Capítulo. XIV.
“EL MISTERIO DE LA INICIACIONES”
“Las Expansiones De Conciencia En El Sendero
Del Discipulado
El tema de las INICIACIONES
siempre ha despertado un especial interés entre los estudiantes y curiosos
esotéricos de todos los tiempos. No en vano es un tema profundamente MISTERIOSO
y DIFÍCIL de tratar, siendo su alcance inmenso en todos y cada uno de sus
aspectos. “Muchos se figuran que la
iniciación es un paso adelante que han de dar por sí mismos. Creen que el
Iniciado es un hombre que por su propio esfuerzo ha ascendido a gran altura y
ha llegado a ser una excelsa individualidad en comparación del hombre mundano.
Así es en efecto; pero se comprenderá mejor la cuestión si se la considera
desde un más alto punto de vista. La importancia de la iniciación no consiste
en exaltar a un individuo, sino en que este se identifica, simbólicamente
hablando, con “la Excelsa Orden de la
Comunión de los Santos”, como hermosamente la llama la Iglesia
cristiana, aunque muy pocos se fijan en el verdadero significado de estas
palabras.”
Comprenderemos mejor la profunda realidad
subyacente en la iniciación, después de haber considerado la organización de
la Jerarquía oculta y la obra de los Maestros como hemos hecho anteriormente. El candidato llega a ser algo
superior a un hombre personal, porque se convierte en unidad de una formidable
energía.
Muchas
son las definiciones y explicaciones que pueden encontrarse en cuanto a su
alcance, los pasos preparatorios, la obra que ha de hacerse entre las
iniciaciones, su resultado y efectos. Ante todo, es evidente para el más
superficial estudiante, que la magnitud del asunto es tal, que a fin de
tratarlo adecuadamente, sería preciso describirlo desde el punto de vista de un
iniciado. En caso contrario, todo cuando se diga podrá ser razonable, lógico,
interesante, sugestivo, pero no definitivo.
La palabra Iniciación, deriva
de dos palabras latinas; in en, iré ir; es por lo tanto,
el comienzo o entrada en algo. Representa, en su más amplio sentido,
la entrada en la vida espiritual, o en
una nueva etapa de la misma vida. Es el primer paso y los pasos sucesivos en el
sendero de Santidad. Literalmente, por lo tanto, el que recibe la primera
iniciación da el primer paso en el reino espiritual, saliendo del reino
definidamente humano, para entrar en el superhumano. Así como pasó del reino
animal al humano en la individualización, así entra en la vida del espíritu, y
por vez primera tiene derecho a que se le llame “hombre espiritual”,
en el significado técnico del término. Entra en la quinta etapa, o sea, en la
final de nuestra quíntuple evolución. Habiendo tanteado el camino a través de
la Cámara de la Ignorancia durante muchas edades, y habiendo pasado por el
aprendizaje de la Cámara de la Instrucción, ahora entra en la Cámara de la
Sabiduría, en la Universidad. Cuando haya cursado en esta Escuela, recibirá el
grado de Maestro de Compasión, o Maestro de Sabiduría.
“Una
iniciación es una expansión de conciencia, un medio de abrir la mente y el
corazón al reconocimiento de lo que ya existe en la realidad. Como proceso
viviente, la iniciación es experimentada por todas las formas de vida, grandes
y pequeñas, desde lo universal hasta lo particular. El proceso de iniciación en
nuestro sistema solar está basado sobre un patrón que se duplica y refleja dentro
del conjunto, y a lo largo de sus muchas partes. Las diversas y distintas
formas de vida incluidas en un organismo completo, llevan a cabo una función
vital que, en relación con todas las otras partes, contribuyen al omnicircundante
plan de la evolución.”
Vemos pues, que es en la
ESCUELA DE LA VIDA donde todo resulta transformado y transmutado,
de un elemento inferior a otro superior, de uno simple a otro más complejo, y
es en la vida del ser humano donde tiene lugar LA GRAN TRANSFORMACIÓN, y
el Alma tras muchas edades, cargada de SABIDURÍA, emprende el Vuelo hacia el ESPÍRITU, hacia el PADRE, el cual Fue, Será y Es
siempre su verdadero Ser.
La Sabiduría es la ciencia del Espíritu, así como el conocimiento es la ciencia de la
materia. El Conocimiento es separativo y objetivo, mientras que la
Sabiduría es sintética y subjetiva. El Conocimiento separa y la Sabiduría une.
El Conocimiento diferencia y la Sabiduría entre-funde. Si se medita sobre estas
palabras, se comprenderá que la verdadera UNIÓN reside en la comprensión de que la vida mayor siempre incluye
a la menor, y que cada expansión de conciencia acerca más al hombre a esa
UNICIDAD.
SIMBOLOGÍA CRISTIANA DE LAS
INICIACIONES
La
vida del Cristo no es solamente una narración histórica sino también la
historia del desenvolvimiento del espíritu humano a través de los portales de
las Iniciaciones. Aquel en quien ya nació el Cristo, el niño-Cristo, el nuevo
Iniciado, se denomina en todo el mundo invisible la "criatura" nacida a la nueva vida del espíritu; y
la expansión de conciencia que alcanza consiste en que se ha abierto para él el
gran mundo espiritual en donde toda verdad es conocida por intuición y no por
razonamiento, llegando el conocimiento a ser intuitivo en vez de racional. A
causa de haber nacido en ese nuevo mundo del espíritu se le llama "el dos-veces-nacido";
nacido ciertamente sobre la tierra muchas veces, pero nacido siempre en la vida
de la materia; nacido ahora en la vida del espíritu que será ya por siempre la
suya; y así también la Primera Grande Iniciación se denomina "el segundo nacimiento", el
"nacimiento del Espíritu".
Por
eso la Primera Iniciación se simboliza entre los Cristianos por el
nacimiento del Cristo cuando la Estrella de Oriente se posa sobre el infante;
la Segunda por el Bautizo cuando el
Espíritu desciende sobre Él y reside en él para siempre; la Tercera por la Transfiguración sobre la montaña,
cuando la deidad interna brilla a su través; la Cuarta Iniciación está indicada
por el sufrimiento en el Huerto de Gethsemaní, por la Crucifixión; y la quinta la Resurrección
del Cristo; es la Iniciación del Maestro, del Hombre Perfeccionado que ha alcanzado
la estatura de la plenitud del Cristo, el Salvador de los hombres.
Con
propiedad se simboliza la Primera Iniciación en el Drama-Misterio por el
nacimiento del Cristo porque en esa etapa surge dentro del hombre un gran
cambio y un nuevo poder, bien expresado por la idea de "nacimiento". En la Segunda
hay un maravilloso influjo de fuerza del Iniciador al Candidato, que se
tipifica por el Bautizo en el
Jordán, o mejor por el bautizo del cual habló Él, el del Espíritu Santo y del
Fuego; pues el poder de la Tercera Persona de la Santísima Trinidad es el que
se vierte en aquel momento, descendiendo en lo que, inadecuadamente, podría
describirse como torrente de fuego, una flamígera oleada de viviente luz. La
Tercera Iniciación se tipifica en el simbolismo Cristiano por la Transfiguración del Cristo. Se trasladó
Él a una alejada y alta montaña y se transfiguró ante sus discípulos:
"Brilló Su Faz como el Sol y Sus vestiduras eran blancas como la nieve, de
tal suerte que ninguna otra blancura podría superarlas en la tierra".
Esta descripción sugiere el Augoeides, el hombre glorificado, y es una pintura
descriptiva de lo que sucede en esta Iniciación, pues justamente así como la Segunda
Gran Iniciación tiene que ver principalmente con el aceleramiento evolutivo
del cuerpo mental inferior, así se desarrolla especialmente el cuerpo causal
en esta etapa. El ego queda en más íntimo contacto con la Mónada y se transfigura
así con toda verdad. Aún la personalidad es afectada por aquel maravilloso
influjo. El yo superior y el yo inferior devengo uno a la Primera Iniciación y
aquella unidad jamás se pierde, pero el desarrollo del Yo superior que ahora
tiene lugar nunca puede ser reflejado en los inferiores mundos de forma, si
bien los dos son uno en la mayor medida posible.
Este
es el antiguo sendero denominado el "Reino de los Cielos" o bien
"Reino de Dios"; llamado también "el camino de la
Cruz"; , y la cruz es símbolo de vida, de la vida triunfante sobre la
muerte, del Espíritu triunfante sobre la materia. No hay diferencia en lo del
Sendero ya fuere en Oriente o en Occidente, pues tan sólo, una enseñanza oculta
existe y una sola Gran Logia Blanca. Los Guardianes de los tesoros espirituales
de nuestra raza solamente reconocen, cualidades, y abren la Gran Puerta, según la antigua costumbre, para permitir al hombre que
camine por el antiguo y estrecho Sendero. Quienes buscan, encuentran; y a
quienes llaman les es abierta la puerta.
Así,
pues, tenemos CINCO Grandes INICIACIONES por las cuales a de pasar el discípulo
antes de alcanzar la meta humana más elevada, LA MAESTRÍA. Estas 5 Iniciaciones son conocidas por los
Cristianos como:
1.
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El
Nacimiento en Belén, del cual Cristo dijo a Nicodemo: "el que no naciere de nuevo
no puede ver el reino de Dios".
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2.
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El Bautismo
en el Jordán.
Éste es el bautismo a que se refería Juan, el Bautista, agregando que el
Bautismo del Espíritu Santo y del fuego debía sernos administrado por Cristo.
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3.
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La
Transfiguración. Allí por primera vez se manifiesta la perfección, y se le comunica
a los discípulos la divina posibilidad de tal perfección. Surge el mandato:
"Sed vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto".
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4.
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La Crucifixión. En Oriente se la designa
como la Gran Renunciación, con su lección del sacrificio y su llamamiento a
la muerte de la naturaleza inferior. "Cada día muero", decía
el apóstol, porque sólo en la práctica de sobrellevar la muerte de cada día
puede enfrentarse y resistirse a la Muerte final.
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5.
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La
Resurrección y Ascensión, el triunfo final que capacita al iniciado cuando enuncia y sabe el
significado de las palabras: "¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?,
¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ".
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Tales son los cinco grandes
y dramáticos acontecimientos de los misterios. Tales son las iniciaciones por
las que todos los hombres deberán pasar algún día. La humanidad se encuentra
hoy en el sendero de probación. El camino de la purificación es hollado por
las masas, y estamos en proceso de purificarnos del mal y del materialismo.
Cuando se haya completado este proceso, muchos estarán preparados para recibir
la primera de las Grandes Iniciaciones y pasar por el Nuevo Nacimiento. Los
discípulos del mundo se están preparando para la segunda iniciación, el
Bautismo, y para esto debe purificarse la naturaleza emocional de deseos y
dedicarla a la vida del alma. Los iniciados del mundo enfrentan la iniciación
de la Transfiguración o la tercera. El control de la mente y la correcta
orientación hacia el alma, con la completa transmutación de la personalidad
integrada, es lo que les espera.
Se
dicen muchas tonterías hoy respeto a la iniciación,
y en el mundo hay muchas personas que pretenden ser iniciados. Olvidan que
ningún iniciado hace tal proclamación o habla de sí mismo. Quienes proclaman
ser iniciados lo niegan al proclamarlo. A los discípulos e iniciados se les
enseña a ser incluyentes en sus pensamientos y no separatistas en sus
actitudes. Nunca se apartan del resto de la humanidad, afirmando su condición,
poniéndose automáticamente sobre un pedestal. Tampoco los requisitos, como se
establece en muchos libros esotéricos, son tan sencillos como los presentan.
Por su lectura podría creerse que mientras el aspirante logra cierta
tolerancia, bondad, devoción, simpatía, idealismo, paciencia, perseverancia,
ha llenado los requisitos principales. Estas cosas en realidad son las
esencialidades primordiales, pero a esas cualidades debe añadirse una
comprensión inteligente y un desarrollo mental que lleve a una sensata e
inteligente colaboración con los planes destinados a la humanidad. Lo que se requiere es el equilibrio de
la cabeza y del corazón.
Antes
de profundizar más, vamos a
recapitular rápidamente cuales eran los PASOS o ETAPAS, propiamente dichas, que
ha de llevar al ASPIRANTE hasta el PORTAL de la INICIACIÓN. Estas ETAPAS son
CINCO, y ya se consideraron más ampliamente en una conferencia anterior
titulada "EL SENDERO DEL DISCIPULADO (pasos preliminares)".
1º) Tenemos al hombre de
IDEALES, donde muestra en su vida un propósito firme y positivo de
seguir ciertos PRINCIPIOS éticos y nobles. Esto es un indicio claro de
evolución humana.
2º) Tenemos al DISCÍPULO
en PROBACIÓN, en el cual, como hemos explicado ya, el aspirante
voluntariamente trabaja afanosamente para desarrollar su Naturaleza Superior y,
subyugar la Inferior. Es la ETAPA en que el Maestro de su Grupo interno lo
pone a PRUEBA en su vida y observa sus
reacciones y su adelanto.
3º) Tenemos al DISCÍPULO
ACEPTADO,
tras haber pasado satisfactoriamente todas las pruebas impuestas, el Maestro lo
reconoce y lo ACEPTA. Cuando un Maestro ACEPTA a un aspirante como Discípulo en
prueba, lo hace con el designio de presentarlo para su INICIACIÓN en la misma
vida.
4º) Tenemos al
"HIJO DEL MAESTRO". Un lazo más estrecho se establece entre
Maestro y discípulo en esta etapa. Las esperanzas o sueños del discípulo
empiezan a reflejar la maravillosa vida de que el Maestro goza entre Sus
iguales; y lentamente va convirtiéndose en célula de Su viviente organismo.
5º) Tenemos
al INICIADO. La presentación del discípulo por su Maestro a la Gran
Fraternidad Blanca para su INICIACIÓN coincide generalmente con la Etapa del
"Hijo del Maestro". En este estadio acontecen unos acontecimientos EXTRAORDINARIOS, donde el discípulo
adquiere mayor poder y una más amplia Visión del Plan de Dios, pudiendo
trabajar para el Servicio con una mayor eficacia.
El progreso humano es
lento pero constante; por consiguiente, el número de Hombres Perfectos va en
aumento y la posibilidad de alcanzar Su nivel se halla al alcance de todos los
que estén deseosos de llevar a cabo el estupendo esfuerzo requerido. En tiempos
normales los aspirantes necesitarían muchos nacimientos antes de lograr el Adeptado,
pero ahora es posible para ellos acelerar su progreso en aquel Sendero,
condensar en pocas vidas la evolución que de otra manera tomaría muchos miles
de años. Tal preparación requiere un gran control de sí, esfuerzos determinados
año tras año, y a menudo con exiguo resultado externamente mostrado como
progreso definido; puesto que ello implica el entrenamiento de los cuerpos superiores mucho más que el del
físico, y el mejoramiento de lo superior no siempre se manifiesta muy
visiblemente en el plano físico.
¿Qué Ocurre Cuando Un Hombre
Toma En Serio El Camino De Aceleración Evolutiva? Si realmente va en serio, se pone a prueba a
un discípulo en respuesta a una solicitud hecha por él a los Guardianes de la
Humanidad para que le den oportunidades de un progreso más rápido que el normal
para la humanidad ordinaria. Su karma individual tiene que ser reajustado al
mismo tiempo, librándolo de aquellos tipos de karma que pudieren limitar su
futura utilidad y dándole mayores oportunidades para un conocimiento más amplio
y un servicio más efectivo. Si es continuo en su propósito inicial, y a pesar
de las muchas dificultades sigue afanosamente en su empeño, captará rápidamente
la atención del MAESTRO y Éste lo
pondrá a prueba, aún a pesar de que el aspirante sea inconsciente de ello. - Cuando un Maestro toma a un aspirante
como discípulo a prueba, es con la esperanza de presentarlo para Iniciación en
esa vida. Pero de que el Maestro haya sencillamente respondido a su aspiración,
no se sigue que el discípulo tendrá éxito; Se le ha dado la oportunidad por
haberla ganado él como derecho kármico; pero lo que él haga de tal oportunidad,
depende exclusivamente de él mismo. Empero, lo más probable es que triunfe si
toma el asunto a lo serio y trabaja intensamente en servicio del mundo.
PREGUNTA.- ¿Cómo se inicia, pues, a un discípulo y cómo
llega a ser miembro de la Gran Fraternidad Blanca?
RESPUESTA.- Cuando después de una estrecha
identificación de la conciencia del discípulo con la suya propia, el Maestro está
satisfecho de é1 (lo que usualmente coincide con el principio o el fin de la
etapa de "hijo") lo presenta Él ante la Fraternidad para la solemne
ceremonia de la Primera Iniciación. La candidatura es propuesta y secundada por
dos de los más altos miembros de la Fraternidad (del rango de Adeptos) siendo
uno de Ellos su propio Maestro. La presentación es hecha en primera instancia
al Maháchohan, quien designa entonces a uno de los Maestros para que actúe como
Hierofante-Iniciador. Ya sea en el
Salón de Iniciación o en cualquier otro lugar designado, el Candidato es
entonces iniciado formalmente, durante una augusta ceremonia, por el
Hierofante-Iniciador, quien, en el nombre del Único Iniciador, recibe del
candidato el voto de rigor y pone en su mano la nueva clave de conocimiento que
ha de usar en el nivel ya alcanzado.
Relato
de una iniciación.
Por
C.W. Leadbeater
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Es la narración de una Primera Iniciación
conferida a un candidato en la noche del 27 de mayo de 1915:
"...En este caso el Señor Maitreya fue el
Iniciador y, por consiguiente, la ceremonia se efectuó en Su jardín. Cuando
el Maestro Morya o el Maestro Kuthumi ejecutan el ritual, generalmente se
lleva a cabo en el antiguo Templo-gruta cuya entrada está cabe el puente, sobre
el arroyo entre Sus casas. Hubo una gran congregación de Adeptos, estando
presente todos Aquellos cuyos nombres nos son familiares. El glorioso jardín
estaba en todo su esplendor. Los arbustos del rododendrón eran una ascua de
floración carmesí y la fragancia del aire estaba saturada del perfume de las
tempranas rosas. El Señor Maitreya se sentó en Su acostumbrado sitial de
mármol que circunda el gran árbol frente a Su casa; y los Maestros se
agruparon a Sí Mismos en un semicírculo desde Su derecha hacia Su izquierda,
en asientos que para Ellos fueron colocados en la terraza de césped sobre la
cual se eleva el asiento de mármol por un par de escalones. Pero el Señor Vaivasvata
Manú y el Maháchohan tomaron también asiento en el banco de mármol, uno a
cada lado de los brazos del trono tallado, especialmente elevado, que mira
exactamente al Sur y que se llama el Trono de Dakshinamurti..."
|
Lo que acontece al discípulo
es verdaderamente una "Iniciación",
esto es, un principiar. Es el comienzo de una nueva forma de existencia en la
cual la personalidad va siendo más y más firmemente un mero reflejo del ego y
el ego mismo comienza a atraer los poderes de la Mónada. El alma del hombre es
realmente aquella parte superior de sí que es la Mónada; pero desde el momento
en que ésta hizo para sí un cuerpo causal, del alma grupo animal, al momento de
la individualización, "la chispa pende de la Llama por el más tenue hilo
de Fohat". El ego, si bien ligado así a la Mónada, no había tenido hasta
el momento de la Iniciación ningún medio de comunicación con aquel aspecto más
elevado de sí mismo. Pero en la Iniciación, al llamado del Hierofante,
desciende la Mónada hasta el cuerpo causal para tomar el voto de rigor, para
obligarse a dedicar toda su vida y toda su fuerza, de allí en adelante a
promover la obra de la evolución, a olvidarse de sí en lo absoluto por el bien
del mundo. A hacer su vida todo amor así como Dios es Todo Amor, y a
guardar secreto sobre aquellas cosas que se le ordene mantener secretas. Desde
aquel momento, "el más fino hilo de Fohat" deviene un manojo de hilos
y el ego, en vez de pender meramente como una "chispa", llega a ser
como el fondo de un embudo que procede de la Mónada y que trae vida y luz y
fuerza al candidato.
Después
de su Iniciación, el candidato es transferido al plano Búdico por su Maestro, o por un discípulo mayor, para que aprenda a
funcionar allí en su vehículo búdico. Y aquí acontece ahora lo que antes no
había acontecido. Cada noche, cuando el discípulo se aleje de su cuerpo para
trabajar en el astral o en el mental, deja tras de sí en el lecho su cuerpo
físico, o éste y el astral (uno u otros según fuere el caso) para ocuparlos de
nuevo cuando regrese a ellos. Ahora, al dejar el plano mental superior y pasar
al búdico, deja por supuesto su cuerpo causal; pero este cuerpo causal, en vez
de permanecer con los cuerpos físico, astral y mental, se desvanece. Cuando el
discípulo, desde su vehículo búdico mira hacia el plano mental superior no ve
allí cuerpo causal alguno que lo represente. El Cristo dijo: "Aquél que pierda su vida por
Mí, la habrá encontrado". Como el Cristo representa el principio
búdico, estas palabras significan: "Aquél
que por mi causa (por el desarrollo Crístico dentro de sí) abandone su cuerpo
causal en el cual ha vivido, por tanto tiempo, se encontrará a sí mismo", "encontrará la Vida más verdadera, más grande y más elevada".
Se necesita cierto valor para hacerlo así. La
primera vez que un hombre se halla por completo en el vehículo Búdico y encuentra
que se desvaneció su cuerpo causal del cual había dependido por millares de
años, se llena de espanto; y, sin embargo, así es el procedimiento. Debe él
perder su vida por causa del Cristo si quiere encontrarla por toda le eternidad.
Es cierto que cuando el iniciado-discípulo regresa de su cuerpo Búdico se
encuentra a sí mismo otra vez en un cuerpo causal; pero no es el cuerpo causal
que ha usado por millones de años desde el día de su individualización, sino un
cuerpo causal copia de aquella antiquísima "casa" suya. Con su
primera experiencia búdica comprende el Iniciado que él no es el ego sino algo
más trascendental, y conoce asimismo -no tan sólo cree a base de fe- la Unidad de todo lo que vive; Cómo
las vidas de todos los hombres, sus dolores así como sus alegrías, sus
fracasos así como sus éxitos, son inseparables de su vida.
Para
alcanzar el nivel de la Primera Gran Iniciación deberá un hombre dominar su
cuerpo por medio de su alma; deberá arreglárselas de manera que todos sus
sentimientos estén en armonía con el sentimiento superior. Cuando llegue el
Segundo de los Grandes Pasos, se repite el mismo proceso en una etapa ulterior
y la mente del hombre, no tan sólo sus sentimientos, ha de ponerse a tono con
la mente de su Maestro. Por supuesto está todavía en nivel infinitamente inferior
a ella, pues él es hombre tan solo, y muy frágil y humano, en tanto que el
Maestro se eleva sobre la humanidad como
un Superhombre; con todo, los pensamientos del discípulo deberán ir a lo largo
de la línea de los pensamientos de su Maestro. Así como el hombre que está
comenzando a hollar el Sendero dice:
"¿qué habría hecho el Maestro en estas circunstancias? Yo haré lo
mismo", así el hombre que ha pasado la segunda etapa debe vigilar su
pensamiento a cada instante y decirse: "¿qué habría pensado el Maestro
en un caso como éste? ¿Cómo se le habría presentado a Él esta cosa?.
Hay
cinco de estas Iniciaciones (de estos ceremoniales en el Sendero que lleva a
la Perfección) siendo la quinta la de Adepto o Maestro. En la Primera Gran
Iniciación acaece la unión definitiva del ego y de la personalidad del
candidato. Tiene él que pasar por las Segunda, Tercera y Cuarta Iniciaciones
antes de llegar al Adeptado, que es la Quinta; pero cuando obtiene aquella
Quinta une él la Mónada y el ego, justamente como antes había unido el ego y la
personalidad; de tal suerte que cuando ha logrado él la unión del Yo superior
con el yo inferior, cuando ya no exista su personalidad sino como una expresión
del ego, tiene él que empezar de nuevo, por así decirlo, el mismo proceso y
hacer de aquel ego una expresión de la Mónada antes de alcanzar el Adeptado que
viene a señalar su partida del reino humano y su entrada en el superhumano.
LAS INICIACIONES
A continuación
desarrollaremos el tema de las INICIACIONES en sí. Aunque hemos de advertir que
sólo los INICIADOS saben y comprenden su verdadero significado y alcance.
Trataremos aquí, pues, de dar simplemente un bosquejo básico y general que nos
aportará una valiosa información sobre estos maravillosos acontecimientos.
Estudiaremos cada una de las
CINCO INICIACIONES MAYORES
que componen el cuadro completo de REALIZACIÓN planetaria, con la cual el ser
humano está relacionado, abordando serenamente algunos aspectos más
significativos de cada una en particular. Estas Cinco Iniciaciones Mayores son
los siguientes:
La PRIMERA Iniciación ................ EL
NACIMIENTO
La SEGUNDA Iniciación................ EL
BAUTISMO
La TERCERA Iniciación................ LA
TRANSFIGURACIÓN
La CUARTA Iniciación................... LA
CRUCIFIXIÓN
La QUINTA Iniciación.................... LA
RESURRECCIÓN
La Primera Iniciación Mayor
“EL NACIMIENTO”
En
la primera Iniciación, el dominio del Ego sobre el cuerpo físico debe haber
alcanzado un alto grado de realización. Han de vencerse «los pecados de la
carne», como dice la fraseología cristiana. La gula, la embriaguez y el
libertinaje, ya no deben dominar. El elemental físico ya no encuentra obedecidas
sus exigencias; el dominio ha de ser completo, desvanecido el atractivo.
Debe haberse logrado una actitud general de la obediencia al Ego, y debe ser
fuerte la buena voluntad de obedecer. El canal entre lo superior y lo inferior
se ensancha, y la sumisión de la carne es prácticamente automática.
El
que no todos los iniciados alcancen esta norma, puede provenir de varias
causas; pero la nota que pulsen, debe estar sintonizada con la rectitud; el
evidente reconocimiento de sus propias limitaciones será sincero y público, y
notoria su lucha para adaptarse al modelo superior, aún cuando no hayan llegado
a la perfección. -
"En la primera gran
Iniciación, el Cristo nace en el discípulo. Entonces percibe por primera vez en sí mismo la afluencia del Amor divino
y experimenta el maravilloso cambio que lo hace sentirse uno con todo lo que
vive. Éste es el “ Segundo Nacimiento
”, del que se regocijan todos los seres celestiales, porque nace en el
“Reino de los Cielos”, como uno de los “pequeños”, como un “infante”,
nombres que se aplican a los nuevos Iniciados.
Tal es el significado de las palabras de Jesús, que sugieren que un hombre debe
convertirse en un niño para entrar en el Reino."
Puede
sugerirse que en la primera Iniciación, en la que nace Cristo, el
Centro del Corazón es
el único usualmente vitalizado, a fin de conseguir un dominio más efectivo
del vehículo astral, y de prestar mayores servicios a la humanidad. Después de
esta Iniciación se le enseña principalmente al iniciado, lo que concierne al
plano astral. Ha de estabilizar su vehículo emotivo, y aprender a operar en el
plano astral con la misma soltura y familiaridad que en el plano físico. Entra
en contacto con los devas astrales; aprende a dominar a los elementales del
astral; Ha de actuar fácilmente en los subplanos inferiores; y se acrecienta el
valor y calidad de su labor en el plano físico. Pasa en esta Iniciación, desde
la Sala de la Instrucción a la de la Sabiduría. En este momento, se le da
especial importancia al desarrollo astral, aunque su facultad mental progresa
constantemente. - En esta
Iniciación, la REVELACIÓN DE LA PRESENCIA le coloca al Iniciado ante el Tercer
Aspecto o inferior del Alma, la Inteligencia
Activa. Se enfrenta con el Ángel Solar
que le fue confiado como custodio desde el momento de su individualización operativa
en la Lemuria; y reconoce sin lugar a dudas que esa entidad, que es manifestación
de la Inteligencia, es su compañero eterno a través de las Épocas, conforme a
cuya imagen el Alma se modela encarnación tras encarnación.
" Un sin número de hombres
darán el primer paso hacia el desarrollo de la conciencia Crística y pasarán
así por la Primera Iniciación. A menudo (podría
muy bien decir generalmente), esto
tiene lugar sin la comprensión consciente del cerebro físico, esto quiere decir
que muchos de nosotros, es posible que ya seamos iniciados de Primer Grado aún
sin saberlo. Esta Primera Iniciación es, y siempre ha sido, una Iniciación masiva,
aunque sea individualmente registrada y anotada." Muchas vidas pueden transcurrir entre la primera y la segunda
Iniciación. Un largo período de encarnaciones transcurre antes de que
completado el dominio del cuerpo astral, esté dispuesto el iniciado para el
próximo paso. La analogía está interesantemente expuesta en el Nuevo
Testamento, en la vida del iniciado Jesús. Pasaron muchos años entre el Nacimiento
y el Bautismo; pero en tres años dio los tres pasos restantes. Una vez pasada
la segunda Iniciación, el progreso es rápido, y la tercera y la cuarta seguirán
probablemente en la misma vida, o en la siguiente.
Comentario Sobre La Entrada En La CORRIENTE
Narración esotérica:
Este
momento, poco antes de recibir la PRIMERA INICIACIÓN, es de imponderable maravillosidad
en la vida espiritual del candidato, según no hace mucho tiempo manifestó el
Maestro KUTHUMI al aceptar a un discípulo, diciéndole:
“Ahora
que has alcanzado la inmediata meta de tus aspiraciones, te exhorto a que te
fijes en los muchos mayores requisitos de la próxima etapa, para la cual has
de prepararte y es «la entrada en
la corriente», o lo que los cristianos llaman «salvación». Este ideal será el punto saliente en la larga
línea de tus existencias terrenas, la culminación de setecientas vidas. Hace
siglos te individualizaste en el reino humano. En un porvenir que, según
espero, no será remoto, saldrás del reino humano por la puerta del adeptado y
entrarás en el superhumano. Entre estos dos extremos no hay puesto de mayor
importancia que la iniciación hacia la cual debes dirigir desde ahora tus
pensamientos. No sólo serás así para siempre salvo sino que ingresarás en la sempiterna Fraternidad auxiliadora
del mundo. Piensa en el sumo cuidado con que has de prepararte para tan
prodigioso acontecimiento. Quisiera que te representaras de continuo su
gloria y hermosura a fin de que vivieses en la luz de su ideal. Joven es tu
cuerpo para tan formidable esfuerzo, pero se te depara una espléndida
oportunidad y deseo y espero que completamente la aproveches.”
|
Al
iniciar a un ego éste entra a formar parte de la más compacta corporación del
mundo y se une al dilatado océano de conciencia de la Gran Fraternidad Blanca.
Durante largo tiempo no podrá el nuevo iniciado comprender cuanto esta unión
entraña, y ha de penetrar mucho más adentro del santuario antes de que se dé
cuenta de lo estrecho del lazo y de la magnitud de la conciencia del Rey, de la
cual participan hasta cierto punto los hermanos. Todo esto es incomprensible e
inexplicable en el mundo profano, pues su metafísica y sutilidad transcienden
la eficacia del lenguaje; y, sin embargo, es una gloriosa realidad hasta el
extremo de que quien lo empieza a vislumbrar, le parece ilusorio lo demás. Una
vez realizados los oportunos esfuerzos y disciplinas, e integrados ciertos mecanismos
internos, el candidato ya está preparado para recibir la PRIMERA INICIACIÓN. Y
tras una Magna y formidable ceremonia en los planos sutiles, El Iniciador
manifiesta al candidato que por haber entrado en la corriente está ya para
siempre en salvo, aunque todavía
arriesga demorar considerablemente su adelanto si cede a cualquiera de las
tentaciones que le han de asediar en el sendero. La frase «ser salvo para siempre» se toma en el sentido de significar
la certeza de pasar adelante en el actual período de evolución, y no quedar
rezagados el «día del Juicio», en el promedio de la quinta ronda, cuando
Cristo, que habrá entonces descendido a la materia, declare quiénes pueden y
quiénes no alcanzar la meta de evolución señalada a la presente cadena
planetaria, dependiendo esta decisión del adelanto evolutivo de cada individuo.
No hay condenación eterna. Es sencillamente, como dice Cristo,
condenación eoniana. Habrá quienes no puedan seguir adelante en el actual
período de evolución, pero sí podrán en el próximo período, de la propia
suerte que un alumno suspenso en un curso de estudios puede seguir adelante y
aún colocarse a la cabeza de la clase al repetir el curso el año siguiente.
No
se figure el candidato que por haber entrado en la corriente está ya exento de
pruebas, luchas y dificultades. Por el contrario, habrán de ser todavía más
intensos sus esfuerzos aunque dispondrá de mayor fortaleza para realizarlos. Su
poder será mucho mayor que antes, pero también lo será su responsabilidad. Ha
de considerar que no es él, como separado ser, quien ha subido un peldaño que
lo coloca sobre sus prójimos, sino que más bien debe alegrarse de que por su
medio se vaya realizando algún tanto la humanidad, libertándose en la misma proporción
de sus cadenas y enalteciendo mucho más su conciencia. Siempre le acompaña la bendición
de la Fraternidad, pero descenderá sobre él en la misma medida en que la
derrame sobre los demás, porque tal es la eterna ley.
La Segunda Iniciación Mayor
" EL BAUTISMO "
La
Primera Iniciación se ha realizado. CRISTO ha nacido en Belén (en el corazón
del Iniciado). El Alma ha alcanzado su expresión externa, y ahora con esta
alma, el iniciado individual va hacia la grandeza.
El
Iniciado que ha dado el primer gran paso debe ahora ACENTUAR la PURIFICACIÓN
de la naturaleza inferior, esencial para el prefacio de la SEGUNDA INICIACIÓN.
El BAUTISMO de Juan el Apóstol, fue el
símbolo de esta purificación. La
segunda Iniciación constituye la crisis en el dominio del cuerpo
astral. Así como en la primera Iniciación se manifiesta el dominio del cuerpo
físico denso, así en la segunda se manifiesta análogamente el dominio del
astral. El sacrificio y la muerte del deseo han sido la finalidad del esfuerzo.
El Ego dominó al deseo, y sólo se anhela lo bueno para la colectividad y estar
en armonía con la voluntad del Ego y del Maestro. El elemental astral queda
sometido, se limpia y purifica el cuerpo emocional y decae rápidamente la
naturaleza inferior. En este momento, el Ego apresa con renovada energía los
dos vehículos inferiores, y los somete a su voluntad. La aspiración y deseo de
servir, amar y progresar llegan a ser tan intensos, que usualmente se nota rápido
desarrollo. Esto nos explica que frecuentemente aunque no de un modo
invariable, siguen una a otra en una sola vida la segunda y tercera iniciación.
En el actual período de la historia del mundo se ha dado tal estímulo a la evolución,
que las almas anhelosas, al sentir la angustiosa y perentoria necesidad de los
humanos, lo sacrifican todo a fin de satisfacer esa necesidad.
Así
como en la Primera iniciación, generalmente, es dinamizado el CHAKRA CARDÍACO,
en la Segunda suele dinamizarse el CENTRO LARÍNGEO, lo cual supone una mayor
actividad que ocasionalmente puede expresarse por medio de la palabra
hablada o escrita. El candidato que ha
recibido la primera iniciación está ya definitivamente en el sendero que
conduce al adeptado y ha transpuesto el portal del camino que del conocimiento
humano lleva al superhumano. Mirando desde abajo este sendero, causa sorpresa
que el candidato no esté ya exhausto después del trabajo que le costó llegar a
la primera iniciación y que no retroceda descorazonado al ver las ingentes
alturas que ante sus pasos se yerguen en el siempre ascendente sendero. Mas ha
bebido en la fuente de la vida y «su
fortaleza vale por la de diez, porque su corazón es puro» y el esplendor de la humanidad ideal
que descubre con siempre creciente limpidez tiene para él un inspirador
atractivo que no admite comparación con ningún interés ni estímulo material.
La
SEGUNDA INICIACIÓN da por resultado un notable desenvolvimiento y expansión
del CUERPO MENTAL
El
período subsiguiente a la segunda iniciación es para el iniciado el más
peligroso de todos los del sendero, aunque mientras no se alcanza la quinta
iniciación, siempre hay riesgo de retroceder o de errabundear durante algunas
encarnaciones. Pero especialmente en dicho período se descubre si hay tal o
cual flaqueza en el carácter del iniciado. Debiera ser imposible el retroceso
para quien tan excelsa altura alcanza; y, sin embargo, la experiencia nos
enseña que por desgracia así ha sucedido algunas veces. En casi todos los
casos, el peligro está en la soberbia. Si el carácter del iniciado
tiene la más leve mancha de soberbia está en riesgo de caída. Lo que en el
mundo físico llamamos inteligencia no es más que un sencillo reflejo de la
verdadera inteligencia; y no obstante hay en el mundo físico quien se engríe de
su inteligencia y de su intuición. Por lo tanto, cuando un hombre adquiere
siquiera la vislumbre de lo que su inteligencia será en el porvenir, le
amenaza un grave riesgo, y sufrirá terriblemente si por ello se ensombrece.
Tan sólo una incesante y creciente vigilancia le capacitará para traspasar con
éxito feliz este período, por lo que debe esforzarse constantemente en borrar
toda huella de orgullo, egoísmo y prejuicio.
Antes
de la próxima Iniciación, la Tercera, se debe sumergir el punto de vista
personal en las necesidades del conjunto de la humanidad, lo que implica el
dominio de la mente concreta. Tras la Segunda Iniciación, el Iniciado aprende
el control de su vehículo Mental, se capacita para manejar esta materia, y
aprende la construcción de pensamientos creadores.
La Tercera Iniciación Mayor
“LA TRANSFIGURACIÓN”
La
Tercera Iniciación está representada en el simbolismo cristiano por la Transfiguración de Cristo en el monte Tabor ante sus discípulos. Se transfiguró de
modo que «su rostro brillaba como
el sol y sus vestidos eran blancos como la luz, tan sumamente blancos como la
nieve, hasta el punto de que ningún batanero de la tierra fuera capaz de darles
mayor blancura». Esta
descripción sugiere el concepto del Augoeides,
el hombre glorioso, y pinta exactamente lo que sucede en la tercera iniciación,
porque así como la segunda concierne principalmente al desenvolvimiento del
cuerpo mental, la tercera se relaciona con el del causal. El ego se pone en más
íntimo contacto con la mónada y en verdad así se transfigura. Aún la misma personalidad recibe la influencia de
esta maravillosa efusión.
En la Tercera Iniciación llamada, toda la personalidad se sumerge
completamente en la suprema Luz. Después de esta Iniciación la Mónada guía
definidamente al Ego, infiltrando crecientemente Su vida divina en el
predispuesto y purificado canal. Después de la segunda Iniciación asciende de
nivel la enseñanza. El iniciado aprende a dominar el vehículo mental; aduce la
capacidad de operar con la materia mental y aprende las leyes de construcción
del pensamiento creador. Actúa libremente en los cuatro subplanos inferiores
del plano mental; y antes de la tercera Iniciación debe dominar consciente o
inconscientemente los cuatro subplanos inferiores, de los tres mundos.
Profundiza su conocimiento del microcosmos y domina teórica y prácticamente en
gran medida las leyes de su propia naturaleza.
De
nuevo se señala una visión del porvenir. El iniciado está dispuesto en todo
momento a reconocer a los demás miembros de la Gran Logia Blanca, estimular sus
facultades psíquicas y la vitalización de los
centros de la cabeza. Hasta
pasada esta iniciación no es necesario ni aconsejable desarrollar las
facultades sintéticas de clariaudiencia y clarividencia. La finalidad de todo
desarrollo es el despertamiento de la intuición espiritual; y una vez lograda,
cuando el cuerpo físico es puro, el cuerpo astral estable y firme, y está
dominado el cuerpo mental, entonces el iniciado puede manejar y usar sabiamente
las facultades psíquicas en auxilio de la raza, y, además, es ya capaz de crear
y vitalizar claras y bien definidas formas de pensamiento, pulsando en ellas el
espíritu de servicio sin sujeción al deseo ni a la mente inferior. Estas
formas de pensamiento no serán (como las creadas por la generalidad de los hombres)
formas sin cohesión, relación ni unión, sino que alcanzarán un alto grado
sintético. Ardua e incesante ha de ser la obra, antes de que esto pueda
hacerse, pero una vez estabilizada y purificada la naturaleza de deseos, es más
fácil el dominio del cuerpo mental.
Pero
cuando el iniciado realiza mayor progreso y ha traspuesto dos iniciaciones
ocurre un cambio. El Señor del Mundo, el Anciano de los Días, el inefable
Regente confiere la tercera Iniciación. ¿Por qué es esto posible? Porque el
cuerpo físico, plenamente consagrado, ya puede soportar con seguridad las
vibraciones de los otros dos cuerpos, cuando vuelvan a su refugio a causa de la
presencia del Rey; porque el astral purificado y el mental dominado ya pueden
presentarse con seguridad ante el Rey. Cuando ya purificados y dominados pueden
mantenerse a pie firme, y por vez primera vibran conscientemente ante el
rayo de la mónada, entonces se permite y logra la capacidad de ver y oír; Y la
facultad de leer y de comprender los anales puede emplearse con seguridad,
puesto que al mayor conocimiento acompaña mayor poder. El corazón es ya suficientemente
puro y amoroso y el intelecto lo bastante estable para resistir la tensión de conocer.
Apuntes:
- Desde
un punto de vista JERÁRQUICO la TERCERA INICIACIÓN, es considerada como la
PRIMERA verdaderamente importante. Ya que es la que vincula estrechamente al
hombre, hasta ahora inferior, con su aspecto más elevado o "YO
DIVINO", el ESPÍRITU del hombre.
- A
nota de introducción CÓSMICA, consideremos que nuestro ESQUEMA PLANETARIO está
unido internamente a otros Esquemas y Sistemas Planetarios, siendo el SISTEMA
DE SIRIO un punto vinculante en el
Sendero que eligen algunos MAESTROS de nuestra Humanidad para seguir
evolucionando y sirviendo. Es precisamente en este ESQUEMA DE SIRIO, donde
nuestra TERCERA GRAN INICIACIÓN es su PRIMERA.
- También recordaremos, que es
en la TERCERA INICIACIÓN donde tiene lugar de una forma natural la ASCENSIÓN
DE LA ENERGÍA KUNDALÍNICA, o
Fuego Serpentino situada en la base de la espina dorsal. Hasta entonces su
prematuro despertar puede, y de hecho ocasiona a menudo, muchos trastornos en
el ser humano. Cuando los instintos están dominados, las emociones subyugadas y
el vehículo mental integrado con el ALMA, es entonces cuando el CANAL está
preparado, y el FUEGO ÍGNEO puede circular por él, purificando y potenciando al
hombre de una forma natural y rítmica.
Toda posibilidad de cólera o
de odio (Patigha). En esta etapa se encontrará dispuesto él a
auxiliar a algún enemigo tan espontáneamente como a un amigo, y será para él
tan gozoso ayudar a un adversario como a su más caro pariente. En la alegoría
Evangélica, vemos cómo había terminado toda repulsión para el Cristo cuando
"a la mujer que era pecadora" le permitió acercarse a Él, lavar Sus
pies con sus lágrimas, enjugarlos con su cabellera. El discípulo aprende en
esta etapa a elevarse sobre toda atracción y toda repulsión.
La Cuarta
Iniciación Mayor
“LA RENUNCIACIÓN y LA CRUCIFIXIÓN”
En
la terminología budista se llama arhar que ha recibido la cuarta iniciación, y significa el capaz, el
benemérito, el venerable, el perfecto. Los Induistas le llaman el paramahamsa, el que está más allá del hamsa. Los libros orientales encomian
muchísimo al iniciado de la cuarta porque conocen que se halla en altísimo
nivel. - En la simbología cristiana
la cuarta iniciación está representada por las angustias sufridas en el huerto
de Getsemaní, la crucifixión. La cuarta iniciación difiere de las demás en su
extraño doble aspecto de sufrimiento
y victoria. Las tres primeras
iniciaciones están respectivamente simbolizadas en el cristianismo por el
Nacimiento, el Bautismo y la Transfiguración, mas para simbolizar la cuarta fueron necesarios varios
sucesos. La Crucifixión con todos los sufrimientos que la precedieron sirvió
para simbolizar el aspecto aflictivo, mientras que el aspecto gozoso está
representado por la Resurrección y el triunfo sobre la muerte. En esta etapa
siempre hay sufrimiento físico, astral y mental, ludibrio de las gentes,
hostilidad del mundo y aparente fracaso, pero también hay siempre en los planos
superiores, el esplendente triunfo desconocido para el mundo exterior. La
especial índole del sufrimiento que aflige al candidato en esta cuarta
iniciación elimina cuantos residuos kármicos puedan interponerse todavía en su
camino, y la paciencia y alegría con que lo soporte contribuirán valiosamente a
fortalecerle el carácter y ayudarle a determinar su grado de utilidad en la
obra que le aguarda. El antiguo proverbio que dice “no hay corona sin cruz” puede interpretarse en el
sentido de que sin el descenso del hombre a la materia, sin atarse a ella como
a una cruz, sería imposible para él resucitar y recibir la corona de gloria.
Desde esta cuarta etapa es
consciente el arhat en el plano búdico aunque actúe en el físico, y al dejar
este último durante el sueño o el éxtasis, se transfiere su conciencia a la
inefable gloria del plano nirvánico.
Entre
la Tercera y Cuarta Iniciaciones, existe El
Golfo del Silencio; durante el cual el iniciado se siente sólo,
suspendido en el vacío, sin nada en la tierra en qué confiar, sin nada en el
cielo a qué aclamar, y aún con la visión de lo supremo enturbiada y apocada,
según se simboliza por la Agonía en el Huerto. Siguiendo adelante, a través de
las etapas de la Pasión, se ve a sí mismo traicionado, negado, rechazado,
sostenido sobre la cruz de la agonía para que todos los hombres se burlen de él
y lo desprecien; escucha la censura de sus enemigos: "Salvó a otros y Él
mismo no pudo salvarse", prorrumpe en aquel grito desgarrador del corazón:
"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" Sé encuentra a
sí mismo en aquella completa soledad para siempre, y al perder al Dios fuera de
Él, lo encuentra finalmente dentro de sí. - Entonces se cumple la Cuarta Iniciación (la crucifixión y la resurrección
del Cristo) Ya es quien ha llegado a ser el Cristo crucificado y, por
consiguiente, el auxiliador del mundo. Para él, la soledad terminó por completo
porque ha encontrado la Vida Una y la conoce para siempre. Llegó a ser, de
acuerdo con la fraseología Hindú, el "Pararnahansa",
"aquel que está más allá del Yo y Él", donde ya no existe ni aún
la distinción entre "'Yo" y "Él", sino donde únicamente
existe el "Uno"; y, de
acuerdo con la nomenclatura Budista, el "Arhat", el Venerable, el Perfecto, el Digno, sin ninguna otra
encarnación obligatoria para él. En lo sucesivo su conciencia del plano Búdico
subsiste mientras permanece aún en el cuerpo físico y cuando abandona ese cuerpo durante el sueño o trance, pasa
instantáneamente a la inenarrable gloria del plano Nirvánico.
La Iniciación de la Crucifixión tiene un
rasgo instructivo sobresaliente, conservado para nosotros en el nombre dado
frecuentemente a la cuarta iniciación: La
Gran Renunciación. Una enorme experiencia es concedida al iniciado en
este momento; comprende (porque ve y sabe) que el antakarana ha sido
exitosamente completado y que allí hay una línea directa de energía desde la
Tríada espiritual hasta su mente y cerebro, vía el antakarana. Esto pone en el
primer plano de su conciencia, el reconocimiento repentino y asombroso de que
el alma misma, el cuerpo egóico en su propio nivel, y lo que durante edades ha
sido la supuesta fuente de su existencia, su guía y mentor, ya no es necesario;
como personalidad fusionada con el alma tiene ahora relación directa con la Mónada el Espíritu. Se siente despojado
e inclinado a exclamar como lo hizo el Maestro Jesús ¿"Dios mío, Dios
mío, por qué me has abandonado?" Pero hace la renunciación necesaria y
el cuerpo causal, el cuerpo del alma, es abandonado y desaparece. Ésta es la
renunciación culminante y el máximo gesto de edades de pequeñas
renunciaciones; la renunciación marca la carrera de todos los aspirantes y
discípulos -la renunciación, conscientemente enfrentada, comprendida y
realizada.
La
evolución misma es un proceso de abandono, de renunciación. El símbolo de todo
este proceso es la Crucifixión, la Gran Renunciación. Ésta, la cuarta
iniciación, probablemente sea la más culminante de las cinco que conducen a la
Maestría. No necesariamente la más difícil, sino la más culminante. Se dice que
la más difícil es la segunda, como cualquiera que se acerque a ella sabrá de
sobra, por tenérselas que ver con el cuerpo astral, y con todos sus poderosos
mecanismos de respuesta. Es muy difícil controlar todo eso, y recibir, por tanto,
la segunda iniciación. Pero la culminante, la que realmente alcanza la
divinidad a la que aspiramos, es la cuarta iniciación. - El término mismo con que se la conoce, la Crucifixión, o mejor;
la Gran Renunciación, manifiesta exactamente lo que se precisa en este proceso.
Es una renunciación. No se trata de ser un “santurrón”. El objetivo del
iniciado no es el de ser mejor ni más simpático que otro, ni hacer mejores
obras que otro, ni ser reconocible como una persona muy especial o muy espiritual.
En
la cuarta iniciación, el alma misma, el divino intermediario entre el principio
vida, la Mónada, y su reflejo en el plano físico, la personalidad, no se
necesita ya más, y el Ángel solar emprende el vuela al Sol.
La Quinta Iniciación Mayor
“LA REVELACIÓN Y LA RESURRECCIÓN”
Después
de la cuarta Iniciación, ya no queda mucho por hacer. El dominio del sexto
subplano prosigue rápidamente, y se coordina la materia de los subplanos
superiores del búdico. Se admite al iniciado en más estrecho trato con la Logia
y su contacto con los devas es más completo. Va agotando rápidamente los
recursos de la Sala de la Sabiduría, y dominando los más intrincados planes y
esquemas. Se convierte en adepto en cuanto se refiere al color y al sonido;
puede operar con la ley en los tres mundos, y entrar en contacto con su mónada
con mayor libertad que la de la mayoría de la especie humana para entrar en
contacto con el Ego. Tiene también a su cargo mucho trabajo; enseña a
discípulos, ayuda en muchos planes y reúne bajo su dirección a quienes han de
auxiliarle en tiempos venideros. Esto se refiere tan sólo a los que se quedan
en este mundo para ayudar a la humanidad. Más adelante nos ocuparemos de
algunas de las líneas de actuación que se extienden ante el Adepto que
transciende el servicio de la tierra.
--- El iniciado pasa entonces
por la Quinta Iniciación simbolizada por la Resureción del Cristo y llaga a ser el Jivamnukta, la "vida liberada" del Hindú; el asekha, el que ya nada tiene que
aprender, según el Budismo. Habiendo cumplido el ciclo de humanidad y llenado
el ideal del Divino Humano, es ahora el Hombre
Perfecto, Maestro de la vida y de la muerte, libre de toda las
ligaduras que puedan atarle, y con todos los poderes conferidos a él en los
cielos y en la tierra. Ha nacido por la última vez y ha alcanzado la salvación
final. Ha logrado la vida eterna y se encuentra ahora entre los muchos Hermanos
de los cuales el Cristo es el Primogénito; ha llegado a ser "un pilar en el templo de mi
Dios el cual jamás saldrá de allí",
y
ha logrado ya “la estatura de la plenitud del Cristo”. ---
Habiendo cumplido su
peregrinación, el Adepto ve, ahora ante sí, según ya se dijo, siete caminos,
siete senderos de gloria y de poder, que lo conducirán hacia los grandes reinos
de la vida superfísica, todos los cuales, excepto uno, lo libran para siempre
de la carga de la carne humana, y se extienden muy lejos de nuestra tierra. A
medida que él contempla estos siete senderos, dentro de la exquisita música
que lo rodea, surge un sonido de angustia y de dolor, escucha Él el grito del
mundo en su miseria, en su obscuridad, en su agotamiento espiritual, en su
degradación moral, el grito de la humanidad esclavizada, y mira la incierta
búsqueda del ignorante, del desamparado y del ciego. Entonces, movido a compasión
y por su antigua simpatía hacia la humanidad de la cual Él es ya una flor, se
vuelve hacia atrás, hacia el mundo que ha dejado, y en lugar de desechar el
peso de la carne lo toma de nuevo, para soportarla aún, a fin de poder ayudar a
la humanidad. Hollando el Sendero de Santidad, Él ha alcanzado la perfección,
ha vencido a la muerte y conquistado la inmortalidad. Ha logrado la Libertad y
vive ahora en lo Eterno. Pero, siendo perfecto, permanece Él para ayudar a
quienes somos aún imperfectos; habiendo Él realizado la Eternidad, se queda
entre las sombras del tiempo hasta que nosotros también la realicemos. Ha
franqueado la entrada a la felicidad y la mantiene abierta, permaneciendo a su
lado, a fin de que nosotros podamos tras él entrar, pues Él, que fue el primero
en triunfar, se designa a Sí mismo como el último en gozar.
Y así llega él a ser lo que llamamos un
Maestro; un lazo entre Dios y el Hombre; un Espíritu liberado, deseoso de
soportar aún el fardo de la carne, a fin de no perder el contacto con la
humanidad que ama, y de ponerse a sí mismo al servicio de ella por el acto
supremo de renunciación, permaneciendo en la esclavitud hasta que estén libres,
y yendo al Nirvana cuando todos puedan ir mano a mano con él. Él y otros como
él, elevándose en grado, más allá del grado de sabiduría y poder superhumanos,
forman la Oculta Jerarquía que consta de los Guardianes del mundo, Quienes
permanecen con nosotros para dirigir, enseñar, guiar y definitivamente ayudar
a la humanidad a lo largo del difícil camino de la evolución humana.
Toda
la Naturaleza se regocija en su triunfo, porque un nuevo Salvador de la
Humanidad se ha unido a las de los que viven para darse por entero como se da
el Logos. Se dice que cuando uno de nuestra Humanidad alcanza la Perfección. - Toda la Naturaleza se estremece de
gozosa reverencia y se siente conquistada. La estrella de plata titila la nueva
a las flores nocturnas, el arroyuelo la murmura a los guijarros, las obscuras
olas del Océano la bramarán a las batidas rocas, las perfumadas brisas la
cantan a los valles, los soberbios pinos susurran misteriosamente: "un
Maestro ha surgido, un Maestro del día"
Puede trabajar a través de
un cuerpo físico (con sus envolturas sutiles) o no, como lo juzgue conveniente.
Comprende, como individuo, que no necesita ya un cuerpo físico o una conciencia
astral, y que la mente es sólo un instrumento de servicio. Funciona, ahora en un cuerpo de luz
que posee, su propio tipo de sustancia. Sin embargo, el Maestro puede construir
un cuerpo que le permitirá acercarse a Sus discípulos que entran y también a
los que han recibido las iniciaciones superiores; cuando es necesario construirá
normalmente Su cuerpo a semejanza de la forma humana, haciéndolo
instantáneamente y por un acto de la voluntad. La mayoría de los Maestros que
trabajan definidamente con la humanidad, conservan el antiguo cuerpo en que
recibieron la quinta iniciación, o sino construyen, con sustancia física, el
"mayavirupa" o cuerpo de
maya. Este cuerpo aparecerá en la forma que tuvo originalmente al recibir la iniciación.
Cuando
hemos alcanzado el estado Crístico, ¿se han regenerado todas las células de
nuestro cuerpo? Durante la última fase del proceso evolutivo - el Sendero de
Iniciación-tiene lugar una transformación en la estructura celular de los
sucesivos cuerpos del iniciado. Se absorbe cada vez más materia de naturaleza
subatómico (es decir, luz) que gradualmente reemplaza a la materia de sustancia
atómica. En la quinta iniciación - la Resurrección- el proceso se ha
completado, y el Maestro realizado en Dios ha logrado Su meta sobre este
planeta: Él y Su cuerpo son perfectos e “incorruptibles”, como se denomina en
la Biblia cristiana.
LOS 7 SENDEROS del
Maestro:
Cuando
el Iniciado encara ante sí la QUINTA Iniciación, y así alcanzado la MAESTRÍA,
se abre ante Él un abanico de Siete PUERTAS o SENDEROS de servicio y evolución,
que deberá elegir. Aunque este tema trasciende cualquier razonamiento o descripción
humana, diremos que sólo una de esas puertas es El Sendero del servicio terrestre: Es el Sendero que retiene
al hombre enlazado con la Jerarquía, por haberse consagrado al servicio de
nuestro planeta, en ayuda de sus evoluciones. Siguen este Sendero los que
actúan a las órdenes del Señor del Mundo, en los siete grupos de Maestros de
Sabiduría. No siguen este Sendero muchos Adeptos, pues sólo se permite el
número suficiente para llevar satisfactoriamente adelante la evolución
planetaria.
Después de la QUINTA
INICIACIÓN,
el hombre se ha perfeccionado en lo que se refiere a este sistema, aunque si lo
desea puede recibir otras dos Iniciaciones, y otras más fuera de nuestro
sistema.
Efectos de la Iniciación sobre el Iniciado
Si
bien todas las Iniciaciones Mayores tienen lugar en el Plano Mental,
esto no implica que las repercusiones de las considerables descargas de energía
sobre el Iniciado se limiten a ese Plano, sino que tienen una amplia y
estudiada repercusión en sus vehículos, a todos los niveles, por ejemplo:
1.
|
En el CUERPO ETÉRICO. Sobre los Chakras, que
reciben un poderosísimo estímulo y acrecientan así su energía propia, capacitando
al Iniciado para poder llevar a la práctica los planes que, hasta ese momento
había considerado como irrealizables.
|
2.
|
En el CUERPO FÍSICO:
|
a)
|
En los centros o plexos nerviosos y en las
correspondientes glándulas, tales como la Pineal y la Hipófisis, que
iniciarán un rápido desarrollo, despertándose así las facultades clarividentes
superiores, con pleno control y conciencia por parte del Iniciado.
|
b)
|
En el sistema nervioso,
que es la concretización y el intermediario del cuerpo Astral, fortificándolo
y sensibilizándolo a la vez, convirtiendo al cerebro en un transmisor eficaz
de las intuiciones búdicas.
|
||
3.
|
En la MEMORIA: Que irá progresivamente incluyendo aspectos
del Plan Jerárquico, en las líneas que se hallan vinculadas con el trabajo
personal. "La expansión de conciencia, dice el Maestro D.K.- incluye
al cerebro físico, de otro modo no tendría valor."
|
||
EN LOS
CHAKRAS:
En
la ceremonia de la Iniciación todos los Chakras están activos, y los cuatro
inferiores comienzan a transferir la energía a los tres superiores. Esta
energía es la denominada Kundalini,
que ordinariamente permanece acumulada en el Chakra Muladhara, de la base de
la columna vertebral. En esta ocasión es despertada y dirigida a uno de los
Chakras superiores, que varía según la naturaleza del Iniciado y el grado de
la Iniciación. El Chakra acrecienta entonces su actividad, la rapidez de sus giros,
y la energía emanada. Consiguientemente se activan algunas espirillas de los
átomos permanentes de los cuerpos inferiores. A partir de la Tercera Iniciación
son los átomos permanentes de la Tríada los activados. Igualmente se triplica
el canal de energía del Alma que afluye a la Personalidad y a los cuerpos
inferiores.
Una vez el Iniciado ha
recibido la aplicación del Cetro, se convierte en miembro de la Logia, y
los Maestros se retiran junto con los componentes del Triángulo Focal y los
Padrinos, cada uno a sus puestos correspondientes, en tanto que los Iniciados
del mismo grado que el recién admitido le rodean y ayudan en las fases finales
de la ceremonia. Los que poseen un grado inferior se retiran al fondo del Aula
de Iniciación en Shamballa, y se encuentran aislados mediante un muro
vibratorio del resto de los acontecimientos. Entonces se consagran a una
profunda meditación y a la entonación de ciertas fórmulas. Dentro del muro se
recibe el Juramento del Iniciado y se le confían las Palabras de Poder y uno
de los Siete Secretos Cósmicos, según el Grado de la Iniciación. El Juramento
es realizado por el Iniciado, repitiendo frase por frase la fórmula que le
indica el Iniciador. Al final de algunas de ellas los Iniciados del mismo grado
entonan unas palabras en Senzar que
significan "Así sea".
1.
|
El Iniciado expone la naturaleza del propósito que
le mueve, afirma la voluntariedad de su actitud, declara su comprensión, y
promete no revelar nada de lo que le ha sido expuesto del Plan Logoico.
|
2.
|
Se compromete solemnemente con la Logia y con el
conjunto de Almas de todos los hombres, así como a guardar en secreto el aspecto
del Alma que le ha sido revelado, y asimismo las relaciones entre el Logos
Solar, el Logos Planetario y el Esquema de la Tierra.
|
3.
|
Promete asimismo mantener en secreto el
conocimiento del acceso a las Fuentes de energía con las que ha entrado en
contacto, así como de las formas de manipulación de la misma; y SU firme compromiso de utilizarla
únicamente en favor de la Evolución.
|
Cada frase del Juramento corresponde a uno de
los tres Aspectos del Logos, y le facultan para la recepción de determinados
tipos de energía que proceden de cada uno de los tres primeros Rayos, enfocados
por los Jefes de los Departamentos de la Jerarquía. Esa energía repercute en el
recién Iniciado y en todos los que participan del mismo Grado.
“Relato Sencillo De Una Iniciación.”
Por
Vicente Beltran Anglada.
“.......EL Maestro
nos hace presenciar la Iniciación de un compañero de grupo...” “... Aunque aparentemente me
hallaba solo en aquel “lugar” donde iba a tener efecto la Iniciación de nuestro
hermano de grupo, sabía con profunda certeza que eran muchos los iniciados y
discípulos de los distintos Ashramas que estaban "allí" y que
asistían como yo a aquella ceremonia iniciática, contribuyendo más o menos
directamente al desarrollo de la misma. Nada me era posible ver en aquella primera
fase de contacto, excepto una gran cantidad de puntos luminosos de distintos
colores, simétricamente distribuidos y tejiendo y destejiendo figuras geométricas
en medio de aquellas ráfagas de luz que como olas de vida universal iban llenando la inmensidad de aquel "recinto sagrado".
Pero al dirigir la atención
hacia el lugar que intuitivamente sabía que debía ocupar el HIEROFANTE, pude apreciar claramente
que se trataba de Cristo. Por algún tiempo, durante el período preliminar de
aquella ceremonia pude contemplar su radiante silueta destacándose nítidamente
dentro de un fondo de luz insolada. Más tarde, todo desapareció de mi vista,
todo pareció esfumarse para mi limitada visión, debido quizás al hecho de que
mi percepción interna no me permitía "penetrar" todavía ciertos
aspectos de aquel ritual sagrado. Me sentía profundamente penetrado, sin
embargo, del augusto secreto que en aquellos momentos se estaba revelando y
podía ver claramente a mi hermano de grupo, el candidato a la iniciación y
trataba de compartir en la medida de mis fuerzas la responsabilidad infinita de
aquellos momentos inolvidables. De vez en cuando, una ráfaga de percepción me
permitía abarcar el conjunto formado por el Cristo, los dos maestros que
apadrinaban al candidato y a éste en el centro del Triángulo formado, por los
Tres.
La Luz se había adueñado de todo
el "lugar", o "recinto",
pero del fondo intensamente iluminado continuaba destacándose la Luz de Cristo,
que resplandecía de manera tal que la propia Luz del lugar quedaba como
oscurecida. Pude ver en ciertos momentos recortándose muy definidamente de todo
aquel océano de Luz, no su Faz resplandeciente, sino la inmaculada estrella de
cinco puntas, el símbolo sagrado de Cristo, que representa la perfección del
Hombre, la unión de los aspectos divinos de Voluntad e Inteligencia dentro de
un Centro de Amor infinito, la fusión de los dos Sonidos creadores, o Mantrams
sagrados el doble OM y el triple AUM dentro del eterno marco de la
evolución planetaria. Y sentí mi corazón profundamente sobrecogido por la
inmensidad de aquel Misterio de Unión inenarrable.
La estrella de Cristo irradiaba
una Luz que dejaba oscura la propia luz, magnificente sin embargo de aquel
lugar sagrado donde se estaba realizando aquella trascendente ceremonia. Pude
comprender entonces directamente y sin intermediarios, el significado exacto
de aquellas frases esotéricas: "Dentro
de la Luz verás la LUZ" y "Cristo,
la LUZ del mundo", perdidas antaño en el laberinto de las ecuaciones
mentales. Y mi corazón resplandeció de gozo.
Hubo
un momento cumbre durante el desarrollo de aquella experiencia iniciática en
que la propia luz de Cristo palideció cuando una Luz todavía mayor
"invadió" o se posesionó del lugar, llenando de un dinamismo
indescriptible cada una de las partículas de luz que se estaban liberando a
través del ritual mágico. Esta invasión de la potencia ígneo-electrica de Shamballa tuvo lugar inmediatamente,
del corazón de la estrella del Cristo se elevó hacia el Altísimo la sustancia
del Verbo solar en aquellas sacramentales palabras: "PADRE, HAGO ESTO EN
TU NOMBRE". La respuesta inmediata fue la aparición de un Círculo más
luminoso que toda posible LUZ, puesto que irradiaba directamente del propio
SANAT KUMARA, el Señor del Mundo.
La estrella del Cristo de un brillo intensamente
azulado en aquellos momentos, resplandecía indescriptiblemente dentro de un
círculo de luz dorada, cuya intensidad, belleza y dinamismo están más allá de
toda descripción. Hubo otro momento, mientras la ceremonia se acercaba a su
culminación, en que el dotado círculo desapareció de mi vista para adoptar la
forma de una estrella de nueve puntas que irradiaba sobre la estrella del
Cristo la extraordinaria potencia del fuego de Shamballa. Comprendí entonces el
alcance universal de aquella afirmación esotérica, presente en el ánimo de todo
verdadero discípulo; motivo de tantas y tan profundas reflexiones: ..... A los
Pies del Único Iniciador y viendo brillar Su Estrella... La estrella de Sanat Kumara, símbolo de Sus nueve perfecciones -tal como místicamente se
menciona- derramando sobre la estrella del Cristo el terrible poder del Fuego
Eléctrico, era la infalible e irrefutable prueba de que el candidato a la iniciación,
nuestro hermano de grupo, había sido admitido dentro de los Misterios sagrados
de la Gran Logia Blanca del Planeta.
Esta transmisión de Fuerza se realizaba lógicamente por medio de los
Cetros de Poder, una prolongación del "Dedo del Señor", -tal como
podemos leer en los libros sagrados del Antiguo
comentario- y entrañaban para el Iniciado el Poder de la Eterna
Resolución. Los Maestros que apadrinaban a nuestro hermano constituían, como
en el caso de la electricidad corriente, los dos polos, positivo y negativo de
la misma, en el centro de los cuales le era posible al recién iniciado mantener
en equilibrio estable sus vehículos sutiles y recibir sin peligro la fuerza
liberadora, aunque extremadamente peligrosa del Fuego eléctrico de la Deidad
planetaria. Mientras tanto, un grupo especial de Devas protegían el cuerpo
físico de nuestro hermano de grupo, sumido en profundo sueño, en el lugar
previamente elegido por el maestro".......
Ser un iniciado exige todo
el poder de cada uno de los aspectos de nuestra naturaleza. No es una tarea
fácil. Afrontar las pruebas inevitables que enfrentaremos al hollar el sendero
que Cristo recorrió, requiere un excepcional valor. Para colaborar sabia y sensatamente
con el Plan de Dios y fusionar nuestra voluntad con la Voluntad divinal debemos
poner en actividad no sólo el más profundo amor de nuestro corazón, sino también
las más agudas decisiones de la mente. La
iniciación debe contemplarse como un gran experimento. Hubo una época,
quizás cuando se instituyó este proceso de desenvolvimiento, que fue posible
restablecer en la tierra ciertos procesos internos, conocidos entonces sólo por
unos pocos. Luego, lo interno podía presentarse en forma simbólica para enseñar
a "los pequeños", más adelante lo mismo pudo ser realizado
abiertamente y expresado en la tierra por el Hijo de Dios, el Cristo. La iniciación
es un proceso viviente, y mediante él todos quienes se disciplinan debidamente
y cumplen voluntariamente, pueden ser aceptados, analizados y ayudados por ese
grupo de Iniciados y Conocedores que son los guías de la raza, conocidos por
muchos y diversos nombres en diferentes parte del mundo y en distintas épocas.
En Occidente se Los llama Cristo y Su Iglesia, los Hermanos Mayores de la
Humanidad. La iniciación es, por lo tanto, una realidad y no una hermosa visión
fácilmente lograda, como pareciera establecerlo tantos libros esotéricos y
ocultistas. La iniciación no es un proceso que alcanza un individuo cuando
ingresa en ciertas organizaciones y que sólo puede comprenderse ingresando en
tales grupos. La iniciación no tiene nada que ver con sociedades, escuelas
esotéricas u organizaciones. Todo lo que pueden hacer es enseñar al aspirante
ciertas, bien conocidas y fundamentales, "reglas del camino",
y dejarlo que comprenda o no, según se lo permitan su ansia y desarrollo, y que
atraviese el portal, si su equipo y su destino se lo permiten.
Los
iniciados del mundo se encuentran en toda nación, iglesia y grupo, donde haya
hombres de buena voluntad activos y donde se preste un servicio mundial. Los
grupos esotéricos modernos no son los custodios de las enseñanzas de la iniciación
ni es su prerrogativa preparar al individuo para este desarrollo. La mejor
enseñanza sólo puede preparar a los hombres para la etapa del proceso evolutivo
denominado Discipulado. El
camino al lugar de la iniciación y al Centro donde se encuentra Cristo, es el camino del alma, el
camino solitario del propio desenvolvimiento, desapercibimiento y disciplina.
Es el camino de la iluminación mental y de la percepción intuitiva. Esto fue
bien explicado hace muchos años y decía:
"Sin embargo, la verdad
es que el hombre inteligente hace del mundo su propia cámara de iniciación, y
de la vida misma el umbral de los misterios. Si un hombre puede manejarse a sí
mismo con perfección, puede manejar todo lo demás. Posee la fuerza. El modo
exacto de emplearla es una mera cuestión de detalle. Debemos hacer uso de cada
oportunidad que se nos presenta, y cuando nada ocurre tratemos de
proporcionarnos nuestra propia oportunidad”.
"Los que aspiran a un verdadero
progreso deben considerar todo lo que les sucede en la vida como una prueba
iniciática, y ser, por así decirlo, Sus propios iniciadores".
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La
iniciación es por lo tanto una serie graduada y positiva de expansiones de
conciencia, una creciente y
constante percepción de la divinidad y todas sus implicancias.
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