Capítulo. V.
“EL
VERDADERO HOMBRE”
Cuerpo
– Alma – Espíritu.
En el anterior capítulo,
tratamos de estudiar y profundizar sobre algunos aspectos del hombre. Esos
aspectos DE LA ERSONALIDAD, no pertenecían o se referían al hombre mismo en su
propio plano de manifestación, sino a aquellos cuerpos o vehículos por los
cuales él se expresaba. Pasemos, pues ahora, a ocuparnos del HOMBRE MISMO, no
de sus vehículos de conciencia, sino de la acción de la CONCIENCIA en ellos;
no de los cuerpos, sino de la entidad que funciona en ellos; pues por "HOMBRE" se quiere significar al INDIVIDUO CONTINUO que pasa de
una vida a otra, que se manifiesta a través de
los cuerpos y los vuelve a dejar una y otra vez; que se desarrolla
lentamente en el curso de las edades, que crece por la acumulación y
asimilación de la EXPERIENCIA, y que existe en su PLANO Superior. Este hombre
es el que va a ser objeto de nuestro estudio.
Según nos dice S. Pablo,
y en la teología Cristiana se ha dividido al hombre en 3 partes: CUERPO,
ALMA y ESPÍRITU. También los Ocultistas adoptan esta división para su estudio.
Aunque como dijimos en el capítulo anterior, existen muchas formas distintas de
dividir al hombre para su estudio. Más aquí nos inclinaremos por el estudio del
3, ya que es el mejor método para investigarlo esencialmente, como ya veremos.
En realidad muy poca gente sabe la diferencia que existe entre el alma y el espíritu, ni conoce la naturaleza y el papel que estos dos
PRINCIPIOS representan, ni los mundos en los cuales trabajan. Por esta razón y
debido, naturalmente a su vital
importancia, vamos a investigarlos.
Las
palabras siempre son limitaciones de la verdadera experiencia. Al tratar
conceptos tan sutiles y espirituales, como las palabras: Alma, Espíritu, Ser,
Ego, Yo superior e Inferior, etc., el investigador de lo esotérico siempre
encontrara “barreras verbales” que le obstaculizarán, al menos al principio,
las grandes verdades que se hayan detrás del lenguaje escrito u oral. La
escritura así como las palabras, hay que utilizarlas como simples medios
artificiales, todos ellos indicadores direccionales hacia una determinada
dimensión mucho más amplia y veraz. Si tenemos esta indicación presente en
nuestros estudios, todo será más comprensivo y natural. Vamos ahora a tratar,
de analizar y profundizar en la medida de nuestras posibilidades, los aspectos:
ALMA y ESPÍRITU, por separado, individualmente, de una forma más
esotérica, más científica si cabe. Dejando a un lado el CUERPO, ya que
éste es bien conocidos por todos.
EL ALMA, El EGO.
El Alma aparece siempre como
un INTERMEDIARIO, como un enlace entre mundo físico y el
mundo del espíritu; el Alma es el vehículo que transporta los elementos del
CIELO a la TIERRA y de la TIERRA al CIELO. Todo pasa por el alma.
Se podría decir que nuestra
alma es un reflejo del espíritu en un plano inferior, el mental superior. Es
como un reflector espiritual, que refleja en un plano el ESPLENDOR del
espíritu. Se dice también, que el alma es un precioso ESPEJO, ya que en él se
puede vislumbrar la imagen más divina de nuestro verdadero SER, el espíritu.
Cuando decimos "que debemos hacer contacto con el ALMA", con
nuestro “YO SUPERIOR”, evidentemente nos estamos refiriendo a elevar
nuestras conciencias a un punto más elevado, a un punto que está más allá
de la simple conciencia física-instintiva, y más allá de nuestras emociones y
deseos, y más allá de los pensamientos e ideas personales. Hacer “CONTACTO” con el Alma o Ego, es ir
precisamente más allá de nuestra PERSONALIDAD, más allá de nuestros
cuerpos inferiores que la forman. Por lo tanto nos estamos refiriendo, que
debemos POLARIZARNOS EN EL PLANO DEL ALMA, en los Planos mental-superior
y Búdico. Donde la VERDAD ESENCIAL, la Luz más pura y el Amor más intenso se
manifiestan en un estado virginal. Nuestra Alma Divina es nuestro YO superior.
Una parte de nosotros mismos, una fracción de nuestro verdadero SER, o más
bien un reflejo del mismo. Es pues nuestra meta más inmediata hacer contacto
con nuestra alma. En ese estado espiritual las perturbaciones y oscilaciones de
los tres mundos inferiores no nos afectan, no nos confunden ni nos aferran a la
materia. Y por lo tanto el discípulo queda LIBRE de la ilusión, y libre para
manifestar todo el potencial divino que le es inherente como hijo de Dios.
El ejemplo más vivo que
tenemos, que refleje en todas sus dimensiones esta fantástica integración entre
el hombre y su alma divina, la tenemos reflejada en la vida y obra del Maestro
Jesús. Él supo mejor que nadie, demostrar qué ocurre cuando el Alma con todo
su poder y gloria, se manifiesta en un hombre PLENAMENTE Realizado. Jesús era la expresión humana y a la vez
Divina de la propia ALMA. Él vino a simbolizar, a través de su propia vida,
lo que cada hombre debe hacer internamente; el nacimiento, el bautismo, la
crucifixión; la transfiguración, etc... Todo eso debe pasar el discípulo en su
propia carne y en su propio espíritu. Él vino para mostrar el camino. Él era
simbólicamente el ALMA DEL MUNDO. Por esa razón dijo en los evangelios:
"YO SOY EL CAMINO QUE LLEVA AL PADRE" "SÓLO A TRAVÉS DE MÍ SE
LLEGA AL PADRE". Efectivamente él lo dijo; sólo a través del ALMA se puede llegar al ESPÍRITU, al Padre. Esa es nuestra
primera empresa. También ha habido otros Maestros Espirituales que a lo largo
de la historia (conocida y oculta), han dado el mismo ejemplo y el mismo
mensaje, en formas diferentes, pero esencialmente la misma, dependiendo de la cultura y del
tiempo en que nos situemos.
El Alma debido a su posición
central e intermedia entre lo superior y lo inferior contiene dentro de sí
misma dos aspectos bien diferenciados, se puede decir que es dual, veamos: Una está enfocada
hacia arriba hacia el espíritu, y la otra está orientada hacia abajo, hacia la
personalidad. Simbólicamente, la podemos expresar como dos TRIÁNGULOS
separados, pero a la vez unidos por el extremo inferior. Uno se manifiesta en
el plano Mental Superior o abstracto, y el otro se expresa en el plano Mental
inferior o Concreto. Por lo tanto uno
pertenece a la vida Divina y la otra a la Humana. Por esa razón a una se la
denomina ALMA DIVINA y a la otra ALMA HUMANA. Una misma alma
expresándose en dos formas diferentes, en dos niveles distintos. El Alma
Divina, no tiene apegos a la forma, vive libre e iluminada por el espíritu, es
un cuerpo de luz, un reflejo del Segundo Principio Divino; el AMOR. Realmente
el Alma Divina pertenece sin lugar a dudas al QUINTO REINO, al reino
Divino. Es nuestra Conciencia en un plano espiritual, y cuando hacemos
contacto con ella, cuando nos identificamos plenamente, el hombre ha alcanzado
la Tercera Iniciación, la TRANSFIGURACIÓN
conocida por el cristianismo, y entonces nos hayamos libres de las
ataduras de los tres mundos. En ese momento expresamos perfectamente el
Principio CRÍSTICO, el principio del Amor Divino.
“EL
ESPÍRITU TRABAJA SOBRE LA MATERIA POR INTERMEDIO DEL ALMA”
El alma es un instrumento
para el ESPÍRITU, un instrumento del que éste se sirve para
llegar al plano físico, el más denso de todos, porque el espíritu, por sí sólo,
no puede llegar a él, por ser él una energía muy elevada en vibración. Únicamente el alma tiene la posibilidad de alcanzar
la materia y, a través de ella, el espíritu trabaja sobre la materia,
modelándola, formándola y ordenándola. Sin el alma, sin las posibilidades del
alma, el espíritu no tiene ningún poder sobre la materia.
Si la mayoría de filósofos,
e incluso teólogos, han escrito sobre el alma teorías tan complicadas e incluso
totalmente erróneas, es porque no han observado bien la Naturaleza. Todo se
refleja en la naturaleza, y cuando sabemos cómo observarla, podemos encontrar
la solución de las cuestiones más complejas y abstractas. Todos los problemas
alquímicos, teúrgicos, mágicos, cabalísticos o astrológicos, podemos
encontrarlos resueltos en los fenómenos del plano físico. !HAY QUE APRENDER A
LEERLOS¡. Existe realmente una ciencia concerniente a la actividad del alma, en
la que nos dice que ella es la mediadora entre el cielo y la tierra. Y todo
ello adquiere mayor significado si nos acordamos de lo que CRISTO dijo: ((YO SOY
EL ALFA Y EL OMEGA)), es decir en hebreo, Aleph y Tav. Yo soy Aleph, quiere
decir: ((YO SOY AQUEL QUE HACE PASAR LOS ELEMENTOS DE LA TIERRA AL CIELO Y DEL
CIELO A LA TIERRA...)). Sí, Cristo, nuestro Cristo íntimo que es nuestra alma divina,
es aquél que hace descender las bendiciones del Cielo y que hace ascender a las almas. Para llegar al Cielo, a nuestro
Padre Celestial, tenemos que pasar por él...
Evidentemente todo lo que se
está diciendo puede parecernos muy teórico. Para saber, verdaderamente, lo que
es el ALMA, hay que ir a verla...
Sí, por mucho que se diga, no se puede explicar muy bien lo que es el alma, hay
que ir a verla... Y ello es posible, porque es material, de una materia tan
ligera, tan tenue, tan sutil, que pasa por ser algo invisible, aunque, en
realidad podemos verla. El alma es un cuerpo de energía, un cuerpo luminoso,
pero un cuerpo en definitiva. Y este cuerpo también se disgregará un día, y
entonces el hombre vivirá únicamente como espíritu, porque la verdadera
esencia del hombre, su verdadero Ser es el Espíritu.
Veamos ahora por separado cada uno
de los dos aspectos del alma:
El ALMA HUMANA
Es como su nombre indica, de
naturaleza humana, inferior. El hombre común en sus momentos más lucidos, actúa
como alma humana. Como una conciencia coherente, inteligente. Cuando el hombre
no está influido por sus deseos, o su egoísmo particular, cuando no expresa su
naturaleza animal, y por lo tanto permanece lúcido y polarizado en su nivel
intelectual, es entonces cuando se manifiesta o expresa como alma humana.
También llamada "EL ALMA INDIVIDUAL", es el aspecto inferior del
Alma, lo que se ha denominado el
"PENSADOR". Una vez introducido en la materia es cegado por los sucesivos velos constituidos por
todos los niveles de la misma. El más tupido de estos obstáculos se halla
representado por el cerebro físico que actúa como "VÁLVULA REDUCTORA"
de la conciencia. El cerebro limita la cantidad de información de la que la
mente puede hacer uso, en tanto ésta (la mente) se halla confinada dentro del
cuerpo físico. Esta es la razón por la cual se hace tanto hincapié en la
purificación y la sublimación de la materia física, con el fin de que las
impresiones y mensajes producidos por nuestra ALMA DIVINA, puedan ser recibidas
perfectamente por el cerebro entrenado y desarrollado para tal efecto. El ser
humano debe ser capaz de responder a las vibraciones provenientes de planos
superiores, con el fin de que despierte a su verdadera naturaleza espiritual.
En los ejercicios espirituales
de “ALINIAMIENTO”, utilizamos una técnica, para alinear los tres cuerpos.
Cuando los tres cuerpos: físico, astral y mental están alineados, y no molestan
con sus vibraciones inferiores. En ese estado de quietud interior, es cuando el
hombre puede actuar como alma humana, coherente, libre y controlador de los
tres cuerpos. En ese punto de identificación superior con nuestra conciencia elevada,
es cuando podemos trabajar para hacer contacto con su aspecto superior o ALMA
DIVINA. Y esto se consigue con la meditación, y una vida espiritual -cuando
hablamos de espiritualidad, no nos estamos refiriendo a la vida mística, o
santurrona a la que estamos acostumbrados a creer. No se trata de aislarse del
mundo y del pecado, como comúnmente se cree. Sino de establecer en el mundo cotidiano,
en el mundo de todos los días y en cualquiera de sus diversos aspectos, UN
PUENTE por el cual podamos expresar todo nuestro manantial de espiritualidad,
consagrando inteligentemente cada obra, cada acto, cada palabra, para el bien
común. Manifestando así; el Espíritu en la materia; el reino de Dios en la
Tierra....... (eso es vivir espiritualmente y con plenitud.
Este aspecto del Alma (alma
humana) desarrolla habitualmente su actividad por medio de la MENTE CONCRETA,
habiendo sido proyectado desde el Alma hasta el interior de la materia en el
momento de la primera encarnación como auténtico ser humano. Durante el largo
ciclo de encarnaciones este aspecto se va haciendo progresivamente más sensible
a la carencia de su verdadero Ser. La irresistible atracción de la AFINIDAD de su propia identidad le impele
a perseguir esa reunión como meta fundamental de su existencia, y ello
promueve a la ELEVACIÓN ESPIRITUAL, a la "BÚSQUEDA".
EL ALMA DIVINA
Es también llamada el ALMA
TOTAL, y es la contraparte del Alma Individual o humana. Ella, de alguna forma,
participa con el resto de las Almas Humanas, en los planos elevados, de la mística
"COMUNIÓN DE LOS SANTOS" de la que hablan las tradiciones cristianas.
Nuestra Alma Divina es asistida y dirigida -en su experiencia evolutiva- por
esas Elevadas Entidades que reciben esotéricamente el nombre de "ÁNGELES SOLARES". Los Ángeles Solares, son realmente
los ARQUETIPOS para el Alma Total, el modelo y el molde al cual deben ajustarse
en su desarrollo. Son asimismo denominados HIJOS DE LA MENTE, y se les
considera bajo esta óptica como frutos del pensamiento de la MENTE UNIVERSAL
(Mahat). Ellos imprimen las tónicas vibratorias para la expresión de las
cualidades de RAZÓN, AMOR y VOLUNTAD PURAS que habrán en su día de corresponder
a la armonía del Alma Total plenamente desarrollada. Son Señores de SACRIFICIO
y Arquetipos de Perfección Humana. Reciben también el nombre de "Dyanes de
fuego" en la Doctrina Secreta. Ellos vinieron del Corazón del Sol (de ahí
su nombre de Ángeles Solares), para ayudar en la evolución del hombre, esto
tuvo lugar en la Raza Lemúrica ayudándonos a la individualización. Los Ángeles
Solares pertenecen al Quinto Reino de la Naturaleza o Superhumano, y están
unidos a cada hombre hasta que éste llegue a la Cuarta Iniciación. Son, por lo
tanto, Ángeles que en perfecta unión con el alma del hombre, les ayuda hasta que el Espíritu puede
hacerse cargo plenamente de su reflejo u hombre terrenal......
EL ESPÍRITU La MÓNADA.
Ante todo hay que saber que
el ESPÍRITU es nuestro REAL SER. Nuestro verdadero YO por encima de todos nuestros
aparentes yoes. Es nuestro verdadero PRINCIPIO, nuestra verdadera fuente.
En ORIGEN y en ESENCIA somos el Espíritu puro, que es a su vez una chispa
de energía divina emanada del Gran
Fuego del Creador. Es el espíritu, nuestro real Ser el que está hecho a Imagen
y semejanza de Dios. Por lo tanto en espíritu somos sus verdaderos HIJOS.
Esta es la razón por la cual muchos no entienden como siendo el hombre tan
imperfecto puede semejarse a Dios que si es perfecto. La clave para entenderlo
radica en que el hombre cuando se identifica plenamente con su Ser, con su Espíritu, entonces, si que será como Él, como su creador, como su PADRE
CELESTIAL. Pero hasta entonces sólo podrá expresar una pequeña parte de su
potencial, sólo un reflejo tenue de su divinidad inmanente, sólo podrá exteriorizar
su YO inferior, el alma humana o animal.
Al espíritu se le denomina
de varios maneras, dependiendo de las diferentes escuelas filosóficas que haya.
Algunos de estos nombres son:
Espíritu, Mónada, Ser, Esencia, Padre, Yo Divino (que no hay que confundirlo, con nuestro Yo Superior, que es
nuestra Alma Divina).
La tradición esotérica nos
enseña, así como numerosas filosofías (sobre todo orientales), Que Cada Hombre Es Un Dios,
porque somos parte de ÉL y ÉL parte de
nosotros. No hay nada de profano en ello, nada de soberbio o rebeldía por
nuestra parte, sino que es la Verdadera Herencia que cada hombre posee por
PRIMOGENITURA esencial. El hombre todavía no ha comprendido esto, y hasta que
no lo entienda será desgraciado interiormente. El famoso escritor y dramaturgo
William Shakespeare (que fue avanzado en su tiempo) supo hacer una reflexión
muy significativa al respecto, cuando dijo:, “ Ser o No Ser, He ahí La Cuestión ”. En verdad él había
dado en el blanco, pues, el hombre puede o no ser, depende de su evolución
alcanzada. Cuanto más se ES, mayor es el nivel espiritual alcanzado. Mientras
que, cuanto menos estemos identificado con nuestro SER, nuestro ESPÍRITU, menor
será nuestro grado de desarrollo, y menos capacidad expansiva tendremos. Es
por todo ello, una reflexión muy significativa y veraz.
La MÓNADA (espíritu), permanece
siempre, al principio de la creación, en su propio plano, Plano Monádico. Y su
primer esfuerzo consiste en descender, materializarse, poco a
poco, para poder paulatinamente recoger las experiencias necesarias para su
propia evolución. Vemos pues, como a medida que desciende de plano, se va
revistiendo de materia y materia cada vez más densa, con el doble propósito de Divinizar La Materia Y Materializar El Espíritu, En
Todos Los Planos De La Creación. Alguien por supuesto podría decir:
“si el espíritu es tan perfecto y puro ¿qué necesidad tiene de evolucionar o encarnarse
en la tierra?, bien, debemos entender que el espíritu es Puro, divino, pero no
perfecto o absolutamente sabio. De ahí la voluntaria necesidad de experimentar
y crecer hacia niveles más elevados de Divinidad. La Mónada es omnisciente en su propio plano,
pero inconsciente en todos los demás, y para remediar esta condición deben
velarse en sucesivas capas (como dijimos anteriormente) de materia, cada vez
más densa con objeto de llegar a ser omnisciente en todos los Planos, y capaz
de responder a cualquier tipo de vibraciones. El ESPÍRITU (Mónada) es descrito
como "Hijos que moran desde el principio de una Edad Creadora en el seno
del Padre" y que "no han alcanzado todavía perfección por el
sufrimiento". Cada una de ellas es igual
al Padre en cuanto a su naturaleza Divina, como se dice en el Credo de
Atanasio. Cada una de ellas ha de penetrar en la materia para "Hacer todas
las cosas sujetas a ella" (Primera Epístola de San Pablo a los
Corintios,XV, 28). Ha de ser "sembrada
de debilidad" para que pueda ser “resucitada en poder”
(Ibid.,XV, 43),
Realmente no es en sí el espíritu el que desciende (ya que éste no
podría hacerlo por su elevada vibración) sino una especie de avanzadilla de su
propia conciencia, denominada esotéricamente (SUTRATMA) o "HILO DE VIDA", y en él se
ensartan los Átomos Permanentes como las perlas en un collar. Estos
átomos tienen la particularidad de existir uno en cada plano, y de ser
permanentes, recogiendo, almacenando y asimilando todas las experiencias
relativas a ese plano concreto. Con lo cual nada se pierde, ninguna experiencia
se olvida tras la muerte, sino que es almacenada allí, permitiendo la evolución
de una forma continuada, sin pérdidas ni olvidos. De esta manera, poco a poco
pero con seguridad, puede ir descendiendo de plano, hasta el último, o plano
físico denso. Desde ese punto empieza la ascensión, la evolución, ya que lo
anterior, el descenso a la materia, era la involución del espíritu a la forma.
Vemos pues, cómo las monadas van dando vida a todos los Reinos de la Naturaleza:
el mineral, vegetal, animal y humano. Naturalmente a medida que cada reino va
evolucionando se acerca cada vez más al PROTOTIPO DIVINO, al diseño originario
del Creador. Y es en el ser humano, en el HOMBRE donde se produce la más grande
METAMORFOSIS de nuestro sistema solar, la "INDIVIDUALIZACIÓN" ¿Y en qué consiste la individualización
para que sea tan importante? Es el resultado de la entrada directa del Espíritu
en un cuerpo físico, a niveles superiores, que es lo que llamamos el “hombre”. He ahí su trascendental
importancia. La individualización del animal y la formación de un Cuerpo
CAUSAL cono vehículo del ALMA le permite el paso al Cuarto Reino de la Naturaleza,
el HUMANO.
Ahora utilizaremos las claves
analógicas pues allí están contenida
todas las respuestas. Puesto que la misma estructura ha presidido toda la creación
-sólo con pequeñas modificaciones en
los diferentes niveles-. Volvemos a
encontrar por todas partes esta misma división en tres: FORMA, CONTENIDO
y SIGNIFICADO; o bien, cuerpo, alma y espíritu. ---Tomad un huevo... sí, un huevo nos lo explicará todo. Por eso
el huevo es un símbolo tan importante en la tradición iniciática. Está hecho a
imagen del Universo. Abridlo. ¿Qué vemos? La yema, que contiene el germen de la
vida; la clara, es decir, la albúmina; y, finalmente, la cáscara. La yema es
el espíritu; la clara es el alma; la cáscara es el cuerpo. El
germen, pues está en el centro; la clara, en medio; y la cáscara en la periferia.
(La CÉLULA está también construida siguiendo este mismo esquema: todas las
células tienen un núcleo, un citoplasma y una membrana). Y qué pasa cuando se
rompe la cáscara de un huevo, ¿Qué sucede? Todo se derrama y la vida se va.
Igual que la cáscara, el cuerpo sirve para proteger la vida, es decir, el alma
y el espíritu. Cuando el cuerpo se rompe, la vida se va, el alma y el espíritu
le abandonan. ¿Qué es pues el alma? Al igual que la clara del huevo, el alma es
portadora de todos los elementos nutritivos necesarios para el mantenimiento de
la vida. Pero la vida misma procede del espíritu: el germen no se encuentra en
la clara sino en la yema. De la misma manera, la vida, la verdadera vida, se encuentra
en el espíritu, y el alma la sostiene, la alimenta, la hace circular. ¿Cómo lo
sabemos? Porque es algo evidente, está ahí, delante de nosotros, ¡La Naturaleza Lo Expone Todo Ante Nuestros Ojos !...
Pero, lo que también no hay
que olvidar es que, aún cuando los presentemos como realidades diferentes, el
espíritu, el alma y el cuerpo, estos son de la misma esencia. Lo que difiere es la consistencia, el grado de materialización:
el cuerpo es espíritu condensado; el espíritu es cuerpo
((sutilizado)), y el alma es el intermediario entre ambos. Por esta
razón los ALQUIMISTAS enseñan que sólo existe una materia única y que, a
partir de esta materia, por grados de condensación diferentes, se produjeron
los metales, los cristales, las flores, la carne de los animales, de los
humanos, el aire, el fuego, etc... ¡Cómo dieron en el clavo!. Entonces, ¿qué es
el cuerpo físico? Es el espíritu condensado.
¿Y qué es el espíritu? Es materia diluida, sutilizada hasta adquirir el estado
más inmaterial. Por eso los alquimistas dicen también que con ((SOLVE)) y ((COAGULA)) todas las operaciones son posibles. ¿Y cómo? Gracias al
calor. El calor, en un grado más o menos elevado, actúa sobre la materia para
darle diferentes formas, diferentes consistencias. El FUEGO es, pues, el agente
MÁGICO que da a cada cosa su forma y su naturaleza; el oro posee cierta
cantidad de calor, la plata otra, el plomo aún otra distinta, etc. Si el adepto
encuentra este fuego, este agente mágico, dentro de sí mismo, puede TRANSMUTAR
el plomo en plata o el hierro en oro, o inversamente. Sólo que, naturalmente,
este fuego de los alquimistas no era el fuego de los palanqueros y de los
herreros, sino el fuego sutil, el fuego oculto, el fuego filosófico.
Veamos lo que nos dijo
HERMES TRISMEGISTO en la “Tabla de Esmeralda” al
respecto: (( Y Puesto Que Todas Las Cosas Son Uno Y Provienen Del Uno, Por
Mediación Del Uno, Así Todas Las Cosas Han Nacido De Esta Única Cosa Por
Adaptación ))
Vamos ahora a estudiar
serenamente algunos CONCEPTOS que nos harán comprender mejor la naturaleza
psíquica del individuo. La mayoría de estos conceptos son utilizados sin
verdadero conocimiento de causa, tanto en nuestras cotidianas conversaciones,
como en algunos escritos seudo-filosóficos o seudo-religiosos. Para una mayor
aclaración, vamos a detenernos sobre ellos con el fin de despejar algunas
dudas, y clarificar en la medida de nuestras posibilidades su real ubicación
dentro del esquema psicológico y espiritual del ser humano.
Los conceptos que vamos a
dilucidar son:
LA CONCIENCIA.
EL SUBCONSCIENTE.
LA SUPRACONCIENCIA.
LA CONCIENCIA
Lo que llamamos generalmente
CONCIENCIA puede ser definido como un lugar en el que todos los representantes
de nuestro organismo físico y de nuestro organismo psíquico han convenido
encontrarse. Es algo así cono la Organización de las naciones Unidas en Ginebra.
Ginebra es una ciudad en la que los representantes de las potencias del mundo
entero, amigas o enemigas, se dan cita para parlamentar y para resolver ciertos
problemas y, cuanto menos se convierte, por algún tiempo, en la conciencia
del mundo: se pone en claro algunos puntos de vista, se discute, se toman
decisiones, etc... De la misma manera, la conciencia es una zona neutra,
una zona franca donde elementos y fuerzas de diversa naturaleza vienen a dar su
opinión y a expresarse en la medida en que las circunstancias lo permiten.
Podemos también compararla a
una PIZARRA o a una PANTALLA en la que se manifiesta todo lo que sucede en este
mundo que es el ser humano. Según sea el grado de evolución del individuo, la naturaleza
y el número de estas inscripciones son, evidentemente diferentes. A
veces sucede que nuestra conciencia no solamente es influenciada por nosotros
mismos, sino, que es otra persona la que logra proyectar su voluntad y sus deseos en nuestra pantalla y nos empuja
a realizar sus deseos sin que ni siquiera nos demos cuenta de ello. Creemos que
somos nosotros mismos, pero, en realidad es otro quien, de alguna manera nos
manipula. El Iniciado, es el hombre que esta instruido para llegar ha hacerse
dueño de su propia consciencia, y no se deja influir, ni por las fuerzas
externas ni internas que provienen de su subconsciente (aunque sea consciente
de esas fuerzas y sugerencias). Un Iniciado ha comprendido que los intereses de
los diferentes cuerpos y órganos que hay en él, deben converger en el interés
de todo el Ser y, en consecuencia, impone la armonía a todos estos representantes, con lo cual su conciencia se
transforma en supraconciencia.
Lo que llamamos conciencia
en los hombres corrientes, no es a menudo, otra cosa que la manifestación de la
subconciencia; todos los instintos heredados, todas las tendencias animales
instintivas intentan continuamente manifestarse, proyectarse en la pantalla de
la conciencia. Por eso, cuando el Discípulo comienza a adentrarse en el Camino
de la Iniciación, debe esperar encontrarse con sorpresas. Quiere rezar, ser bueno,
puro, pero, he aquí que otro deseo empieza a gritar dentro de él: ¡Ah, no, no!,
¡eso no!, ¡quiero otra cosa...! Y entonces el pobre, a menudo capitula. Pero si
a pesar de todo, continúa luchando contra estos deseos inferiores, entonces
consigue liberarse, independizarse y empezar paulatinamente a vivir en la supraconciencia.
Pero volvamos a la
conciencia. De manera general podemos decir que la conciencia es el reflejo de
las preocupaciones del hombre, de su manera de vivir, y sólo existe como una
consecuencia de todos los procesos físicos y psíquicos que se desarrollan en el
ser humano. Es una pantalla en la que proyectan las imágenes de la vida externa
e interna. Si vuestra conciencia es desgraciada, si es presa de angustias y de
obsesiones, hasta que no cambie de vida es inútil que intente escapar de estas
angustias y obsesiones. De lo contrario, es como si estuviera descontento con
las imágenes que se proyectan en una pantalla y quisiera cambiar la pantalla en
lugar de cambiar la película. La conciencia se manifiesta al nivel del cerebro,
pero este es el resultado del funcionamiento de todas las células; hay que
actuar, pues, sobre las células para cambiar la conciencia, y no sobre la
pantalla, que está al margen de todo eso. La pantalla es la parte femenina, la
parte que simplemente refleja una realidad interior. Y la vida que se proyecta
es la parte masculina, el comportamiento real, el cual debemos cambiar si queremos
que en la pantalla de la conciencia se reflejen imágenes más bellas, más armoniosas.
Podemos decir, y sería
correcto, que el espíritu tiene su conciencia, naturalmente tiene una
conciencia mucho más elevada que la que pudiera tener, por ejemplo, el alma. Y
el alma divina tiene una conciencia más amplia que la del alma humana. De esta
manera podríamos ir ascendiendo o descendiendo en los niveles de conciencia de
cada plano, de cada estado o cuerpo de manifestación determinado. El trabajo del Discípulo consiste
precisamente en esto, en ir aumentando y ampliando cada vez más su nivel de
conciencia, porque como hemos dicho la conciencia está delimitada por la
evolución alcanzada del individuo.
EL SUBCONSCIENTE
Desde hace unas décadas, se
oye hablar mucho sobre el subconsciente. Desgraciadamente los psicoanalistas
que se han puesto a explorarlo ignoran lo peligrosas que son las regiones del
ser humano que están removiendo, regiones en las que se apiñan todos los
monstruos prehistóricos. Todos estos animales ancestrales están presentes en el
subconsciente del hombre. Por eso, cuando los psicoanalistas, -que no están
instruidos en la Ciencia Iniciática-, se lanzan imprudentemente a remover todas
las capas que están enterradas, con el pretexto de ir a buscar en el subconsciente
de la gente ciertos trastornos, despiertan en algunos casos, a estos animales.
Los cuales perturban en gran medida la psiquis del paciente. (El trabajo que están realizando los psiquiatras y psicoanalistas hoy en día,
verdaderamente, es un trabajo encomiable y muy difícil -al ser una ciencia aún
muy joven-). No decimos con eso, ni mucho menos, que haya que dejar
completamente de lado al subconsciente, no; y hasta se dan métodos espirituales
para servirnos de él. Debemos saber por ejemplo, que las verdaderas transformaciones
nunca se han producido por el pensamiento, en la conciencia, sino con las fuerzas
del subconsciente. Por eso, para obtener la realización de nuestras
aspiraciones espirituales, debemos aprender a descender a nuestro
subconsciente, depositando en él la imagen de estas aspiraciones. Gracias al
trabajo consciente, la realización acabará por producirse un día, pero
necesitamos mucho más tiempo que si pudiéramos trabajar con el subconsciente,
porque las puertas del La subconsciencia, que está ligada al mundo vegetal,
están muy cerca del plano físico y por lo tanto de la realización, mientras que
la supraconsciencia está muy lejos. Por eso, si llegamos a situar
nuestro deseos en la región de la subconsciencia, éstos podrán realizarse
mucho más rápidamente. Este es, también, el principio de la hipnosis. Al
hipnotizar a alguien, actuamos sobre su subconsciente, y la persona ejecuta las
órdenes que le damos, lo que no habría hecho si nos hubiéramos dirigido a ella
cuando estaba despierta y era perfectamente consciente. (Este ejemplo sobre la
hipnosis, es simplemente un dato, ya que en verdad, el ocultismo no está de
acuerdo con ello, ya que todo lo que descartado en la vida espiritual)
Ejercicios
Hay, pues, ejercicios que
podemos hacer para acelerar la realización de nuestro trabajo. Cuando queramos
tener resultados más rápidamente en el terreno espiritual, debemos
concentrarnos y MEDITAR EN LA META que queremos alcanzar, y después debemos dormimos
porque las fuerzas subconscientes nos ayudarán a materializar nuestro deseo.
Los Maestros han hecho, durante años, estas experiencias. Y si han realizado
algo más que los demás, es precisamente porque han trabajado de esta manera. La
mayoría de los hombres se contentan con remover ideas... ¡OH!, claro,
reconocemos que a veces se tratan de ideas geniales, sublimes; pero estas ideas
deben ser realizadas, y, para realizarlas, hay muchos métodos. Acabamos de dar
uno, pero también podemos de tratar de materializar las ideas mejorando nuestra
manera de vivir, aprendiendo cómo realizar mejor cada uno de los actos de
nuestra vida cotidiana: correr, respirar, andar, dormir, etc... Porque cada uno
de estos actos está conectado con nuestra vida subconsciente, y si sabemos cómo
realizarlos, podemos contribuir a la materialización de una idea divina. Por
lo demás, y a propósito del sueño, si hemos insistido tanto en la importancia
que tiene el estado en el que nos dormimos, es porque el sueño favorece la cristalización
de este estado en el subconsciente. Siempre debemos dormimos con los mejores
pensamientos y con los mejores deseos, porque así ayudaremos a su realización.
El SUBCONSCIENTE es una región muy vasta
y peligrosa, comparable a las profundidades del océano. Si queremos
zambullirnos en ella sin el material necesario, quizás no podamos contarlo,
porque en estas regiones, en estas profundidades hay monstruos que nos pueden
devorar. Sabemos que para descender a las profundidades de los mares o a la
cavernas subterráneas hay que ir bien equipados. Y, por otra parte, para
acometer cualquier empresa que sea un poco peligrosa es necesario estar
físicamente entrenado y, además, ir bien equipado para poder protegerse. Y, sin
embargo, cuando se trata de bajar a las profundidades de nuestra propia
naturaleza, la gente se imagina que es fácil, que no hay peligro. Pues bien,
ahí están, precisamente, los mayores
peligros; y hay que estar equipados. Pero, ¿CÓMO EQUIPARSE ?:
No es tan fácil. Solamente
podéis encontrar este bagaje psíquico en las regiones que están situadas encina
de la consciencia y de la consciencia de sí: en la supraconciencia; hay
que ir allí antes de zambullirse en el subconsciente. Esto quiere decir que hay
que adquirir conocimiento sobre la estructura de estas regiones y la naturaleza
de las entidades que las habitan y también que se necesita haber desarrollado
ciertas virtudes: la pureza y el AUTOCONTROL, para poseer un aura
poderosa que permita descender a los abismos sin peligro. Hay que estar
preparados, y hay que tener, como los
buzos de antaño, una conexión con la superficie, una cuerda con la que puedan
tirar nuestros amigos, que están arriba, para izarnos en caso de peligro. Vivir
una vida completamente vulgar y, sin haberse purificado no se puede acometer
tales empresas tan elevadas. Naturalmente, si nos place, podemos ir a medirnos
con los monstruos y las malas entidades, pero que tenemos que saber de antemano
que si únicamente contamos en la lucha con nuestros propios medios, serenos
aplastados, devorados, aniquilados internamente. Ante todo hay que conectarse
con los ESPÍRITUS SUPERIORES del Mundo de la LUZ, pedirles armas,
protección, y sólo entonces podremos partir hacia el combate; porque al sentir
que estamos armados, las entidades inferiores se dispersarán. Y si estamos en
peligro, las Entidades Celestiales, que saben que al término de su evolución
el hombre debe explorar los abismos que hay en él, no os abandonarán. Pero no
vayamos, porque está de moda.
En el Subconsciente está
todo el “RECUERDO
DE LOS TIEMPOS”, desde nuestra primera experiencia en la tierra, hasta
el recuerdo de toda nuestra evolución desde el inicio de los tiempos. Todo,
absolutamente todo está grabado en el subconsciente, ya que de otra manera la
evolución sería imposible al no tener una continuidad y relación de experiencia vividas para seguir
evolucionando. Desde nuestros errores hasta nuestros perfeccionamientos.. Solo
así, reteniendo en el subconsciente todas las experiencias vividas podemos ir
avanzando. Para el subconsciente, así como para el Alma, no existen
experiencias buenas ni malas; todas son experiencias enriquecedoras para
nuestra evolución. Lo que ocurre respecto al peligro existente en el
subconsciente, es el de que al introducirnos en él sin un verdadero autocontrol
de nuestra naturaleza inferior, puede suceder muy fácilmente que despertemos
dolores, sufrimientos, complejos, angustias.. etc ya pasadas y olvidadas para
nuestro pequeño e infantil consciente. Y esto puede repercutir gravemente en el
equilibrio de nuestra personalidad, todavía inmadura y no subyugada por nuestra
alma.
Para el Ocultista, para el
Discípulo entrenado es más que necesario explorar estas regiones
subconscientes. Pero él no va con un palo a remover el lodo, sino que va con
una "ANTORCHA ENCENDIDA", con el fin de ILUMINAR el
subconsciente. El subconsciente debe ser iluminado totalmente, ya que esa
parte de nosotros mismos permanece prácticamente a oscuras durante todas
nuestras existencias. La oscuridad en nosotros debe ser ILUMINADA; no debe
existir en nuestra naturaleza ninguna parte en oscuridad. Ningún Maestro tiene
en sí ni una sola sombra de oscuridad. Y esto se consigue trabajando y
ejercitándonos en atraer la Luz; esa Luz proviene de nuestro Ser Superior, de
nuestra Verdadera Alma-Divina y del Espíritu que es nuestro Verdadero SER. BUDA, significa "EL
ILUMINADO", y donde hay luz, iluminación por naturaleza no puede haber
Tinieblas ni oscuridad.
La psicología moderna,
reconoce que el hombre sólo utiliza aproximadamente un 3% de su verdadero potencial mental. La Ciencia Esotérica también
lo afirma. Ante esta rotunda afirmación cabe preguntarse: ¿Por qué utilizamos
sólo ese 3%? y ¿Por qué no podemos utilizar el otro 97% restante? La ciencia oficial no tiene una respuesta segura a
esta pregunta, ya que el estudio profundo de la mente a nivel científico es
algo muy reciente de nuestro siglo XX. Sin embargo la Ciencia más Antigua del
Mundo, la Ciencia Sagrada o Arcaica sí tiene una respuesta para esta trascendental
pregunta. Y durante milenios se ha ido divulgando; primero de boca a oído, de
Maestro a discípulo personalmente y en el más absoluto Secreto; luego más tarde
de Maestro a grupos seleccionados donde también permanecía la ley del silencio;
después se ha ido divulgando a gran escala, a través de los Maestros, Iniciados
y discípulos por todo el mundo. Y el conocimiento esotérico que enseñaban,
precisamente era cómo hacer DESPERTAR al hombre del Sueño de la Ignorancia. Y
cómo convertir el INCONSCIENTE en CONSCIENTE, es decir, hacernos poseedores de
todo nuestro verdadero potencial que heredamos de nuestro Creador. En eso
consiste el camino Espiritual, en ir despertando a nuestra verdadera naturaleza
divina.
LA SUPRACONSCIENCIA
En su origen, el hombre era
un espíritu puro creado a imagen de Dios y vivía en el seno del Eterno; pero
todo lo que había vivido, en la paz, en la bienaventuranza y en la luz, quedó
olvidado y prácticamente enterrado en el transcurso de su descenso a la
materia. Sin embargo aquella experiencia quedó inscrita en esta región que los
Iniciados llaman SUPRACONSCIENCIA, que es la región del futuro y del
pasado lejano, pero mucho más lejano aún que el pasado que tenemos en común con
los animales: el pasado de nuestra vida
en el "Paraíso". Para que este mundo sublime de la supraconsciencia pueda aflorar a la
superficie y expresarse, el hombre tiene que dejarse llevar por ciertos
impulsos superiores; pero, evidentemente, es necesario un trabajo previo de
ORGANIZACIÓN y de PURIFICACIÓN interna para abrir algunos caminos hasta esta región
elevada de la conciencia superior; sólo entonces se desencadenarán corrientes
divinas de pura luz, de pura música, de pura inspiración. De la
Inconsciencia en los Reinos Inferiores pasamos a la CONSCIENCIA del Reino Humano,
y de la consciencia humana pasamos a la SUPRACONSCIENCIA DIVINA, que es el
estado natural del alma. Sí, el alma divina es Supraconsciente ya que ve el
mundo de las CAUSAS, del ORIGEN de todos los efectos y procesos de la vida.
Curiosamente, ser más consciente quiere decir precisamente ser menos
inconscientes, con lo cual podemos deducir, que debemos ganar terreno al
subconsciente, iluminarlo para que éste forme parte del consciente. Una vez que
nuestro pequeño consciente vaya recuperando la capacidad de utilizar esa parte
del subconsciente que no podía controlar, es cuando empezamos realmente a ser supraconscientes, mucho más conscientes.
La INTUICIÓN forma parte de la Supraconciencia. La Intuición es el instrumento
del Alma. La verdadera Intuición -que todos los Iniciados poseen- es el
reconocimiento instantáneo de la verdadera naturaleza de las cosas. La
Intuición está justamente por encima del INTELECTO, y su función es de
naturaleza divina y natural. Los animales poseen INSTINTO, los hombres
poseen INTELECTO, y los Iniciados INTUICIÓN. Son tres aspectos de
un mismo patrón, pero bien diferenciados, cada uno pertenece a un reino aunque
con una salvedad, el hombre puede desarrollar la capacidad de la Intuición
trascendiendo el Intelecto en una misma vida, y convertirse en un Iniciado,
cosa que no puede hacer un animal por no estar individualizado.
Podemos hacer una tabla de
correspondencias con estos tres aspectos, veamos:
REINO ESTADO NIVEL
Animal
Instintivo Subconsciente
Human Intelectual Consciente
Espiritual Intuitivo Supraconsciente
Muchos filósofos, psicólogos
y psicoanalistas han estudiado el problema de los diferentes niveles de la
consciencia. Lo que han dicho es muy interesante, pero, a menudo, muy difícil
de relacionar con la experiencia de la vida cotidiana. Por ello daremos un
ejemplo sencillo que nos permitirá comprenderlo fácilmente:
“Imaginad
que en una caída habéis recibido un golpe violento en la cabeza y os habéis
desmayado: estáis sumidos en la INCONSCIENCIA.
Tratan de reanimaros y empezáis a moveros ligeramente, sin abrir aún los ojos:
estáis en el estado de SUBCONSCIENCIA.
Después de algunos segundos, abrís los ojos y os dais cuenta de que estáis
tumbados en el suelo, rodeados de gente, pero sin saber todavía lo que ha
sucedido: es el estado de CONSCIENCIA.
Después volvéis en sí completamente; sentís el dolor, comprendéis lo que os ha
sucedido y cómo os ha sucedido: es el estado de consciencia de sí mismo. Finalmente os encontráis totalmente
restablecidos, felices, reconociendo a vuestros familiares, amigos, etc...
Comprendiendo que hubiera podido ser peor y dando gracias al Cielo por habernos
protegido: es el estado de SUPRACONSCIENCIA. Como vemos todo
resulta claro”.