Capítulo. XV.
“LAS LEYES UNVERSALES”
La existencia así como la
vida y la creación no podrían tener cabida sin un orden. El equilibrio es necesario y para eso es imprescindible una
intencionalidad A pesar de nuestra positiva evolución científica, y sus logros
en el campo de la investigación de la energía y la materia, cabe afirmar que
todavía está en su primera fase de acercamiento a la verdadera CAUSA de la Existencia. Mucho se sabe
sobre el ASPECTO FORMA de las cosas,
sobre el revestimiento material de la vida, pero todavía muy poco sobre su ASPECTO VIDA, en su aspecto superior,
esencial o alma de esas mismas.
En un Universo como el
nuestro, donde tienen cabida muchos planos, DIMENSIONES o estados subliminales
de la materia, la pregunta de cuántas y cuáles son sus LEYES REGULADORAS que
nos afectan de una u otra forma, directa o indirectamente, interna o
externamente, no tiene una respuesta segura en estos momentos de la evolución
humana. Si embargo, y a pesar de nuestra ignorancia, ahí están, condicionando
nuestras vidas y moviéndonos en la marea de la existencia, en el océano de la
vida sin poder dirigir seguramente nuestro rumbo (el cual muchas veces
desconocemos). Para bien o para mal aunque aparentemente parezca duro la ignorancia tiene un precio, muchas
veces doloroso. Sin embargo, siempre hay una salida, y los MAESTROS e
INSTRUCTORES DIVINOS nos las han mostrado, y aún continúan enseñándola, ahí
están sus huellas, sus enseñanzas y obras.
Nacemos sin un manual de
instrucciones
y aprendemos las lecciones casi siempre a través del dolor y del sufrimiento, y
aún así en muchos casos, nos cuesta aprenderlas. Si preguntamos a un Maestro de
Sabiduría cómo ser feliz, posiblemente nos contestaría diciéndonos que nos
DESCENTRALIZÁRAMOS de nosotros mismos y
ayudáramos al mundo. Quizá, alguien diría que es una respuesta sin sentido o
poco creíble. Sin embargo, la respuesta es simplemente la puesta en práctica de
una LEY DIVINA que todos los Maestros e Iniciados de todos los tiempos han
practicado con un 100% de eficacia. Las
Leyes siempre actúan a un 100%,
de no ser así no serían leyes, sino proyecto de leyes. Y al igual que un
conductor de vehículos ha de aprender las leyes y señales de circulación, con
el fin de viajar seguro y llegar sano y salvo a su destino, así también el
ASPIRANTE ha de aprender las LEYES DE LA VIDA, para acelerar su
evolución y realizar el PLAN que está en él y le hará libre.
Aquí expondremos algunas de
estas Leyes, posiblemente las más importantes para el aspirante y también para
el discípulo. Estas Leyes son de vital importancia, siendo necesario su estudio
para recorrer el SENDERO con
seguridad y éxito. Estas LEYES que
expondremos a continuación son reconocidas por la mayoría de las escuelas
esotéricas del mundo, formando este LEGADO parte del Patrimonio de nuestros
"HERMANOS MAYORES" o Maestros de Sabiduría, que sabiamente habían
guardado, excepto para aquellos que con
seguridad pudieran hacer buen uso de ellas. Hoy en día están al alcance de
todos, pero sólo aquellos que sienten el impulso de sus Almas hambrientas de
sabiduría, son capaces de sacarles su verdadero provecho...
- Las LEYES pertenecen al
"TODO".
- Todas las cosas pertenecen al "TODO".
- Y el "TODO" está en todas y cada una de
las cosas.
- Al "TODO" se le llama DIOS,
y nada se escapa a sus LEYES DIVINAS, porque nada puede existir fuera de ÉL.
Antes de proseguir con
nuestros estudios, quisiéramos enunciarles TRES
AFORISMOS (aunque en verdad sólo
son uno), que despejan cualquier duda sobre LA
OBRA OCULTA:
“ DONDE QUIERA QUE ESTÉN
LAS HUELLAS DEL MAESTRO, ALLÍ LOS OÍDOS DEL QUE ESTÁ PRESTO PARA RECIBIR SUS
ENSEÑANZAS SE ABREN DE PAR EN PAR ”
|
“ CUANDO EL OÍDO ES CAPAZ
DE OIR, ENTONCES VIENEN LOS LABIOS QUE HAN DE LLENARLOS DE SABIDURÍA ”
|
“ LOS LABIOS DE LA SABIDURÍA
PERMANECEN CERRADOS, EXCEPTO PARA EL OÍDO CAPAZ DE COMPRENDER ”
|
LOS SIETE PRINCIPIOS HERMÉTICOS
Ningún conocimiento oculto
ha sido tan celosamente guardado como los fragmentos de las enseñanzas herméticas, las que han llegado hasta nosotros
a través de las centurias transcurridas desde los tiempos del Gran Fundador
“HERMES TRISMEGISTO”, “el elegido de los dioses”, quien
vivió en el antiguo Egipto, cuando la raza actual estaba en su infancia.
Contemporáneo de Abraham, y, si la leyenda no miente, instructor de aquel
venerable sabio, Hermes fue y es el Gran Sol Central del Ocultismo, cuyos
rayos han iluminado todos los conocimientos que han sido impartidos desde
entonces. Todas las bases fundamentales de las enseñanzas esotéricas que en
cualquier tiempo han sido impartidas a la raza son originarias, en esencia, de
las formuladas por Hermes. Aún las más antiguas doctrinas de la India han
tenido su fuente en las enseñanzas herméticas.
“Los
Principios De La Verdad Son Siete; El Que Comprende Esto Perfectamente, Posee “La Clave Mágica Ante La
Cual Todas Las Puertas Del Templo Se Abrirán De Par En Par”.
El Kybalion
Los siete
Principios sobre los que se basa toda la Filosofía Hermética son los siguientes:
I. - El principio del MENTALISMO.
II. - El principio de CORRESPONDENCIA.
III.
- El principio de VIBRACIÓN.
IV. - El principio de POLARIDAD.
V. - El principio de RITMO.
VI. - El principio de CAUSA y EFECTO.
VII. - El principio de GENERACIÓN.
Veamos a continuación cada Principio por separado:
1. EL PRINCIPIO DEL MENTALISMO
“El TODO es Mente; El universo es mental”.
|
Este principio encierra la
verdad de que "TODO ES MENTE".
Explica que el TODO que es la
realidad sustancial que se oculta detrás de todas las manifestaciones y
apariencias que conocemos bajo los nombres de "universo material"
"fenómenos de la vida", "materia", "energía"
etc., y en una palabra, todo cuanto es sensible a nuestros sentidos materiales,
es espíritu, quien en sí mismo es
incognoscible e indefinible, pero que puede ser considerado como una mente
infinita, universal y viviente. Explica también que todo el mundo fenomenal o universo es una creación mental del TODO en
cuya mente vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Este
principio al establecer la naturaleza mental del universo, explica fácilmente
los varios fenómenos mentales y psíquicos que tanto han preocupado la atención
del público, y que sin tal explicación no son comprensibles y desafían toda
hipótesis científica. La comprensión de este principio hermético de mentalismo habilita al individuo a realizar
y conocer la ley que rige el universo mental, aplicándola a su bienestar y
desarrollo. El estudiante de la Filosofía Hermética puede emplear conscientemente
las grandes leyes mentales, en vez de usarlas por casualidad o ser usado por
ellas. Con la clave maestra en su poder, el discípulo puede abrir las puertas
del Templo del conocimiento mental y psíquico y entrar en el mismo, libre e
inteligentemente. Este principio explica la verdadera naturaleza de la
energía, de la fuerza y de la materia, y el cómo y el por qué todas éstas están
subordinadas al dominio de la mente. Uno de los antiguos Maestros escribió
hace largo tiempo:
"El que comprenda la
verdad de que el universo es mental, está muy avanzado en el sendero del
adeptado".
Y estas palabras son tan
verdad hoy en día como lo eran cuando fueron escritas. Sin esta clave maestra
el adeptado es imposible, y el estudiante que no la posea, en vano llamará a la
puerta del Templo...
II. EL PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA
“Como Arriba Es Abajo; Como Abajo Es Arriba”
|
Este principio encierra la
verdad de que hay siempre una cierta correspondencia entre las leyes y los fenómenos de los varios estados del
ser y de la vida, y el antiquísimo axioma hermético se refiere precisamente a
esto, y afirma: "Como arriba es abajo; como abajo es arriba",
y la comprensión de este principio da una clave para resolver muchos de los más
oscuros problemas y paradojas de los misteriosos secretos de la Naturaleza. Hay
muchos planos que no conocemos, pero cuando aplicamos esa ley de
correspondencia a ellos, mucho de lo que de otra manera nos sería
incomprensible se hace claro a nuestra conciencia. Este principio es de
aplicación universal en los diversos planos; mental, material o espiritual del
Cosmos: es una ley universal. Los antiguos hermetistas consideraban este
principio como uno de los más importantes auxiliares de la mente, por cuyo intermedio
se puede descorrer el velo que oculta lo desconocido a nuestra vista. Su
aplicación puede desgarrar un tanto el “Velo de Isis”, de tal manera que nos
permita ver, aunque sólo sea, algunos de los rasgos de la Diosa.
De igual manera que el
conocer los principios de la geometría habilita al hombre para medir el
diámetro, órbita y movimiento de las más lejanas estrellas, mientras permanece
sentado en su observatorio, así también el conocimiento del principio de
correspondencia habilita al hombre a razonar inteligentemente de lo conocido a
lo desconocido; estudiando la mónada se llega a comprender al arcángel.
III.
EL PRINCIPIO DE VIBRACIÓN
“Nada es inmóvil; todo se mueve; todo vibra".
|
Este principio encierra la
verdad de que todo está en movimiento,
de que nada permanece inmóvil. Cosas ambas que confirma por su parte la ciencia
moderna, y cada nuevo descubrimiento lo verifica y comprueba. Y, a pesar de
todo, este principio hermético fue enunciado ya hace cientos años por los Maestros
del antiguo Egipto. Este principio explica las diferencias entre las diversas
manifestaciones de la materia, de la fuerza, de la mente y aún del mismo
espíritu, las que no son sino el resultado de los varios estados vibratorios.
Desde el TODO, que es puro Espíritu,
hasta la más grosera forma de materia, todo está en vibración: cuanto más alta
es ésta, tanto más elevada es su posición en la escala. La vibración del
espíritu es de una intensidad infinita; tanto, que prácticamente puede
considerarse como si estuviera en reposo, de igual manera que una rueda que
gira rapidísimamente parece que está sin movimiento. Y en el otro extremo de
la escala hay formas de materia
densísima, cuya vibración es tan débil que parece también estar en
reposo. Entre ambos polos hay millones de millones de grados de intensidad
vibratoria.
Desde el corpúsculo y el
electrón, desde el átomo y la molécula hasta el astro y los universos, todo
está en vibración. Y esto es igualmente cierto en lo que respecta a los estados
o planos de la energía o fuerza (la que no es más que un determinado estado
vibratorio, y a los planos mentales
y espirituales. Una perfecta comprensión de este principio habilita al estudiante
a controlar sus propias vibraciones mentales, así como las de los demás. Los
Maestros también emplean este principio
para conquistar los fenómenos naturales.
“El que comprenda el
principio VIBRATORIO ha alcanzado el cetro del poder”.
|
IV. EL PRINCIPIO DE POLARIDAD
"Todo es
doble; todo tiene dos polos; todo su par de opuestos; los semejantes y los
antagónicos son lo mismo; Los opuestos son idénticos en naturaleza, pero
diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son
semiverdades; todas las paradojas pueden reconciliarse".
|
Este principio encierra la
verdad de que todo es dual; todo
tiene dos polos; todo su par de opuestos afirmaciones que son otros
tantos axiomas herméticos. Explica y dilucida las antiguas paradojas que han dejado
perplejos a tantísimos investigadores, y que literalmente decían: “La tesis y la antítesis son
"idénticas" en naturaleza, difiriendo sólo en grado”; “los opuestos
son idénticos en realidad, diferenciándose en su graduación”. "Los pares
de opuestos pueden
conciliarse, los extremos se tocan"; “todo es y no es al mismo
tiempo “; “toda verdad no es sino media verdad”; "toda verdad es medio
falsa", etc. Este principio explica que en cada cosa hay DOS POLOS, dos
aspectos, y que los "opuestos"
no son, en realidad, sino los dos extremos de la misma cosa, consistiendo la
diferencia, simplemente, en diversos grados entre ambos.
El calor y el frío, aunque
opuestos, son realmente la misma cosa, consistiendo la diferencia,
simplemente, en diversos grados de aquélla. Mirad un termómetro y tratad de
averiguar dónde empieza el calor y
dónde termina el frío. No hay nada que sea calor absoluto en realidad, indicando
simplemente ambos términos, frío y calor, diversos grados de la misma cosa, y
que ésta se manifiesta en esos opuestos no es más que los polos de eso que se
llama calor, o sea, la manifestación del principio de polaridad que nos ocupa.
El mismo principio se manifiesta en
la "luz" y la "obscuridad", las que, en resumen,
no son sino la misma cosa, siendo ocasionada la diferencia por la diversidad
de grado entre los dos polos del fenómeno, ¿Dónde termina la obscuridad y dónde
empieza la luz? ¿Cuál es, la diferencia entre grande y pequeño? ¿Cuál entre
duro y blando? ¿Cuál entre
blanco y negro? ¿Cuál entre alto
y bajo? ¿Cuál entre
positivo y negativo? El principio
de polaridad explica esta paradoja.
El mismo principio opera de idéntica manera en
el plano mental. Tomemos, por ejemplo, el amor y el odio, dos estados mentales
completamente distintos aparentemente, y notaremos que hay muchos grados entre
ambos; tantos, que las palabras que nosotros usamos para designarlos,
"agradable" y "desagradable", se esfuman una en la otra,
hasta tal punto que muchas veces somos incapaces de afirmar si una cosa nos
causa placer o disgusto. Todas no son más que gradaciones de una misma cosa,
como lo comprenderéis claramente por poco que meditéis sobre ello. Y aún más
que esto, es posible cambiar o transmutar las vibraciones de odio por vibraciones
de amor, en la propia mente y en la mente de los demás, lo que es considerado
como lo más importante por los ocultistas. Muchos de los que leéis estas
páginas habréis tenido experiencias en vosotros mismos y en los demás de la
rápida e involuntaria transición del amor en odio y recíprocamente. Y ahora
comprenderéis la posibilidad de efectuar esto por medio del poder de la
voluntad, de acuerdo con las fórmulas herméticas. El "Bien" y el "Mal" no son sino los polos de una
misma y sola cosa, y el discípulo comprende y conoce perfectamente el arte de
transmutar el mal en el bien, aplicando inteligentemente el principio de
polaridad. En una palabra, el "arte
de polarizar" se convierte en una fase de la alquimia mental,
conocida y practicada por los antiguos y modernos Maestros ocultistas.
“La
perfecta comprensión de este principio capacita para cambiar la propia
polaridad, así como la de los demás, si uno se toma el tiempo y estudia lo
necesario para dominar este arte”
V.
EL PRINCIPIO DEL RITMO
“Todo fluye
y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso; todo asciende y
desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento a la
derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es
la compensación”.
|
Este principio encierra la
verdad de que todo se manifiesta en un determinado movimiento de ida y vuelta; un flujo y reflujo, una oscilación de péndulo
entre los dos polos que existen de acuerdo con el principio de polaridad. Hay
siempre una acción y una reacción, un avance y un retroceso, una ascensión y un
descenso. Y esta ley rige para todo: soles, mundos, animales, mente, energía,
materia. Esta Ley lo mismo se manifiesta en la creación como en la destrucción
de los mundos, en el progreso como en la decadencia de las naciones, en la
vida, en las cosas todas, y, finalmente, en los estados mentales del hombre, y
es con referencia a esto último que creen los hermetistas que este principio es
el más importante. Los hermetistas han descubierto este principio,
encontrándolo de aplicación universal, y han descubierto, asimismo, ciertos
métodos para escapar a sus efectos, mediante el empleo de las fórmulas y
métodos apropiados. Emplean para ello la ley mental de neutralización. No pueden anular el principio o impedir que
opere, pero han aprendido a eludir sus efectos hasta un cierto grado, grado que
depende del dominio que se tenga de dicho principio.
Saben cómo usarlo, en vez de ser usados
por él. En este y en otros parecidos métodos consiste la ciencia ESOTÉRICA.
El Maestro se
polariza a sí mismo en el punto donde desea quedarse, y entonces neutraliza la
oscilación rítmica pendular que tendería a arrastrarlo hacia el otro polo.
Todos los que han adquirido
cierto grado de dominio sobre sí mismos ejecutan esto hasta cierto punto,
consciente o inconscientemente, pero el Maestro lo efectúa conscientemente. Y
por el solo poder de su voluntad alcanza un grado tal de estabilidad y firmeza
mental casi imposible de concebir por esa inmensa muchedumbre que va y viene en
un continuado movimiento ondulatorio impulsada por ese principio de ritmo. Este,
así como el de la polaridad, han sido cuidadosamente estudiados por los
ocultistas, y los métodos de contrabalancearlos, neutralizarlos
y emplearlos,
forman una de las partes más importantes de la “Alquimia Mental” hermética.
VI. EL PRINCIPIO DE CAUSA Y EFECTO
“Toda causa
tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la
Ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a una ley no
conocida; hay muchos planos de
causalidad, pero
nada escapa a la Ley”.
|
Este principio encierra la verdad de que todo efecto tiene su causa, y
toda causa su efecto. Afirma que nada ocurre casualmente y que todo sucede conforme a la
Ley. La suerte es una palabra varia, y si bien existen muchos planos de causas
y efectos, dominando los superiores a los inferiores, aún así
ninguno escapa totalmente a la Ley. Los Ocultistas conocen los medios y los
métodos por los cuales se puede ascender más allá del plano ordinario de
causas y efectos, hasta cierto grado, y alcanzando mentalmente el plano
superior se convierten en causas en vez de efectos. Las gentes se dejan llevar,
arrastradas por el medio ambiente que las envuelve o por los deseos y
voluntades de los demás, si éstos son superiores a las de ellas. La herencia,
las sugestiones y otras múltiples causas externas las empujan como autómatas
en el gran escenario de la vida. Pero los Maestros, habiendo alcanzado el plano
superior, dominan sus modalidades, sus caracteres, sus cualidades y poderes,
así como el medio ambiente que los rodea, convirtiéndose de esta manera en
dirigentes, en vez de ser los dirigidos. Ayudan a las masas y a los individuos
a divertirse en el juego de la vida, en vez de ser ellos los jugadores o los
autómatas movidos por ajenas voluntades. Utilizan el principio, en vez de ser sus instrumentos.
Los
Maestros obedecen a la CAUSACIÓN de los planos superiores en la que se encuentran,
pero prestan su colaboración para regular y regir en su propio plano. En lo
dicho está condensado un valiosísimo conocimiento espiritual práctico: que el
que sea capaz de leer entre líneas lo descubra, es nuestro deseo.
VII. EL PRINCIPIO DE
GENERACIÓN
“La generación existe por doquier; todo tiene sus principios
masculino y femenino; la generación se manifiesta en todos los planos”
|
Este principio encierra la verdad de que la generación se manifiesta en
todo, estando siempre en acción los principios masculino y femenino. Esto es
verdad, no solamente en el plano físico, sino también en el mental y en el
espiritual. En el mundo físico este principio se manifiesta como “sexo”,
y en los planos superiores toma formas más elevadas, pero el principio que subsiste siempre el
mismo. Ninguna creación física, mental o espiritual, es posible sin este
principio. La comprensión del mismo ilumina muchos de los problemas que tanto
han confundido la mente de los hombres. Este principio creador obra siempre en el sentido de
"generar", "regenerar y "crear".
Cada ser contiene en sí
mismo los dos elementos de este principio. Si deseáis conocer la filosofía de
la creación, generación y regeneración mental y espiritual, debéis estudiar
este principio hermético, pues él contiene la solución de muchos de los
misterios de la vida. Os advertimos que este principio nada tiene que ver con las perniciosas y degradantes
teorías, enseñanzas y prácticas, que se anuncian con llamativos títulos, las
que no son más que una prostitución del gran principio natural de generación.
Tales teorías y prácticas no son más que la resurrección de las antiguas
doctrinas fálicas, que sólo pueden producir la ruina de la mente, del alma y
del cuerpo, y la Filosofía hermética siempre ha alzado su verbo de protesta
contra esas licencias y perversiones de los principios naturales. Si lo que
deseáis son tales enseñanzas, debéis irlas a buscar a otra parte: el verdadero
ocultismo nada contiene sobre ellas. Para el puro todas las cosas son puras;
para el ruin todas son ruines.
Las siguientes SIETE
LEYES
tratan sobre "EL ORDEN DEL UNIVERSO":
Más adelante,
profundizaremos un poco más sobre estas Leyes
o Principios ya expuestos. Pero para completar un poco más el conocimiento
existente en las fuentes esotéricas, vamos a dar a continuación un pequeño
esbozo sobre otras Leyes o Principios, teniendo éstas en el fondo la
misma IDEA que las anteriores.
Puede decirse que todas las
normas, códigos, leyes políticas, pensamientos y creencias religiosas, de
cualquier grupo de hombres, naciones e instituciones internacionales que sean,
están dentro del Principio Único. Éste acepta e integra a todos. Incluso los
fallos y errores, con relación al Orden Universal, los asume, dándoles la luz
adecuada para su integración correcta en Él. Esta integración, que, como llave
se ha dicho, contiene todo, está resumida en las siguientes leyes:
Leyes del Orden del Universo
1ª.
|
Todo comienzo tiene un
fin.
|
2ª.
|
Toda cara contiene un
dorso.
|
3ª.
|
Nada hay idéntico.
|
4ª.
|
A mayor anverso, mayor
reverso.
|
5.
|
Todo antagonismo es complementario.
|
6ª.
|
Todo cambia.
|
7ª.
|
Todo proviene del
Uno-Infinito.
|
Estas leyes Universales es
evidente que para nuestras modernas mentalidades occidentales han de parecernos
banales e intrascendentes en su esquematismo. Mas si sabemos despojarnos de
nuestros condicionamientos formalistas y continuamos acercándonos a esta
extraña comprensión, acabaremos por entrar en el reino de lo Real. Por lo
pronto adelantemos diciendo que los siete apartados anteriores son dinámicos.
Que pertenecen a la Lógica Universal, por lo que superan a la lógica formal,
que es estática. Pueden aplicarse a toda situación, nivel y a todas las cosas y
seres existentes en el mundo de la relatividad. Y, además, unifican todos los
antagonismos. La lógica formal, como producto del pensamiento que se erige en
absoluto, es rígida, ya que es sólo un simple instante de la vida del Universo.
Mientras que la lógica Universal es una imagen viva de toda la vida y de toda
cosa. La lógica formal destruye la continuidad. El principio de identidad, el
de no-contradicción, son sólo una
imagen estática, acabada y encerrada en el mundo fijo y determinado de la
apariencia construida por nuestros sentidos físicos o nuestros instrumentos.
Nada es estable o constante en el
mundo de lo relativo. Quienes no vean lo anterior, buscarán constantes que
siempre serán ilusorias. Así, todo lo que ellos piensan ser constante no es
más que un «snap'» o fogonazo instantáneo, ilusorio, no vivo, infinitesimal del
Universo Infinito y Eterno. Los ojos analíticos son ciegos al Universo
Infinito.
COMENTARIOS
PRÁCTICOS SOBRE LOS PRINCIPOS Y
LEYES UNIVERSALES
1º) EL PRINCIPIO DE
MENTALISMO:
TRANSMUTACION
MENTAL
“La mente, así como todos los metales y demás
elementos, pueden ser transmutados, de estado en estado, de grado en grado, de
condición en condición, de polo a polo, de vibración en vibración. La verdadera
transmutación ocultista es una práctica, un método, un arte mental”.
El primero de los siete
principios herméticos es el de mentalismo, que afirma que "el TODO es mente,
que el universo es mental". Lo que significa que la única realidad que se
oculta tras todo cuanto existe es mente; y el universo en sí mismo es una
creación mental, esto es, existe en la mente del TODO.
Si el universo es de
naturaleza mental; entonces la transmutación mental debe ser el arte de cambiar
o transformar las condiciones del universo. Trátese de la materia, de la
energía o de la mente. Así que esa transmutación no es otra cosa que la magia,
de la que tanto han hablado los escritores antiguos en sus obras místicas, pero
acerca de la cual daban tan pocas instrucciones prácticas. Si todo es mental,
entonces la posesión del medio que permita transmutar las condiciones mentales
debe hacer del Maestro dirigente y
controlador de las condiciones materiales, así como de las operaciones
llamadas mentales.
Es muy cierto que nadie,
excepto los alquimistas mentalistas más avanzados, han
alcanzado el grado de poder necesario para dominar las condiciones físicas más
densas, tales como los elementos de la naturaleza, la producción y cesación de
las tempestades, la producción y cesación de terremotos u otros fenómenos físicos
de cualquier clase, pero que tales hombres existieron y que existen es una cosa
que no duda ningún ocultista, sea de la escuela que sea. Los mejores
instructores aseguran a sus estudiantes que los Maestros existen, habiendo aquéllos
tenido algunas experiencias personales que justificaban su creencia. Estos
Maestros no hacen exhibición pública de sus poderes, sino que, por lo contrario,
permanecen solitarios para poder así actuar y trabajar mejor en el sendero de
la realización y el servicio. - Tengamos
presente que el OCULTISTA, siempre, en toda circunstancia, tiene en cuenta dos AXIOMAS
de primerisimo orden, sin los cuales nada verdaderamente importante podría
hacerse. Estos son:
TODO ES ENERGÍA y
"LA ENERGÍA SIGUE AL PENSAMIENTO"
Esta es la clave Maestra que jamás debemos olvidar.
La cual
tiene que ver
con el Principio de Mentalismo
como es evidente. El que practica la transmutación mental trabaja en ese plano;
transformando condiciones y estados mentales en otros, de acuerdo con fórmulas más
o menos eficaces. Los varios "tratamientos", "afirmaciones",
"autosugestiones", etc., de las escuelas mentalistas no
son más que esas mismas fórmulas (muy a menudo imperfectas y empíricas) del
arte hermético. La mayoría de los que las practican son unos ignorantes
comparados con los antiguos Maestros, porque no poseen el conocimiento
fundamental sobre el cual está basada esa operación. No solamente los estados
mentales de uno mismo pueden ser transmutados según los métodos ocultistas,
sino que también puede hacerse esto con la mentalidad de los demás y, efectivamente,
todos sufrimos transformaciones mentales de cualquier índole,
inconscientemente, por lo general, pero a veces conscientemente, cuando
comprendemos algo acerca de las leyes y los principios que los rigen, y sobre
todo cuando los demás ignoran los medios de protegerse a sí mismos. Muchos
estudiantes de mentalismo saben que las condiciones materiales dependen de las
mentes de los demás, y pueden ser transmutadas y cambiadas de acuerdo con los
deseos de la persona que quiere modificar sus condiciones de vida.
-
“Estamos tristes o deprimidos, cambiemos nuestro pensamiento en lo
opuesto, con intencionalidad, con énfasis, y estaremos nuevamente animados”.
-
“Tenemos miedo, pensemos en nuestra inmortalidad como almas y en Dios
que está en nuestro interior, vivo y poderoso”.
- “Queremos
que nuestras glándulas salivares desprendan agua, pues, pensad en un limón”.
-
“Estamos sumergidos en el odio o en la ira, pensad en lo que CRISTO
hizo por sus enemigos, pensad en Su corazón”.
- Queréis
ser MAESTROS DE SABIDURÍA, dejad que la Mente de vuestro Espíritu os guíe.
“El Hombre se convierte en
lo que piensa”. Aprendamos el ARTE DE LA TRASMUTACIÓN MENTAL y
volveremos a ser lo que en un principio fuimos,
LOS REYES DE LA CREACIÓN, con todo lo que ello verdaderamente
conlleva.
2º) El
PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA, LA LEY DE ANALOGÍA, Y LA LEY DE AFINIDAD:
EL segundo gran principio
hermético encierra la verdad de que existe entre los diversos planos de manifestación
de la vida y del ser una armonía, concordancia y correspondencia. Esta verdad
lo es porque todo cuanto hay en el Universo emanó de la misma fuente, y
las mismas leyes, principios
y características se aplican a cada unidad o combinación de unidades de
actividad, conforme cada una manifiesta su propio fenómeno en su propio plano.
La Ley de Analogía y Afinidad
EL organismo humano
representa un microcosmos construido exactamente a imagen del universo, el
macrocosmos. Lo cual significa que entre el hombre y el universo existen
analogías. Toda la ciencia esotérica está basada en la ley de analogía. El
hombre es infinitamente pequeño y el cosmos infinitamente grande, pero entre lo
infinitamente pequeño y lo infinitamente grande hay analogías: cada órgano de
nuestro cuerpo es afín con alguna región del cosmos. Evidentemente no debemos
imaginar que el cosmos posee órganos como los nuestros, pero en esencia
nuestros órganos y los «órganos» del cosmos tienen algo idéntico, y por la ley
de afinidad, podemos tocar en el espacio las fuerzas, los centros y los mundos
que corresponden a ciertos elementos que hay en nosotros. Así el conocimiento
de esas correlaciones nos presenta perspectivas sorprendentes.
Entre el hombre y el
universo, entre el microcosmos y el macrocosmos, existe una correspondencia
absoluta, pero por su manera de vivir el hombre ha destruido esta relación
ideal, perfecta, con el macrocosmos, con Dios. Ahora toda la cuestión radica en
poder restablecerla. Y puede hacerlo, porque al salir de los “talleres del
Creador”, recibió todo lo necesario para desarrollarse y volver a encontrar el
camino hacia su patria celeste en el caso de perderse. Cuando un niño viene al
mundo, no le falta nada; aunque tenga el corazón ligeramente a la derecha o el
estómago un poco más pequeño o los riñones le funcionen mal, tiene al fin y al
cabo un corazón un estómago, riñones, pulmones, no le falta nada. Del mismo modo, cada
espíritu que baja a encarnarse en la tierra, posee órganos e instrumentos
correspondientes a todas las virtudes y cualidades que hay arriba, en el Cielo,
y por eso todo es posible para él;
progresivamente, si conoce y respeta las leyes, puede
alcanzar los más grandes logros. ¿Cuáles son estas leyes? Supongamos que
tenemos dos diapasones absolutamente idénticos:
si hacéis vibrar uno, observaréis que el otro también vibra sin que ni
siquiera lo hayamos tocado. Decimos que hay resonancia. Todo el mundo
conoce este fenómeno, pero no intentamos profundizar, ni comprendemos que lo
mismo ocurre exactamente entre el ser y el cosmos. Si el hombre consigue
afinar su estado físico y psíquico con las vibraciones del universo podrá
alcanzar los poderes celestes e intercambiar energías con ellos, recibiendo así
ayuda y consuelo; es una manera de comunicarse. Habláis y os escuchan; e
incluso podéis atraer ciertas fuerzas hacia nosotros y beneficiarnos.
En un pasado lejano cuando
se respetaba el verdadero orden de cosas, todos los que eran pobres
interiormente también lo eran exteriormente, y los que eran ricos
interiormente lo eran también exteriormente. Como el Señor, que al poseer todas
las cualidades y virtudes, posee también toda la riqueza del universo. Sólo
aquí, entre los humanos, este orden no existe. Pero como la ley es absoluta
(como es abajo es arriba), un día habrá un nuevo orden en el que cada uno
encontrará su lugar: los que sean ricos en inteligencia, nobleza y bondad,
poseerán todas las riquezas exteriores correspondientes, y los que no tengan
esas cualidades, se encontrarán en la miseria. Evidentemente no serán los
humanos quienes restablecerán este orden, puesto que no saben quién lo merece y
quién no; será obra de la inteligencia cósmica, ya que la ley de analogía es
una ley inamovible en el universo.
3º) VIBRACIÓN
"Nada reposa; todo se
mueve; todo vibra"
EL tercer Gran Principio
Hermético -el Principio de la Vibración-
encierra la verdad de que el
movimiento se manifiesta en todo el Universo. Nada está en reposo, todo se
mueve, vibra y circula. Este principio Universal fue reconocido por algunos de
los primitivos filósofos griegos, quienes lo expusieron en sus sistemas. Pero
después, durante siglos enteros, quedó olvidado, salvo por los perseguidores de
las doctrinas esotéricas. En el siglo XIX la ciencia física ha redescubierto
esa verdad, y los descubrimientos científicos del siglo XX han aportado su
testimonio en corroboración de esa verdad sostenida por la antiquísima
Filosofía Hermética.
La ciencia moderna ha
comprobado que todo lo que llamamos materia y energía no es más que “modos
de movimiento vibratorio”, y algunos de los más avanzados hombres
de ciencia se están encaminando rápidamente hacia el punto de vista que los
ocultistas tienen sobre los fenómenos de le mente: simples modos de vibración o movimiento.
Veamos ahora lo que la ciencia tiene que decir sobre las vibraciones en la materia
y en la energía. Los hombres de ciencia proponen como ilustración para ver los
efectos del aumento de vibración una rueda girando con gran rapidez. Supongamos
primeramente que la rueda gira lentamente. Entonces diríamos que es un
"objeto". Si el objeto gira lentamente lo podremos ver fácilmente,
pero no sentimos el menor sonido. Aumentándose gradualmente la velocidad en
pocos momentos se hace ésta tan rápida que comienza a oírse una nota muy baja y
grave. Conforme sigue aumentando la velocidad la nota se va elevando en la
escala musical, y así se van distinguiendo unas tras otras las diversas notas
conforme aumenta la velocidad de rotación. Finalmente, cuando el movimiento ha
llegado a cierto límite se llega a la última nota perceptible por el oído
humano, y si la velocidad aumenta aún, sigue el mayor silencio. Nada se oye
ya, pues la intensidad del movimiento es tan alta que el oído humano no puede
registrar sus vibraciones. Entonces comienzan a percibirse poco a poco sucesivos
grados de color. Después de un tiempo el ojo comienza a percibir un oscuro
color rojo. Este rojo va haciéndose cada vez más brillante. Si la velocidad
sigue aumentando el rojo se convertirá en anaranjado, el anaranjado en
amarillo. Después seguirán sucesivamente matices verdes, azules y añil, y
finalmente aparecerá el matiz violeta. La velocidad se acrecienta más aún: entonces
desaparece todo color, porque el ojo humano ya no puede registrarlos. Pero
ciertas radiaciones humanas emanan del objeto en revolución: los rayos que se
usan en la fotografía y otras radiaciones sutiles de la luz. Después comienzan
a manifestarse los rayos conocidos bajo el nombre de X, y más tarde empiezan a
emanarse electricidad y magnetismo.
Cuando el objeto ha
alcanzado cierto grado de vibración, sus moléculas se desintegran, resolviéndose
en sus elementos originales o átomos. Después de los átomos, según el principio
de vibración, se separarían en innumerables corpúsculos o electrones, de los
que están compuestos. Y, finalmente, hasta los corpúsculos desaparecerían y
podría decirse que el objeto estaría compuesto por substancia etérea. La
ciencia no se atreve a llevar la ilustración más allá, pero los herméticos
dicen que si las vibraciones continuaran aumentando el objeto pasaría sucesivamente
por estados de manifestación superiores, llegando al plano mental y después al
espiritual, hasta ser por último reabsorbido en el TODO que es el Espíritu
Absoluto. El "objeto", sin embargo, habría dejado de ser tal mucho antes
de llegar a la substancia etérea, pero de todas maneras la ilustración es
correcta en cuanto demuestra los efectos del aumento continuo de la intensidad
vibratoria. Debe recordarse que en la ilustración anterior, con el llegar a los
estados en que el objeto irradia color, luz, etc., no se ha resuelto aún la
cuestión en esas formas de energía (que están en un grado mucho más elevado),
sino que simplemente llega a un grado de vibración en el que esas energías se
libertan hasta cierto punto de las limitadoras influencias de las moléculas,
átomos y corpúsculos. Esas energías, si bien son muy superiores en la escala a
la materia, están aprisionadas y confinadas en las combinaciones materiales, en
razón de las fuerzas que se manifiestan a través de ellas, y empleando formas
materiales, y de esta manera se confinan en sus creaciones corpóreas, lo que,
hasta cierto punto, es cierto en toda creación, quedando la fuerza creadora
envuelta en su propia creación.
Pero la doctrina hermética va mucho más allá que la ciencia moderna, y
afirma que toda manifestación de pensamiento, emoción, razón, voluntad, deseo
o cualquier otro estado mental, va acompañada por vibraciones, parte de las
cuales se emanan al exterior y tienden a afectar las mentes de los demás por
"inducción".
Esta es la causa de la
telepatía, de la influencia mental y de otros efectos del poder de una mente
sobre otra, la que ya va siendo del dominio público, debido a la gran cantidad
de obras de ocultismo que están publicando discípulos e instructores sobre estas materias. Cada
pensamiento, emoción o estado mental tiene su correspondiente intensidad y
modalidad vibratoria. Y, mediante un esfuerzo de la voluntad de la
persona o de otras, esos estados mentales pueden ser reproducidos, así como una
nota musical puede ser reproducida haciendo vibrar las cuerdas de un
instrumento con la velocidad requerida, o como se puede reproducir un color
cualquiera. Conociendo el Principio de Vibración, aplicado a los fenómenos
mentales, uno puede polarizar su mente en el grado que quiera, obteniendo así
un perfecto dominio y contralor sobre sus estados mentales. De la misma manera,
podrá afectar las mentes de los demás, produciendo en ellos los requeridos
estados mentales. En una palabra, podrá producir en el Plano Mental lo que la
ciencia produce en el físico, o sea, las vibraciones a voluntad. Este poder,
por supuesto, puede adquirirse únicamente mediante las instrucciones,
ejercicios y prácticas apropiadas, siendo la ciencia que las enseña, la de la
"transmutación mental", una de las ramas de la Filosofía Hermética.
4º) POLARIDAD
"Todo es dual; todo tiene polos; todo su par de
opuestos: los semejantes y desemejantes son los mismos; los opuestos son
Idénticos en naturaleza, difiriendo sólo en grado; los extremos se tocan; todas
las verdades son semiverdades; todas las paradojas pueden reconciliarse”.
EL Cuarto Gran Principio
Hermético -el Principio de Polaridad- encierra la verdad de que todas las cosas
manifestadas tienen dos lados, dos aspectos, dos polos; un par de opuestos con
innumerables grados entre ambos extremos. Las antiguas paradojas, que siempre
han confundido la mente de los hombres, quedan explicadas si se comprende este
principio. El hombre siempre ha reconocido algo semejante a este principio y
ha tratado de expresarlas con dichos, máximas o aforismos como los siguientes:
"Todo es y no es al mismo tiempo": "todas las verdades no son
más que semiverdades"; "toda verdad es medio falsa"; "todas
las cosas tienen dos lados"; "siempre hay un reverso para cada anverso",
etc., etc.
Si pasamos al plano físico
encontramos que el Calor y el Frío son de naturaleza idéntica, siendo la
diferencia simple cuestión de grados. El termómetro indica los grados de
temperatura, siendo el polo inferior el llamado
“frío” y el superior “calor”. Entre ambos hay muchos grados de calor y
frío. No hay ningún sitio en el termómetro en el que cese el calor y comience
el frío absolutamente. Todo se reduce a vibraciones más o menos elevadas o bajas.
- La luz y la oscuridad son polos de
una misma cosa, con muchos grados entre ambos. La escala musical es la misma Partiendo
del SI en adelante llegaremos a
encontrar otro SI y así sucesivamente, siendo las diferencias entre los
extremos también cuestión de grado.
Bueno y malo no son cosas
absolutas; a un extremo lo llamamos bueno y al otro malo, o Bien al uno y Mal
al otro, de acuerdo con el sentido que queramos darle. Una cosa es menos buena
que la que le es superior en la escala, pero esa cosa menos buena, a su vez,
es mejor comparada con la que tenga inmediatamente debajo, y así sucesivamente,
siendo el más o el menos regido por la posición que tenga en la escala.
El valor y el miedo quedan
también bajo la misma regla. Los pares
de opuestos existen por doquier. Donde encontremos una cosa, encontraremos
también su opuesta: los dos polos.
Este hecho es el que permite al Discípulo transmutar un estado mental en otro, siguiendo las líneas de
polarización. Las cosas de diferente clase no pueden transmutarse unas en
otras, pero sí las de igual clase. Así pues, el Amor no podrá convertirse en
Este u Oeste, o Rojo o Violeta, pero puede tornarse en Odio, e igualmente el
Odio puede tornarse en Amor cambiando su polaridad. El valor puede transmutarse
en miedo y viceversa. Las cosas duras pueden tornarse blandas, las calientes
en frías, y así sucesivamente, efectuándose siempre la transmutación entre
cosas de la misma clase, pero de grado diferente. Tratándose de un hombre cobarde,
si se elevan sus vibraciones mentales a lo largo de la línea Miedo-Valor, se
llenará de valentía y desprecio por el peligro. E igualmente el perezoso puede
hacerse activo y enérgico, po1arizándose simplemente a lo largo de las líneas
de la deseada cualidad. Además del cambio de los polos de los propios estados
mentales mediante la aplicación del arte de la polarización, el fenómeno de la
influencia mental, en sus múltiples fases, demuestra que el principio puede
extenderse hasta abarcar los fenómenos de la influencia de una mente sobre
otra.
5º) RITMO
"Todo fluye y refluye, todo
asciende y desciende; la oscilación pendular use manifiesta en todas 1as cosas;
la medida del movimiento hacia la derecha ea la misma que el de la oscilación
a la izquierda; el Ritmo es la compensación".
El Quinto Gran Principio Hermético -el Principio del Ritmo- encierra
la verdad de que en todo se manifiesta una oscilación medida, movimiento de ida y vuelta, un flujo y reflujo, un movimiento semejante al
del péndulo, una marea con su sube y baja, manifestándose siempre entre los dos
polos, los planos físico, mental y espiritual. El principio del Ritmo está
estrechamente relacionado con el principio de polaridad, descrito en el
capítulo anterior. El ritmo se manifiesta entre los dos polos establecidos por
el principio de polaridad. Esto no significa, sin embargo, que la oscilación
rítmica vaya hasta los extremos de cada polo, pues esto sucede rarísimas
veces. En realidad, es muy difícil establecer los opuestos polares extremos en
la mayoría de los casos. Pero la oscilación es siempre
"hacia" un polo primero, y después "hacia" el otro.
Siempre hay una acción y una
reacción, un avance y un retroceso, una elevación y una caída, manifestándose
en todas las cosas y fenómenos del universo. Moles, mundos, hombres, animales,
vegetales minerales, energías, fuerzas, mente y materia, y hasta el mismo
espíritu manifiestan este principio. El principio se manifiesta en la creación
y destrucción de los mundos, en la elevación y caída de las naciones, en la
historia de la vida de todas las cosas, y finalmente, en los estados- mentales
del hombre. La noche sigue al día y el día a la noche. El péndulo oscila del
verano al invierno y éste a aquél; Los corpúsculos, átomos y moléculas y todas
las masas de materia, oscilan en torno del círculo que corresponde a su
naturaleza. No hay tal reposo absoluto
o cesación de movimiento. Todo movimiento participa del Ritmo. Este
principio es de aplicación universal. Puede ser aplicado a cualquier cuestión o
fenómeno de las muchas fases de la vida. Puede aplicarse a todas las fases de
la humana actividad. Siempre existe la oscilación rítmica de un polo a otro.
El Péndulo Universal está siempre en movimiento. Las mareas de la vida fluyen y
refluyen de acuerdo con la Ley.
Los Maestros de Sabiduría
descubrieron que en tanto que el principio del Ritmo era invariable, y evidente
en todos los fenómenos mentales, habían dos planos de manifestación en lo que a
los fenómenos mentales concernía. Descubrieron que había dos planos generales
de conciencia, el Inferior y el Superior, y este descubrimiento les permitió
elevarse al plano superior, escapando a la oscilación del péndulo rítmico que se manifestaban en el plano
inferior. En otras palabras, la oscilación del péndulo se produce en el plano
inconsciente y la conciencia no queda, por consiguiente, afectada. A esta ley
la llamaron la Ley de la Neutralización.
Su operación consiste en elevar al Ego sobre las vibraciones del plano
inconsciente de la actividad mental, de manera que la oscilación negativa del
péndulo no se manifieste en la conciencia y no quede uno afectado por ella. Es
lo mismo que levantarse por encima de una cosa y dejar que pase ésta por debajo
de uno. El instructor o discípulo ocultista se polariza a sí mismo
en el polo requerido, y por un procedimiento semejante a “rehusar” el participar
en la oscilación retrógrada, o si se prefiere, "negando" su
influencia sobre él, se mantiene firmemente en su posición polarizada, y
permite al péndulo mental oscilar hacia atrás en el plano inconsciente. Todo
hombre, que en mayor o menor grado, ha adquirido cierto dominio de sí mismo,
realiza esto más o menos conscientemente, impidiendo que sus modalidades o
estados mentales negativos lo afecten, mediante la aplicación de la ley de la
neutralización. El maestro, sin embargo, lleva esto hasta un grado muchísimo
mayor de eficacia y proficiencia, y mediante su voluntad, llega a un grado de
equilibrio e inflexibilidad mental casi imposible de concebir por aquellos
que se dejan llevar y traer por el péndulo mental de sus sentimientos y modalidades.
Existen, además, otras
particularidades en la operación de este Principio del Ritmo, de las que vamos
a hablar ahora. Dentro de su operación entra lo que se conoce como ley de
compensación. Una de las definiciones o significados de la palabra compensación
es "contrabalancear".
"equilibrar", y en este
sentido se emplea dicho término en la Filosofía Hermética. A esta ley de
compensación se refiere "El Kybalion" cuando dice: “La
medida de la oscilación hacia la derecha, es la misma que la de la oscilación a
la izquierda: el Ritmo es la compensación”. La ley de compensación
es la que hace que la oscilación en una dirección determine otra oscilación en
sentido contrario, y así se equilibran mutuamente.
Pero el hermético la lleva
aún más allá. Y afirma que los estados mentales están sujetos a la misma ley.
El hombre capaz de gozar agudamente es también capaz de sufrir en igual grado.
El que sólo es capaz de escaso dolor, tampoco puede gozar más que escaso
placer. El cerdo sufre mentalmente muy poco; pero en cambio, tampoco puede
gozar gran cosa: está compensado. Por otra parte. hay animales que gozan
extraordinariamente, pero también su sistema nervioso y temperamento los hacen
sufrir extremos grados dolor. Igualmente sucede con el hombre. Hay temperamentos
que sólo son capaces de muy poco goce, pero entonces sólo existe, como
compensación una capacidad para soportar muy poco dolor, en tanto que otros
hombres que pueden gozar intensamente sufren en igual grado. La regla es que la
capacidad" para el placer y el dolor en cada individuo está equilibrada.
La ley de compensación opera ampliamente aquí también.
Pero, además, el hermético
sostiene que el maestro o el discípulo avanzado es capaz, en grado superlativo,
de rehuir la oscilación hacia el dolor, realizando el proceso de
neutralización a que aludiéramos anteriormente. Ascendiendo al plano superior
del ALMA, se evitan muchas de las experiencias que llegan a los que habitan en
planos inferiores.
6º) CAUSACIÓN
“Toda
causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo ocurre de acuerdo con
la ley. Azar no es más que el nombre que se da a una ley desconocida; hay
muchos planos de causación, pero ninguno escapa a la ley”.
EL Sexto Gran Principio
Hermético -el principio de Causa y Efecto- encierra la verdad de que nada
sucede casualmente; que la casualidad es sólo un término que indica la
existencia de una causa no reconocida o percibida; que el fenómeno es continuo,
sin soluciones de continuidad.
Un
poco de meditación evidenciará que no existe absolutamente tal casualidad.
Webster define la palabra casualidad diciendo que: "Es un supuesto agente o
modo de actividad diferente de una fuerza, ley o propósito; la operación o
actividad de dicho agente; el efecto supuesto de tal agente; un suceso, una
cosa fortuita, una casualidad, etc." Pero un poco de meditación
demostrará que no puede existir dicho agente casual, en el sentido de algo
externo y fuera de la ley, algo aparte de la causa y del efecto. ¿Cómo podría
existir algo actuando en el universo fenomenal, independiente de las leyes del
orden y de la continuidad del último? Tal agente sería algo completamente
independiente del tren coordinado del universo, y por consiguiente, sería
superior a él. No podemos imaginar nada fuera del TODO. Más allá de la ley, y esto porque el TODO es precisamente la
Ley en sí mismo. No hay sitio en el universo para nada externo o independiente
de la ley. La existencia de algo semejante convertiría a todas las leyes
naturales en inefectivas, y sumergiría al universo todo en el desorden más
caótico. Ley de CAUSA Y EFECTO, es conocida también por los Ocultistas como la LEY
KARMA, si se quiere profundizar un poco más sobre este
principio, lea el el capítulo sobre el Karma.
7º) GÉNERO
“El
Género está en todo: todo tiene sus principios masculino y femenino; el género
se manifiesta en todos los planes”.
EL Séptimo Gran Principio
Hermético -el Principio de Género- encierra la verdad de que el género se manifiesta en todas las
cosas, de que los principios masculino
y femenino están siempre presentes y en plena actividad en todos los fenómenos
y en cada uno de los planos de la vida. En este punto es bueno llamar la
atención sobre el hecho, de que el Género, en su sentido hermético, y el sexo
en la acepción ordinariamente aceptada del término, no son lo mismo. La palabra
"género" deriva de la raíz latina que significa "'concebir,
procrear, generar, crear, producir". Un momento de consideración sobre el
asunto demostrará que esa palabra tiene un significado mucho más amplio y
general que el término "sexo", pues éste se refiere a las
distinciones físicas entre los seres machos y hembras. El sexo no es más que
una mera manifestación del Género en cierto plano del Gran Plano Físico: el de
la vida orgánica.
La última palabra de la
ciencia es que el átomo está compuesto por una multitud de corpúsculos,
electrones o iones (diversos nombres de la misma cosa), que giran unos en torno
de otros y vibran con un elevado grado de intensidad. Pero se postula además
que la formación del átomo se debe realmente a que los corpúsculos negativos se
pongan a girar en torno de uno positivo. Los corpúsculos positivos parecen
ejercer cierta influencia sobre los negativos, impulsando a éstos a constituir
ciertas combinaciones que dan como resultado la "creación" o
"generación" de un átomo. Y esto está perfectamente de acuerdo con
las más antiguas enseñanzas Ocultistas,
que han identificado siempre al principio masculino del género con lo
"positivo".
Las últimas enseñanzas
científicas dicen que los corpúsculos o electrones creadores son femeninos. (La
ciencia dice que "están compuestos por electricidad negativa" y nosotros
que están compuestos por energía femenina). Un corpúsculo femenino se destaca,
o mejor dicho, deja a un corpúsculo masculino y comienza una nueva carrera.
Activamente busca una unión con un corpúsculo masculino, animado por el impulso
natural, a crear nuevas formas de materia o energía. Cierto autor va aún más
lejos y dice que "en seguida busca por su propia voluntad, una
unión"... Este desprendimiento y unificamiento forma la base de la mayor
parte de las actividades en el mundo químico. Cuando un corpúsculo femenino se
une a otro masculino, empieza determinado proceso. Las partículas femeninas
vibran más intensamente bajo la influencia de la energía masculina y giran
rápidamente en torno de esta última. El resultado es el nacimiento de un nuevo
átomo. Este nuevo átomo está compuesto realmente por una unión de electrones
masculinos y femeninos, pero cuando la unión se efectúa el átomo es una cosa
separada que posee ciertas propiedades, pero que ya no manifiesta más la
propiedad de electricidad en libertad. El proceso del desprendimiento o
separación de los electrones femeninos se llama "ionización". Estos electrones o corpúsculos son los obreros
más activos en el campo de la Naturaleza. De sus uniones o combinaciones
surgen las diversas manifestaciones de la luz, del calor, de la electricidad,
del magnetismo, de la atracción, de la repulsión, de las afinidades químicas y
sus contrarios, así como otros fenómenos de índole similar. Y todo surge de la
operación del principio de género en el plano de la energía.
Pasemos ahora a considerar la operación de este
principio en el plano mental. Muchos hechos interesantes están esperando
nuestro examen.
GÉNERO MENTAL
Los estudiantes de psicología que han seguido atentamente
el tren del pensamiento moderno en lo que respecta a los fenómenos mentales
habrán quedado extrañados de la rara insistencia de la idea o concepto de la
dualidad mental que se ha manifestado tan fuertemente durante los diez o
quince años últimos, y que ha dado origen a gran número de plausibles teorías
concernientes a la naturaleza y constitución de esa "doble mente". El difunto Thomson J. Hudson alcanzó gran popularidad en 1893 al
enunciar su conocida teoría sobre: las “mentes
objetiva y subjetiva", que, según sostenía, existían en cada
individuo. Otros autores han llamado igualmente la atención con sus teorías
referentes a las mentes "consciente
y subconsciente", mentes voluntaria e involuntaria, mentes activa y
pasiva, etc. Esas teorías podrán diferir según cada autor, pero siempre queda
el principio básico que es el de la dualidad mental.
El estudiante se siente
tentado por la sonrisa cuando lee y oye hablar de esas numerosas teorías nuevas,
respecto a la dualidad de la mente, adhiriéndose cada escuela tenazmente a su
propia doctrina, proclamando cada una con empeño que ha sido ella la que ha
descubierto la verdad. El estudiante que hojee el libro de la historia oculta
encontrará en su mismo principio referencias a las antiguas enseñanzas
herméticas sobre el principio del género. -
El principio masculino de la mente corresponde a la llamada mente objetiva,
mente consciente, mente voluntaria o activa, etc., en tanto que el principio
femenino corresponde a la llamada mente subjetiva, subconsciente, involuntaria,
pasiva, etc.
Los instructores herméticos
imparten enseñanzas concernientes a este punto, pidiendo a sus discípulos que
se atengan al proceso de su propia conciencia, a su propio yo. El discípulo
fija entonces su atención internamente sobre el ego que está en cada uno de nosotros.
Cada estudiante ve que su propia conciencia le da como primer resultante de la
existencia de su yo: "Yo Soy".
Esto, al principio, parece ser la palabra final de la conciencia, pero un
examen ulterior desprende el hecho de que esto “yo soy” puede separarse en dos partes distintas o aspectos que, si
bien trabajan al unísono y en conjunción, sin embargo, pueden ser separadas en
la conciencia. Si bien al principio parece que sólo
existe un único Yo, un examen más cuidadoso revela, que existe un "yo" y un "mí". Este par mental difiere en características
y naturaleza, y el examen de ésta, así como de los fenómenos que surgen de la
misma, arrojan gran luz sobre muchos de los problemas de la influencia mental.
Comencemos considerando el
"mí", que generalmente se
confunde con el "yo", si
no se profundiza mucho en los recesos de la conciencia. El hombre piensa de
sí mismo (en, su aspecto de "mí" o "me") como si estuviera
compuesto por ciertos sentimientos, agrados, gustos y disgustos, hábitos, lazos
especiales, características, etc., todo lo cual forman su personalidad, o el
ser que conoce él mismo y los demás. El hombre sabe que estas emociones y sentimientos
cambian, que nacen y mueren, que están sujetos al principio del Ritmo y al de
Polaridad, cuyos principios lo llevan de un extremo a otro. También piensa de
sí mismo como cierta suma de conocimientos agrupados en su mente, que forman
así una parte de él. Este es el "mí"
o "me" del hombre. Pero
quizás hemos procedido demasiado aprisa. El "mí" de muchos hombres está compuesto en gran parte de la
conciencia que tienen de su propio cuerpo y de sus apetitos físicos, etc. Y,
estando su conciencia limitada en alto grado a su naturaleza corporal,
prácticamente "viven allí". Algunos hombres van tan allá en esto que
consideran su apariencia personal como una parte de su "mí", y realmente la consideran
parte de sí mismos. - Pero, aún
aquellos que no están tan estrechamente esclavizados con la idea de su
apariencia personal, lo están por la conciencia de sus cuerpos. No pueden
concebirse sin él. Su mente les parece que es algo "que pertenece" a
su cuerpo, lo que, en muchos casos, es realmente cierto.
Pero conforme el hombre
adelanta en la escala de la conciencia, va adquiriendo el poder de desprender a
su "mí" de esa idea
corporal, y puede pensar de su cuerpo que es algo "que pertenece" a
su propia parte mental. Pero aún entonces es muy capaz de identificar el "mí" completamente con sus estados
mentales, sensaciones, etc., que siente existen dentro de él. Después de un
tiempo, podrá así dejar a un lado esos diversos estados mentales, emociones,
sentimientos, hábitos, cualidades, características y otras posesiones
personales, considerándolas como una colección de cualidades, curiosidades o
valiosas posesiones del "no mí".
Esto exige mucha concentración mental y poder de análisis de parte del estudiante.
Pero ese trabajo es posible, y hasta los que no están muy adelantados pueden
ver, en su imaginación, cómo se realiza el proceso descrito.
El "yo" representa al Principio
Masculino del género mental, y el "mí"
al Principio Femenino. El "yo"
representa el aspecto de Ser; el "mí"
el aspecto de "devenir". Se notará que el principio de
correspondencia opera en este plano lo mismo que en el que se realiza la
creación del Universo. Los dos son parecidos, si bien difieren enormemente en
grado. "Como arriba es abajo, como abajo es arriba". - Estos aspectos de la mente -los
principios masculino y femenino - el "yo" y el "mí"
-considerados en relación con los fenómenos psíquicos y mentales ya conocidos,
dan la clave maestra para dilucidar la operación y manifestación de esas
nebulosas regiones, de la mente. El principio del género mental aporta la
verdad que se encierra en todo el campo de los fenómenos de influencia mental.
La tendencia del principio femenino es siempre la de recibir impresiones,
mientras que la tendencia del masculino es a darla o a expresarlas. El principio
femenino tiene un campo de acción mucho más variado que el masculino. El
principio femenino conduce el trabajo de generar nuevos pensamientos,
conceptos, ideas, incluso la obra de la imaginación. El masculino se contenta
con el acto de "querer" en sus varias fases. Sin embargo, sin la
ayuda activa de la voluntad del principio masculino, el femenino puede
contentarse con generar imágenes mentales que son el resultado de impresiones
recibidas del exterior, en vez de producir creaciones mentales originales.
La manifestación del género
mental pude notarse en todas partes diariamente. Las personas magnéticas son
las que pueden emplear su principio masculino para imprimir sus ideas sobre los
demás. El actor que hace reír o llorar a la concurrencia está haciendo uso de
este principio. Igualmente sucede con el orador, político, predicador o
cualquier otro que arraiga la atención pública. La influencia peculiar que
ejerce un hombre sobre otro es debida a la manifestación del género mental
según las líneas vibratorias ya indicadas. En este principio está el secreto
del magnetismo personal, de la fascinación etc., así como también de los
fenómenos agrupados bajo el nombre de hipnotismo.
AXIOMAS HERMETICOS
“La posesión del Conocimiento, si
no va acompañada por una manifestación y expresión en la práctica y en la obra,
es lo mismo que el enterrar metales preciosos: una cosa vana e inútil. El
Conocimiento, lo mismo que la Fortuna, deben emplearse. La ley del uso es
universal, y el que viola sufre por haberse puesto en conflicto con las fuerzas
naturales”.
El Kybalion
Damos a continuación algunos
de los más importantes axiomas herméticos, tomados del “Kybalion”, con
algunos comentarios agregados. Que cada uno los haga suyos y los practique y
emplee, porque nunca serán realmente una posesión propia hasta que se los haya
llevado a la práctica.
"Para cambiar vuestra característica o estado
"mental", cambiad vuestra vibración".
Uno puede cambiar sus vibraciones
mentales, mediante un esfuerzo de la voluntad, fijando la atención
deliberadamente sobre el estado deseado. La voluntad es la que dirige a la
atención, y ésta es la, que cambia la vibración. Cultívese el arte de estar
atento, por medio de la voluntad, y se habrá resuelto el problema de dominar
las propias modalidades y estados de la mente.
"Para
destruir un grado de vibración no deseable, póngase en operación el principio
de polaridad y concéntrese la atención en el polo opuesto al que se desea
suprimir. Lo no deseable se mata cambiando su polaridad".
Esta es una de las más
importantes fórmulas herméticas y está basada sobre verdaderos principios científicos.
Ya se indicó que un estado mental y su opuesto eran sencillamente dos polos de
una misma cosa, y que mediante la transmutación mental esa polaridad podía ser
invertida. Los modernos psicólogos conocen ese principio y lo aplican para
disolver los hábitos no deseables, aconsejando a sus discípulos la
concentración sobre la opuesta cualidad. Si uno tiene miedo, es inútil que
pierda su tiempo tratando de matar el miedo, sino que debe cultivar el valor, y
entonces el miedo desaparecerá. Algunos autores han expresado esta idea,
ilustrándola con el ejemplo de una habitación oscura. No hay que perder el
tiempo tratando de arrojar afuera a la oscuridad sino que es muchísimo mejor
abrir las ventanas, y dejar "entrar la luz", y la oscuridad desaparecerá
por sí sola. Para matar una cualidad negativa es necesario concentrarse sobre
el polo positivo de esa misma cualidad, y las vibraciones cambiarán
gradualmente de negativas en positivas, hasta que finalmente se polarizará en
el polo positivo, en vez de estarlo en el negativo.
"La
mente, así como los metales y los elementos “pueden transmutarse” de grado en
grado, "de condición en condición, de polo a polo, de vibración en
vibración".
Dominar la polaridad
significa dominar los principios de la transmutación o alquimia mental; porque salvo que se
adquiera el arte de cambiar la propia
polaridad, no se podrá afectar el ambiente que nos rodea. Si comprendemos ese
principio podemos cambiar nuestra propia polaridad, así como la de los demás,
siempre que dediquemos a ello el tiempo necesario, el cuidado, el estudio y
práctica necesaria para dominar ese arte. El principio es verdad, pero los
resultados que se obtienen dependen de la persistente paciencia y práctica del
estudiante.
"El
Ritmo puede neutralizarse mediante el Arte de la Polarización".
Como ya explicamos en los
capítulos anteriores, los herméticos sostienen que el Principio del Ritmo se
manifiesta en el Plano Mental, así como en el Plano Físico, y que la encadenada
sucesión de modalidades, sentimientos, emociones y otros estados mentales, son
debidos al movimiento oscilante del péndulo mental, que nos arrastra de un
extremo a otro. Los ocultistas enseñan además que la ley de la neutralización nos capacita, en gran
extensión, a sobreponernos a la operación del Ritmo en la conciencia. Como ya
hemos explicado, existe un plano de conciencia superior, así como uno inferior,
y el maestro, elevándose mentalmente al plano superior, hace que la oscilación
del péndulo mental se manifieste en el plano inferior, mientras él permanece
en el otro, librando, así a su conciencia de la oscilación contraria. Esta se
efectúa polarizándose en el Yo Superior, elevando así las vibraciones mentales
del Ego sobre el plano de conciencia ordinario. Es lo mismo que levantarse por encima de una cosa y permitir que ésta
pase por debajo. El hermético avanzado se polariza en el polo positivo de su
ser, el YO SOY, más bien que en el polo de su personalidad, y rehusando y
negando la operación del Ritmo, se eleva sobre su plano de conciencia,
permaneciendo firme en su afirmación de ser, y la oscilación pasa en el plano
inferior, sin cambiar para nada su propia polaridad. Esto lo realizan todos los
individuos que han alcanzado cualquier grado de dominio propio, comprendan o no
la ley. Esas personas rehúsan sencillamente el dejarse arrastrar por la
oscilación, y afirmando resueltamente su superioridad permanecen polarizados
positivamente. El maestro, por supuesto, alcanza un mayor grado de perfeccionamiento
porque comprende perfectamente la ley que está dominando con la ayuda de una
ley superior y mediante su voluntad adquiere un grado de equilibrio y firmeza
casi imposible de concebir por los que se dejan llevar de un lado a otro por
las oscilaciones de la emotividad.
Recuérdese siempre, sin
embargo, que el principio del Ritmo no puede ser destruido, porque es
indestructible. Sólo es posible sobreponerse a una ley equilibrándola con otra,
manteniéndose así el equilibrio. Las leyes del equilibrio operan tanto en el
plano mental como en el físico, y la comprensión de esas leyes le permiten a
uno sobreponerse a ellas, contrabalanceándolas.
"Nada
escapa al principio de causa y efecto, pero hay muchos planos de
Causación y uno puede emplear las leyes del plano superior para dominar a las
del inferior".
Comprendiendo la práctica
de. la polarización, el hermético se eleva al plano superior de causación,
equilibrando así las leyes de los planos inferiores. Elevándose sobre el plano
de las causas ordinarias se convierte uno, hasta cierto punto, en una causa en
vez de ser un simple efecto. Pudiendo dominar los sentimientos y modalidades
propias, y neutralizando el ritmo, se puede rehuir gran parte las operaciones
de la ley de causa y efecto en el plano ordinario. Las masas se dejan
arrastrar, obedeciendo al ambiente que las rodea, a las voluntades y deseos de
algunos hombres más fuertes que ellas, a los efectos de las tendencias
heredadas o a las sugestiones u otras causas exteriores, no siendo más que
simples fichas en el tablero de ajedrez de la vida. Elevándose sobre esas
causas, el hermético avanzado busca un plano de acción mental superior, y dominando
sus propias cualidades, se crean un nuevo carácter, cualidades y poderes,
mediante los cuales se sobreponen a su ambiente ordinario, haciéndose así
directores en vez de dirigidos. Esos individuos ayudan a la realización del
juego de la vida conscientemente, en vez de dejarse mover por influencias,
poderes o voluntades externas. Emplean el principio de causa y efecto en vez de
dejarse dominar por él. Por supuesto, aún los seres más elevados están sujetos
a este principio según se manifiesta en los planos superiores, pero en los
inferiores son señores y no esclavos. Según dice el Kybalion:
“El
sabio sirve en lo superior, pero rige en lo inferior”. “Obedece a las leyes que
están por encima de él, pero en su propio plano y en las que están por debajo
de él rige y ordena. Sin embargo, al hacerlo forma parte del principio en vez
de oponerse al mismo”. “El sabio se sumerge en la Ley, y comprendiendo sus
movimientos, opera en ella en vez de ser su ciego esclavo. Semejantemente al
buen "nadador", va de aquí para allá, según su propia voluntad, en
vez de dejarse arrastrar como el madero que flota en la corriente. Sin embargo,
el "nadador" y el madero, el sabio y el ignorante, están todos sujetos
a la ley. Aquel que esto comprenda va en el buen camino que conduce al Adeptado”.
Para concluir, recordaremos nuevamente el axioma hermético que dice
que "La verdadera transmutación hermética es un arte mental". En
dicho axioma el hermético indica que el ambiente externo se influencia
mediante el poder de la mente. El Universo, que es totalmente mental, puede ser
solamente dominado mediante la mentalidad. En esta verdad se encontrará la
explicación de todos los fenómenos y manifestaciones de los diversos poderes
mentales que tanto están atrayendo la atención actualmente, en pleno siglo XX.
Tras toda la enseñanza dada por las diversas escuelas o religiones, yace
siempre constantemente el principio de la substancialidad mental del Universo.
Si éste es mental, en su naturaleza Intrínseca, fácilmente se deduce que la
transmutación mental debe modificar y transformar las condiciones y los
fenómenos del Universo, y que la mente debe ser el mayor poder que pueda afectar
sus fenómenos. Si se comprende esta verdad, todos los llamados milagros y
maravillas dejarán de tener punto alguno oscuro, porque la explicación es por
demás clara y sencilla.
"El
TODO es mente: el Universo es "mental"