo expuesto podrá deducirse que las características de cualquier rayo tienen una analogía más estrecha con uno de los rayos que con los demás. Esto es verídico. El único que se encuen­tra solo y no tiene relación con los demás es el cuarto rayo, lo cual nos recuerda la posición singular que el número cuatro ocupa en el proceso evolutivo. Tenemos la cuarta raza raíz, la cuarta-cadena planetaria, el cuarto planeta de la cadena, el cuarto manvantara planetario, etc. Existe una estrecha relación entre el tercero y el quinto ra­yos. Al buscar el conocimiento, el sendero a seguir es, por ejemplo, el estudio laborioso y minucioso de los detalles, tanto en filosofía, matemáticas superiores, como en las ciencias prácticas. La analogía entre el segundo y el sexto rayos se demuestra en la captación intuitiva del conocimiento sintetizado y en el vínculo común de lealtad y fidelidad. Destreza, inmutabilidad y perseverancia, son las característi­cas que corresponden al primero y al séptimo rayos.

Relaciones Entre los Rayos de las Naciones

Introducción

Es de gran interés para nosotros conocer algo referente a las energías y fuerzas que originan la actual situación internacional y presentan los complejos problemas enfrentados por las Nacio­nes Unidas. En último análisis, toda la historia es el registro de los efectos de estas energías o radiaciones (en otras palabras, RAYOS) a medida que actúan sobre la humanidad en las muchas y variadas etapas de su desarrollo evolutivo, que se extienden desde la etapa de la humanidad primitiva hasta nuestra moderna ci­vilización; todo cuanto ha acontecido es el resultado de estas ener­gías que afluyen cíclicamente a través de la naturaleza y de esa parte de la misma que llamamos reino humano.
Estas energías actúan incesantemente sobre la humanidad, pro­duciendo cambios y expresándose mediante sucesivas civiliza­ciones y culturas, dando forma a las distintas razas y naciones. Esto de ninguna manera infringe el libre albedrío del hom­bre; tales fuerzas presentan un aspecto superior y otro inferior y el hombre responde a ellas de acuerdo a su desarrollo mental y espiritual, como lo hacen la totalidad de las naciones y razas. La humanidad ha llegado a la etapa donde hay una respuesta muy sensible a lo superior y mejor.

Cada nación, como cada individuo está gobernada por dos rayos:

Un rayo del alma, que es sentido y expresado por los iniciados y discípulos de la nación; y un rayo de la personalidad que es la influencia y expresión dominante de la mayoría. Actualmente, la mayor parte de las naciones actúan en su propio interés separatista en vez de en el interés de la comunidad mundial en conjunto y están expresando por lo tanto su rayo de la personalidad. Cada cierto tiempo, sin embargo, por medio de la actividad de los iniciados y discípulos del país, el rayo del alma puede expresarse y la verdadera cualidad de la nación se puede ver. Ver la historia desde una comprensión de los rayos que gobiernan a las naciones y razas es verla con una nueva luz. Llega a ser evidente por qué ciertas naciones son aliadas mientras que otras tienen poco en común y son tradicionalmente hostiles la una con la otra. Llega a ser fascinantemente claro porqué las ideas singulares, los movimientos y las religiones florecen en un período y decaen en otro; porqué algunos países surgen durante un tiempo y llegan a ser influencias dominantes en el mundo mientras que otros están descansando, por así decirlo, esperando su tiempo de despertar mediante los estímulos de un rayo que está entrando. Veamos, pues, los rayos de algunas naciones:

Los Rayos de las Naciones
           
País
Alma
Personalidad

País
Alma
Personalidad

Afganistán
6
4

Irlanda
6
6
Albania
2
7

Islandia
3
4
Alemania
4
1

Italia
6
4
Argentina
l
6

Japón
6
4
Australia
2
7

Corea
6
4
Austria
4
5

Grecia
1
3
Bangladesh
7
6

Malasia
3
3
Bélgica
5
7

Mongolia
3
6
Holanda
5
7

Nepal
6
3
Brasil
4
2

Noruega
2
4
Bután
6
2

Pakistán
6
4
Bulgaria
6
7

Polonia
6
6 (4)
Gran Bretaña
2
1

Portugal
6
7
Canadá
2
1

Rumania
6
7
Checoslovaquia
4
6

Rusia
7
6
China
1
3

Sri Lanka
6
4
Dinamarca
3
2

Suecia
3
2
EE.UU.
2
6

Suiza
2
3
Egipto
1
7

Tailandia
7
6
España
6
7

Tíbet
7
4
India
1
4

Turquía
3
6
Finlandia
3
2

Vietnam
4
6
Francia
5
3

Yugoslavia
6
7
Los Rayos y los Planetas

Cada uno de los planetas tiene su deidad u Hombre Celestial que le da el alma. Los Siete hombres Celestiales son los "Siete Espíritus ante el Trono", los Logos de los siete planetas sagrados, que focalizan las energías de los siete rayos.
Los planetas sagrados son aquellos en los que el Señor de la Vida del planeta (Logos planetario) ha recibido la iniciación cósmica que corresponde a la tercera iniciación en el hombre, la Transfiguración. Los Hombres Celestiales que dan alma a los planetas no sagrados no han alcanzado todavía esa etapa de la evolución y Su cuerpo de expresión, el planeta, expresa y transmite la cualidad del rayo particu­lar con menos pureza de la que lo hacen los planetas sagrados.  Estos planetas son:

   Planetas Sagrados:               Planetas no Sagrados:

Vulcano -   1er rayo
Marte –     6º rayo
Mercurio - 4º rayo
La Tierra - 3er rayo
Venus -      5º rayo
Plutón- 1er rayo
Júpiter -     2º rayo
La Luna (tapando un planeta oculto)  4º rayo
Saturno -    3er rayo
El Sol (tapando un planeta oculto) – 2º rayo
Neptuno -  6º rayo

Urano -      7º rayo


En orden de evolución, los planetas sagrados son: 1) Urano; 2) Mercurio; 3) Vulcano; 4) Venus; 5) Júpiter y Neptuno, 6) Saturno. Los planetas no sagrados en orden de evolución son: 1) Marte; 2) Tierra; 3) Plutón y un planeta oculto; 4) un planeta oculto.

Cada uno de los siete rayos (cada uno de los cuales es la expresión de una Vida Solar) se expresa a través de tres constelaciones del zodíaco o por medio lo de un triángulo de energías. Es esta relación la que forma la base de la Ciencia de los Triángulos y de la astrología misma. Relaciona nuestro planeta con el sistema solar y el sistema solar con la gran totalidad. Los rayos utilizan los planetas como agentes de transmisión.




9 TIPOS DE INFLUENCIA DE RAYOS QUE HACEN AL HOMBRE LO QUE ES Y DETERMINAN SU PROBLEMA:
                                                                        
1-       El Rayo Del Sistema Solar:  

Es el Gran Rayo Cósmico De Amor- Sabiduría.

2-       El Rayo Del Logos Planetario De Nuestro Planeta: 

Es El Rayo De Inteligencia-Activa

3-       El Rayo Del Reino Humano:  

- Es El Rayo Egoico  De Armonia A Traves Del Conflicto.
- Es El Rayo De La Personalidad  De Conocimiento Concreto.

4-    Nuestro Rayo Racial (Ario):  

       Rayo De Inteligencia Y El Rayo De Conocimiento Concreto.

5-   Los Rayos Que Rigen Cualquier Ciclo Particular:
               
-          Rayo      En Manifestación Desde      1.557   D.C.
                -           Rayo      En Manifestación Desde      1.425   D.C.
                -           Rayo      En Manifestación Desde      1.775   D.C.
                -           Rayo      En Manifestación Desde      1.675   D.C.

( El Rayo Sale Rápidamente De La Manifestación Desde 1.625 D.C. )
               
6-   El Rayo Nacional:   En Nuestro Caso “España”

- Rayo Egóico  De Devoción E Idealismo.
- Rayo De La Personalidad  De Orden.

7-   El Rayo Del Alma O EgoPersonal De Cada Uno.

8-   El Rayo Y Subrayo De La Personalidad:  De Cada Uno.

9-   Los Rayos Y Subrayos Que Rigen Nuestro Particular:  

A-  El Cuerpo Mental.
B-  El Cuerpo Emocional O Astral.
C-  El Cuerpo Físico.

(Existen otros Rayos implicados, pero los expuestos poseen un mayor poder condicionante)